viernes, 24 de agosto de 2012

El lenguaje Optimista


El optimismo es una actitud, incluso una filosofía de vida. Y las actitudes están condicionadas por nuestras ideas. En gran parte, somos y hacemos lo que nos decimos. No puedes sentirte guapa si verbalizas, aunque sea solo a nivel mental, “qué fea estoy hoy”. Las palabras y lo que nos decimos a nosotros mismos condicionan cómo nos sentimos, cómo percibimos el mundo o lo que hacemos.
El cerebro es el órgano que pone en marcha tus movimientos, el que tomas las decisiones, el que evalúa el riesgo…en definitiva, el que decide. Pero lamentablemente, muchas personas desconocen la capacidad de ordeno y mando que tienen. Piensan que las ideas vienen y van, no sé si a merced del viento o a merced de las circunstancias, pero contemplan sus pensamientos como si no fuera con ellos, como si fueran prestados, regalados o intrusos.

Tanto atormentan según qué ideas, que muchos prefieren pensar que no son ellos los que las generan. Y con eso eximes de la responsabilidad de sentirte mal. Pues estás equivocada. Tienes capacidad para elegir lo que piensas, para dirigirte al éxito, para hablarte en términospositivos y optimistas. Puede ser que interpretar, darte mensajes en esta dirección no sea la clave absoluta para conseguir lo que deseas o para sentirte siempre bien, pero sí que aumentas mucho la probabilidad de tener control sobre ti, sobre cómo te sientes y de dirigirte hacia el objetivo deseado.
Por ello te animo a que aprendas a manejar otro idioma, además del inglés, puedes estudiar  ser bilingüe con el IDIOMA POSITIVO. ¿Qué haces cuando decides aprender inglés? Te apuntas a una academia y lo primero que te enseñan es VOCABULARIO. Pues por ahí debemos empezar, si quieres ser optimista, empieza a manejar vocabulario optimista.
Un optimista jamás verbalizaría, ni para sus adentros ni a los demás, frases o palabras del tipo:
  1. Esto es imposible, aquí no hay nada que hacer.
  2. Yo ni lo intento, para qué.
  3. Me veo gorda, fea, no hay manera de bajar de peso.
  4. Qué rollo de vuelta de vacaciones, hacer la compra, qué coñazo, uff!!! No puedo.
  5. ¿Otra entrevista de trabajo? Si no me van a coger.
  6. Seguro que lo hace por agradar, es muy hipócrita, porque tengo una mala cara que es imposible que me vea guapa.
En cambio, un OPTIMISTA, diría cosas como:
  1. Venga, vamos, inténtalo, que el NO ya lo tienes, ¿Quién me ha dicho que no puedo?
  2. Voy a pensar la manera de hacerlo, ¿por qué no? Conseguirlo es una posibilidad, yo no me voy a cerrar la puerta. ¡Vamos!
  3. Estos kilitos de más me los quito yo tranquilamente. Igual ahora no tengo la imagen que me gustaría, pero con un poquito de ejercicio y quitándome algunas cositas, en anda me veré bien.
  4. Bueno…la vuelta de vacaciones siempre cuesta un poco. Tengo que organizarme, me hará ilusión ver a los compañeros del trabajo, tengo que hacer compra, empezaré por preparar la lista. No me voy a agobiar, si no compro hoy, ya iré mañana. ¡Tranquilidad!
  5. Bueno, parece que el mercado se mueve, me han llamado para otra entrevista de trabajo. Estaré pendiente de lo que pueda controlar: mi sonrisa, mis respuestas pausadas, daré una imagen de serenidad y sobre todo, pienso mostrar mucho interés y ganas de trabajar. Lo estoy deseando.
  6. Ha sido un comentario amable, me ve mejor de lo que yo me veo. Pues igual no tengo tan mala cara como lo que yo pensaba esta mañana.
Elabora una lista de palabras y expresiones positivas: poder, intentarlo, con ganas, estoy bien, es agradable, qué gusto, calidad, paciencia, amor, bienestar, paz…
Y cada vez que te enfrentes a algo, por pequeño que sea, verbaliza con estas palabras. Analiza también tus emociones. Cuando estés triste, abatido… si buscas en tu mente cómo estás pensando, te darás cuenta que de que en ese momento tienes un leguaje tóxico, con palabras negativas y expresiones catastrofistas.
Si no tienes la costumbre de utilizar el IDIOMA QUE EMPUJA, porque no es el vocabulario común con el que te expresas, escríbelas. Anota expresiones, frases, palabras y pégalas en el coche, en un post-it, en la oficina, en la puerta de la nevera, haz algo que te facilite la tarea y que te las evoque.
Y recuerda, para aprender a hablar en inglés, necesitas vocabulario y gramática…pero para manejarte con fluidez, necesitas practicarlo. Lo mismo debes hacer conel idioma OPTIMISTA.

Patricia Ramirez de http://optimismointeriorbruto.es

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