viernes, 24 de julio de 2015

Paco Sanguino en Marbella

    
Desde el pasado miércoles podemos disfrutar de la exposición “War in my Mind” de Paco Sanguino en el Centro Cultural Cortijo Miraflores de Marbella.

   La inauguración fue un absoluto éxito de público y supuso una concentración inusitada de artistas, críticos, expertos y amantes del arte. Se podría decir que rara vez ha coincidido en un espacio tamaña fuerza creativa y talento.

    La sala de arriba del Cortijo Miraflores es en estos momentos un regalo a la ciudad, la generosidad de un artista consagrado, con una larga carrera, que ha expuesto nacional e internacionalmente y que tiene obra en centros de arte contemporáneos como el CAC de Málaga.

   “War in my “Mind” es una colección de obras magníficas en la que destaca el virtuosismo técnico y la creatividad de Paco Sanguino, junto con el compromiso de zarandear el pensamiento conformista y adormecido por el soma de una sociedad que nos hace insensibles a los horrores que sufren muchos seres humanos en este planeta. Estamos siendo anulados y no nos damos cuenta, vemos imágenes de guerra de niños desnutridos y no nos hacemos preguntas, no buscamos a los responsables y no les exigimos que cambien las reglas del juego. Los que regentan el mundo, los poderes económicos, los que tiene algo que ganar en las contiendas, nos hacen creer que las batallas son provocadas por nuestros intereses religiosos o nacionalistas, mientras, ellos no tienen ni patria ni religión a no ser el del poder y el del dinero. Y nos dejamos hacer mientras nos convertimos un rebaño de ovejas ante la socialización Disney, la televisiva, los programas basura y toda esa alimentación fast food, valores que nos obligan a dejar de ser críticos, de tener capacidad de elegir nuestro propios razonamientos.

   La colección de obras que Paco nos regala está compuesta de grandes y medios formatos en óleo, guiños de butacas que nos proporcionan la imagen de nosotros mismo insensibles ante la atrocidad de la guerra.

   Llama la atención el óleo gigante que nos encontramos nada más entrar donde un enorme tanque que debiera ser protagonista del horror,  pisa alfombra persa y está rodeado de borregos, alguno bastante zurbaraniano, retratos de madonas actuales y la ironía que nos quita hierro y nos distrae del fondo con neones y globos de colores.

   Absolutamente impactante es la galería de retratos de niños soldados de todo tipo de ejército. También, los niños Vietnamitas huyendo del bombardeo con napal mientras el espectador ve balones de Nivea. O la madre entregando el legado envenenado de la educación judeocristiana en forma de mundo con su cruz simbólica. O las máscaras de gas enmascaradas con las caretas de un Micky. Muy perturbante es la chica americana regordeta y feliz que porta un arma como si de un juguete fuera mientras un sillón militarizado observa lo que se hace gracias a su poder.

   Pero a mí, me ha encantado la obra que está metida en una urna y que contiene el libro de la guerra, un libro color acero que contiene un campo de batalla, un foso, donde los ejércitos se matan. Mientras, los cocodrilos, no importa de qué equipo, se reúnen en cónclave para manipular y sacar el mayor partido de su obra de arte. Además, es de gran belleza estética, al igual que las demás obras. Paco nos presenta un gran colorido, alegría, fiesta pero con un fondo de tragedia humana, una ironía y un brillo que ha tenido a bien representar con polvo de pirita que rodea a modo de dunas toda la obra, una auténtica genialidad de un genio.

   Os invito a visitar esta exposición, no debemos dejar pasar esta ocasión, no somos ni siquiera conscientes de la suerte que tenemos de que Paco viva en Marbella y tenga la generosidad de compartir esta obra propia del MOMA, del Reina Sofía o de cualquier otro centro de arte contemporáneo de importancia internacional.

Texto: Ana E.Venegas

Fotografía: José A.Correa

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