lunes, 26 de febrero de 2018

“La Velocidad de Otoño” final de gira en Marbella


 Trailer


     El pasado sábado tuvimos en Marbella el honor de ser el fin de la gira de “La Velocidad de Otoño”, una comedia amarga interpretada por Lola Herrera y Juanjo Artero con dirección de Magüi Mira y texto del escocés Eric Coble. El teatro se llenó al completo para reír y reflexionar sobre la vida, la belleza, la diferencia, los artistas, la vejez y los derechos del ser humano independientemente de su edad o condición, todas las condiciones.

Resultado de imagen de la velocidad del otoño opiniones    Lola Herrera interpretaba una señora mayor muy lúcida casi siempre, una artista que pretendía seguir viviendo en su propia casa, con sus cosas y su árbol, por más que los olvidos, los achaques y las tozudeces propias de la edad estuvieran recomendando a sus hijos que necesitaba cuidados especiales. Y es que debe ser muy duro comprender que uno necesita ayuda, más cuando se tiene un alma libre, cuando se respira artista.

    La posición de los hijos también toma tintes egoístas, si la madre se va a una residencia, sus conciencias y su cotidiano serán más tranquilos, aparte de lo bien que les vendría disponer de las propiedades de la madre. Pero este es otro conflicto, el que sienten los hijos cuando los padres no quieren dejar de ser autónomos por más que el cuerpo y los sentidos se van deteriorando sin remedio.

Resultado de imagen de la velocidad del otoño opiniones    Con este trasfondo humano comienza una escena larga en la que Lola Herrera (Alejandra) se ha atrincherado y amenaza con quemar la casa con ella dentro ayudada por numerosos cócteles molotov que ha hecho a base de revelador fotográfico. Los hermanos, recurren a otras armas, las emocionales y la que más kilotones desarrolla, la aparición de su hijo Cris (Juanjo Artero) después de veinte años de ausencia y de relación con la familia.

Resultado de imagen de la velocidad del otoño opiniones    A partir de que Cristóbal consigue entrar en la casa trepando a través del árbol preferido de Alejandra se produce un diálogo, primero histriónico, absurdo si cabe, con encuentros y desencuentros, más si aún porque ambos son artistas y se comprenden, con recuerdos, con renuncias, con empatía, con confesiones, este es un camino que siguen los personajes para llegar a una entente cordiale de ambos y consigo mismos.

    Finalmente, la protagonista se va, se la lleva el hijo, ¿a dónde?, yo creo que muere, que se libera de sus dolores y sus miedos, que se evita tener que pasar por una etapa de decadencia lejos de lo que ha sido importante para ella, de lo que la ha constituido como ser especial. Pero puede que no, que acepte ese momento y lo viva, apreciando la belleza de la vejez, si tenemos que mirarnos en la cara de Lola Herrera o de mi propia madre, la vejez contiene mucha belleza, serenidad, sabiduría y valor, muchos nos pasamos la vida deseando tener estas virtudes, ah, y una cara suave, bondadosa, comprensiva…

Resultado de imagen de la velocidad del otoño opiniones    La escenografía es cortita pero efectista, el vestuario de Lola es maravilloso, sus actuaciones bastante buenas, si obviamos la pequeña sobreactuación del amaneramiento de un Cris gay pero masculino, no mucho, poco, y puede ser que se lo haya permitido por ser la última función, también se divirtió de lo lindo y todos nos reímos de sus cantos indios que exageró a conciencia.

    Fue una gran noche en el Teatro Ciudad de Marbella y los actores festuvieron muy simpáticos con todos los que nos acercamos a felicitarlos al final de la obra. Así comienza, una delicia:




   


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