sábado, 13 de julio de 2024

Roberto G. Currás en la Nítido Gallery de Marbella, Onna Bugeisha, la apoteosis del artista y sus laberintos


 
    En la Galería Nítido, muy cerca de la Avenida del mar, a tres metros, encontramos la exposición de Roberto G. Currás, al que admiro tanto y que es el autor de la mayoría de las portadas de mis libros. Su técnica expresionista y figurativa se ha empeñado esta vez en hacernos llegar la evidencia de las Mujeres Samuráis, mujer universal que se remanga y sale a defender y a pelear por lo suyo con toda la dignidad que concede ser la madre literal de todos los habitantes de este planeta humano. Universal, histórica, arrebolada y fuerte es la mujer de esta exposición que se mantendrá hasta el 8 de agosto y que ya tiene vendida muchas de sus piezas, que son además de un estímulo visual y una emoción en movimiento, una inversión, pues Roberto es un artista que vende internacionalmente y su obra se revaloriza.

El imaginario de Roberto G. Curras está impregnado de tiempo, personajes outsiders, figuras insólitas y contracultura; estas fórmulas conforman el paisaje plástico y mental de su obra, En su quehacer, el, reflexiona sobre problemas contemporáneos desde su perspectiva personal poniéndolos de manifiesto gracias a sus diferentes virtudes literarias y pictóricas heredadas de una infancia inscrita dentro de un entorno artístico. Analítico, observador y autodidacta, desde temprana edad celebra la belleza como un valor añadido al elemento crítico, por lo que considera, que su trabajo es ético y estético; convirtiendo su arte en un proyecto de vida que viaja al pasado para entender el presente; durante este singular viaje de su infancia recoge y alberga en su interior, la felicidad de un mundo gitano y flamenco, con la virtuosidad de los impresionistas franceses, mezcla que produce un sevillano gazpacho contracultural que como un buen arroz contribuye sabiamente a la exaltación de nuestros más sublimes sentidos.

Esta colección rinde homenaje a la esencia de las mujeres samuráis; resaltando su lucha para conseguir una particular singularidad dentro de un entorno rígido de tradiciones y filosofías ancestrales. En esta coral de 19 piezas, se busca capturar la fuerza y determinación de estas mujeres que en su momento supieron imponerse y evidenciar cualidades que el contexto donde se desarrollan no creía posible que ostentaran. Encontramos entonces una colisión con los valores impuestos por la tradición y la paradójica relación entre la búsqueda de una singularidad sin anular su pertenencia dentro de lo colectivo; en medio de esta paradoja de pertenencia y autoafirmación estas mujeres consiguen reformular sus valores y con sus resultados, maravillar su entorno. Onna Bugeisha celebra la valentía y determinación de estas mujeres, resaltando su papel en la historia y sobre todo, su relevancia en la lucha por la igualdad de género. El análisis de estas representaciones artísticas que trasciende a lo académico y el interés por su impacto en la construcción de una nueva memoria colectiva, nos permite meditar sobre la influencia que la cultura tradicional ejercita el modo en que percibimos a este género en teoría débil, dentro de la sociedad; discrepando así con la perpetuación de los estereotipos pre establecidos.

Usando como significante la vestimenta tradicional, estas pinturas nos transmiten la dualidad entre la necesidad de pertenencia y la búsqueda constante del yo, de una identidad femenina inscrita dentro de la sociedad de un Japón feudal, donde estas mujeres samuráis desafiaron las normas de género pre-establecidas y se forjaron un camino de autonomía con valentía. Bajo un enfoque multidisciplinario que combina arte, historia y antropología, Roberto busca resaltar la importancia de estas figuras dentro de la cultura japonesa previa a la apertura mundial poniendo de manifiesto el desafío que significo para ellas exponerse al juicio de un sistema tradicional, Roberto utiliza este paradigma para hacernos consientes del significado que tiene este empoderamiento histórico y su relevancia en la actualidad.

El artista consciente que su generación es la última que ha visto y vivido cierta cosas que ya no están; cosas que a día de hoy quedan sepultadas por un sinfín de restos provenientes de la simpleza de la condición humana, por lo que alberga la necesidad implícita de exponer estos ecos pictóricos a nuestras insólitas, escrutadoras y atónitas miradas.

José Luque, copropietario junto a Lía G. de Nítido Gallery


Galería de Fotografías de José Correa, Pinter y Lía G.