miércoles, 29 de enero de 2020

“Beloved” de Toni Morrison, reseña


     Muchos son los libros que pasan por mis manos y muchos los que me dejan cicatrices y sobre las que me construyo, este es otra de esas obras que ha hecho diálogo con mi yo y me ha convertido en otra cosa, quizás mejor.

    Si hay un libro redondo al que poder aproximarnos con el método que propone Baños Orellana en “El Escritorio de Lacan”, en quien se inspira, ese es “Beloved”. Siento que las capas de este libro se ofrecen para esa Lectura Filológica en la que centrarnos en la estructura, en la documentación en los intertextos; una semiótica en la que podemos hablar sobre esclavitud, sobre dignidad, sobre la maternidad, el amor y el dolor más allá de los límites permitidos; finalmente decidimos levantar la alfombra de la psique del esclavizador y el esclavizado, del asesino por compasión, del filicidio como solución del desgarro, y del proceso de duelo del horror más inhumano porque mantenemos la tesis de que hasta en el desierto más seco de vez en cuando cae una gota del cielo y nace una diminuta planta, que está deseando vivir, aunque ella no lo sepa.

    Beloved es una obra inspirada en el horror que sufrió la esclava Margaret Garner que, tras escapar de sus amos junto a sus hijos, es apresada y en un acto de amor infinito y terrible, mata a una hija para librarla de la indignidad, de la deshumanización, de la cosificación, de la violencia y la bestialización. Y mata a la chica, no a los chicos, porque si la esclavitud es terrible para los hombres, para las mujeres es más que el “horror” del que hablaba Joseph Conrad. Y la muerte, el filicidio, es un recurso muy divergente, propio de quien no tiene esperanza, de quien siente que la muerte es un alivio.

   La literatura de Toni Morrison ya nos ha puesto frente a la otredad que sufre una niña en un mundo donde los normal es ser blanco, donde los actores son en su mayoría blancos, los políticos, los profesores, los hombres poderosos, hasta las muñecas son rubias y tienen ojos azules. Morrison es una literata que cuida su texto y lo llena de un contenido que nos hace reaccionar porque se mete dentro de los personajes, allí en el nido de sentimientos, donde los miedos, las frustraciones, donde las gotas malayas crean la imposibilidad, allí donde nos abre al conocimiento.

    En esta ocasión la autora nos sumerge en la penosa y vergonzante historia de la esclavitud que no ha acabado, de la que tenemos conocimiento, la que sigue perpetrándose en muchos países africanos y asiáticos, humanos despersonalizados que pertenecen a otros humanos que no los consideran suficientemente personas para no tener problemas de conciencia en el acto de esclavización. Pero fueron sesentas millones y más, como cita la frase previa a la obra,  sesenta millones, las víctimas de un evento histórico terrible, el apresamiento por negreros negros de otros africanos negros también y la venta, como ganado, a blancos que los explotaron para el trabajo, para la sexualidad, para la reproducción, para la comercialización y  así se perpetuaron decenas de años, por generaciones, hombres que pertenecieron a hombres, mujeres que fueron menos que un esclavo negro, lo último en el escalafón, una esclava negra.

    Y Toni Morrison plantea esta terrible situación de esclavitud con un respeto magnífico hacia el lector, contando con su inteligencia, con numerosos flash backs hacia un pasado que justifica el crimen de Beloved, la hija asesinada por el amor de una madre. Además, lo hace sin contárnoslo todo, confiando en que seamos capaces de completar el puzle, con unos finales de capítulo realmente abiertos y sugerentes, a brochazos.

    Realmente el episodio del que parte la historia tiene que ver con el Fugitive Slave Act, una ley de 1850 que obligaba a los estados donde no existía esclavitud a devolver los esclavos fugados a sus amos. Por eso, la madre de esta novela, tras haber conseguido escapar se encuentra con el hecho de tener que volver a la plantación, de volver a su infierno y de proporcionarle este infierno a sus hijos, especialmente a su hija. Esta Ley provocó numerosas controversias ya que personas que consideraban que la esclavitud era una atrocidad tenían que devolver a los esclavos porque la Ley obligaba.

    Para contarnos su creación, Morrrison recurre a algo muy antropológico en África y en las poblaciones brasileñas y cubanas, a lo “real mágico”, a la convivencia con espíritus que solicitan acciones o tienen un objetivo. En esta novela el fantasma de Beloved va creciendo en función de un duelo que por el horror de la muerte es casi imposible de resolver. Cuando aparece Paul D. un compañero de plantación de Sethe, la madre asesina, parece que un rayo de deseo de vivir entra en la casa 124 y abre una pequeña grieta en lo nefando, pero la conciencia, el dolor se hacen tan resistente que se convierte en carne y Beloved es tan real como poderosa, un verdadero muro para pasar página.

    A propósito de la casa, que es otro personaje de la obra, el libro empieza así “En el 124 había un maleficio, el veneno de un bebé”, un comienzo que profetiza ya, no solo el dolor, sino también el terror en un espacio, un bebé maléfico que es un recurso propio del cine de terror, nada más espantoso que el odio, y el rencor, la maldad donde debiera haber inocencia. Por extensión, una madre filicida, otro recurso contra natura que nos horroriza, pero que el horror real, el del apropiamiento del cuerpo, del trabajo, de la sexualidad, de la maternidad, de la posibilidad de evolucionar por parte de los esclavistas reduce a lo micro, lo que aún por comparación  nos conmociona más.

    Y es que nunca habíamos pensado en la tragedia que supone anular la capacidad de aprender, la posibilidad de cambiar, de decidir, que los hijos de las esclavas negras fuesen desde sus vientres parte de la manada, esclavos de tres centímetros, fetos destinados a no ser sin otro, ni un minuto suyos, crías y paridoras, y se pregunta una ¿qué era de las mujeres negras que ya no podían trabajar ni parir nuevos esclavos? Y podemos caer en la culpabilidad, aunque no seamos culpables, solo por ser blancos, nos desasosiega tamaño ejercicio de posesión y solo nos queda el recurso de trabajar en el presente por los esclavos y esclavas de ahora, los que pertenecen a amos en países de moralidad sesgada y a tantas mujeres que permanecen sin pertenecerse en todo el mundo.

    Esta es una historia de horror y sufrimiento, no es una lectura para entretenerse, aquí se viene a ponerse en el lugar de todos aquellos esclavos arrancados de sus aldeas en África o nacidos en cautividad, a sentir los latigazos de Sethe, a pasar la mano por las cicatrices en forma de árbol de su espalda que nos recuerdan el Martirio de Jesucristo, a interrogarnos sobre qué significa ser buena madre y querer a los hijos. Quizás, ser buena madre sea acabar de raíz con la certeza de violaciones y partos, de que les quiten a los hijos y los vendan, de trabajar de sol a sol y dormir en un barracón infecto, de no tener nombre, de que te lo cambien, de que te nombren por el nombre de la plantación, de no ser nada sino de alguien. Quizás acabar de raíz con todo ello sea la mejor solución, pero qué dureza, qué espanto.

    Toni Morrison fue galardonada con el Premio Nobel de Literatura 1993. Una mujer y de raza negra. Pero no lo ganó por eso, porque su obra es realmente buena, tiene un contenido histórico, una visión humana de la que se había desposeído al hombre negro, una forma inteligente, muy inteligente y exigente para el lector, llena de simbolismos que comprende que detrás de aquella fuerza de trabajo había seres humanos en los que ella profundiza, con sentimientos, lo que hace la esclavitud más perversa y dolorosa. Toni dibuja a brochazos que hacen un cuadro pese a que todo el lienzo no está cubierto, dejándonos numerosas preguntas, y nos sumerge en una literatura de tensión entre el goce de la prosa poética, creativa y original y el sufrimiento, como un collage de colores alimentarios ligeramente removidos en leche. La genialidad también se centra en la estructura y la técnica narrativa, todos los personajes tienen voz, hablan por sí mismos, de esta forma se consigue saber no sólo lo que sienten sino cómo se ven a sí mismos, un recurso complicado y poco utilizado que no hace más que demostrar el dominio del oficio. Utiliza el diálogo interior, el flujo de conciencia del que Joyce es un maestro y resulta muy interesante para el conocimiento de los protagonistas. Quizás por poner alguna pega, se siente un final un poco apresurado, pero también muy abierto en sintonía con el resto del libro.

    En cuanto a la traducción al español de Iris Meléndez he de lamentar que no recrea el ambiente lingüístico sureño, la traductora usa un español estándar con el que nos perdemos toda la idiosincrasia del inglés de los estados del Sur y más aún de la población esclava, evitándonos los giros, muchos simbolismos, y las diferencias sociales por el lenguaje. La metedura de pata es más grande en cuanto este año celebramos el centenario de la muerte de Benito Pérez Galdós, un maestro en reproducir el lenguaje de todos los estamentos sociales, las regiones de España y particularidades de los oficios. La comparación es lamentable. Una cuestión que nos hemos perdido por este motivo es el matiz que subyace en cómo se llamaba a los esclavos Man, hombre, pero como el que lo llama macho en dicotomía con hembra, de manera que la forma de ser hombre no tenía que ver con su consideración de persona, era un hecho animal, como cuando se apartan las cabras, los machos de las hembras, no podemos ni imaginarnos los problemas de incoherencia personal que este hecho puede producir.

    En “Llina, un Camino de Identidad, me hago eco de una anécdota que llevó a una amiga a hacerse vegana. Y es que, en una de sus estancias en Australia, vivió en un rancho con vacas. Un día, se dio cuenta que las vacas estaban todas juntas y temblando, “como un terremoto, movían el suelo”. Preguntó qué pasaba y le señalaron un camión que estaba llegando, el camión del matadero. Las vacas sabían que se llevaban a algunas y nunca volvían y lo que es peor, sentían miedo. Desde entonces no ha vuelto a comer carne. Y salvando las distancias, yo me interrogo sobre nuestro derecho sobre otros seres que pueblan la tierra y cómo no queremos saber si sufren, si son inteligentes, porque los estamos usando y saberlo sería intolerable. Aquellos esclavistas estaban convencidos de que los hombres y mujeres negros no eran humanos, que no sentían como nosotros, que no tenían necesidad de dignidad ni de libertad, que “llevaban la selva dentro”, y esto es así  porque de lo contrario su religión y su conciencia no se lo hubiera permitido. Horrible.

    El tabú sobre el filicidio nos parece una monstruosidad desde nuestro púlpito del primer mundo, pero no es nuevo por mucho que nos trastorne. En la antigua Esparta se producía la selección de los más sanos y fuertes, y eso no es cuestión de palabras, es coger a un bebé tirarlo por una ladera para que se lo coman las alimañas, ¿cuántas mujeres habrán decidido que era mejor matar o dejar morir a sus hijos que someterlos a la vida que les toca vivir? No queremos ni saberlo. Sethe se había alimentado de leche y sangre, eso condiciona, estructura la conducta.

    Pero Toni no parece estar tan interesada en el crimen, de hecho, toda la trama del libro está en las primeras páginas, más bien, está interesada en cómo se convive con ello y Sethe se exilia al 124 y se revuelca  en el hecho todo el día, tiene la presencia del bebé que crece y vive en el pasado. Ahí, en ese nido de dolor donde se desarrolla el fantasma de Beloved, Sethe se deja llevar autodestructivamente. La hija Denver, nacida tras la tragedia sufre la situación, convive con todo el influjo del dolor, con el miedo a que su madre la mate también, con la materialización de su hermana muerta pero finalmente da un paso al frente y decide vivir y luchar, trabajar, buscar ayuda, se enfrenta y hace algo. Sin embargo, sus dos hermanos escapan, nunca aparecen en la obra, desertan de ese espacio que les impide desarrollar una vida al margen del asesinato de una hija por su madre que impregna las paredes y ocupa el aire. La abuela hizo lo que pudo por mantener a su hija, pero enferma, murió. Finalmente, Paul D. reacciona escapando, pero regresa por Amor. Sí hay esperanza, sí hay vida después de un hecho monstruoso, lo difícil es resolver el duelo, lo difícil para un ser sensible e inteligente, una mujer negra esclava sensible e inteligente es resolver el duelo. Toni Morrison nos pone delante de los que los esclavistas no querían ver, la humanidad, la sensibilidad, la inteligencia y el dolor de los esclavos, porque se les hubiera estropeado el invento. Es una maestra de la Literatura que despierta conciencias.

    Hay literatura interesante de contenido esclavista americano como “Matar a un Ruiseñor” de Harper Lee, así como números filmes, pero nunca había conseguido meterme tanto en la piel de una mujer negra y esclava. Este libro produce una inflexión en la literatura de este género porque se vive desde dentro y el dolor es más duro y más triste, pero también más bello.

    Aunque ya he dado un un pequeño brochazo, el tema de los nombres es otra de las cuestiones importantes del libro, tanto lo ya dicho sobre de desposesión del nombres de los esclavos, como el nombrarlos como posesión de…, también numerarlos, porque demuestra el poder de los definidores, no de los definidos. Beloved dice “No me llamo nada”, siempre fue “la que gateaba” y murió antes de que su madre pudiera poner en su lápida Beloved, amada, su hija amada. Cuando el fantasma se hace carne para echar la esperanza en forma de Paul D. que amaba a Sethee, Beloved lo seduce y le dice, tócame dentro y llámame por mi nombre si quieres que me vaya, pero no supo su nombre, no lo tenía. Por otra parte, la plantación de los horrores se llamaba Sweet Home, que para los esclavos no era ni hogar ni dulce.

    Muchos fueron los esclavos que, tras la Guerra de Secesión, tras conseguir por ley su libertad, decidieron quedarse en el mismo sitio, por un salario de un plato de comida y su rincón en la barraca. Y nos remitimos a “La profecía autocumplida” acuñada por el sociólogo Robert K. Merton, una teoría que se fundamenta en la mentalidad de las personas a las que se les ha dicho desde siempre que no podrían hacer algo, que no son capaces, que no son inteligentes, que no están capacitados, y claro, ante el miedo al fracaso, prefieren lo malo conocido que lo bueno por conocer, la seguridad, sobre todo porque están tan maltratados que no confían en nada ni en nadie. También hay que tener en cuenta que a estas personas se les negó siempre la formación y sin herramientas es muy difícil construir el yo.

    Finalmente, les recomiendo que lean esta obra, es verdad que te hace sentir culpable, pero el pasado no se puede arreglar, realmente lo positivo es que te hace observar el horror y el dolor con una prosa y una estructura bellísima, y que lo que podemos hacer es evitar el tráfico y la posesión de personas dentro de nuestras posibilidades, al menos tener conciencia de ello.
   

martes, 28 de enero de 2020

ESPAÑA. UN RELATO DE GRANDEZA Y ODIO JOSE VARELA ORTEGA, conferencia y presentación organizada por AMUM



La Asociación de Mujeres Universitarias de Marbella, la Editorial Espasa y el Ayuntamiento de Marbella ha organizado esta charla de presentación de la obra de José Varela Ortega que se celebrará en el Centro Cultural Cortijo Miraflores el 7 de Febrero a las 19.30. Una cita y un punto de vista interesante.
Sinopsis de ESPAÑA. UN RELATO DE GRANDEZA Y ODIO
Una obra para pensar y reflexionar sobre quiénes somos y la importancia e influencia que hemos tenido en la Historia.
españa. un relato de grandeza y odio-jose varela ortega-9788467056662José Varela Ortega realiza en esta obra una apasionada defensa de España y de sus múltiples valores. Y lo hace desde varios campos: la filosofía, la literatura, el cine o el arte.

Analiza la imagen de nuestro país en el extranjero a lo largo de la historia y explica cómo se fue forjando de forma premeditada nuestra leyenda negra, pero resalta que también hubo una época de admiración hacia nuestro país y que, normalmente, se obvia desde España.

Es cierto que la imagen de España ha sido distorsionada por los estereotipos y la mirada del otro, pero también por los propios españoles.

Sin embargo, nuestra historia es más rica y respetada de lo que a la mayoría nos han hecho creer, y a ello dedica Varela gran parte de su texto, sin dejar de abordar cuestiones controvertidas como la conquista de América, la polémica obra de Bartolomé de las Casas, la piratería como ataque a las conquistas españolas, el mito de los Tercios de Flandes o la Inquisición.

Un minucioso trabajo de veinte años que muestra la admiración que se sintió por nuestro país y, al mismo tiempo, el odio y la envidia que despertamos en el mundo entero.
JOSE VARELA ORTEGA, breve curriculum
José Varela Ortega es presidente de la Fundación José Ortega y Gasset-Gregorio Marañón y editor de El Imparcial. Es doctor por la Universidad de Oxford y doctor en Historia Contemporánea por la Universidad Complutense. Ha sido catedrático de la Universidad de Santiago de Compostela, de la Universidad de Valladolid y de la Universidad Rey Juan Carlos. 


lunes, 27 de enero de 2020

TOC TOC teatro adaptación de Zhury en Marbella


    El pasado jueves se estrenó en Marbella TOC TOC la adaptación realizada por Jesús Ortiz de la famosísima obra de teatro francesa que ha recorrido los mejores teatros de occidente. El público que abarrotó el aforo rio a carcajada un guion que comprendió muy cercano por el lenguaje y los gags, y que fue posible gracias a la puesta en escena de los alumnos de tercer año del Taller de Teatro de Arte y Cultura de Marbella que dieron lo mejor de ellos mismos.

    Un año más, tenemos la fortuna de ser invitados a una vernissage del trabajo que Zhury, el actor, director y guionista Jesús Ortiz, pone sobre las tablas, en un trabajo que los amantes del teatro agradecemos por su contemporaneidad. En esta ocasión nueve alumnos de tercer curso han sacado su histrionismo más apropiado al escenario para interpretar un catálogo de Trastornos Obsesivos Compulsivos. Este acercamiento a un trastorno que muchos padecemos en mayor o menor medida y al que la obra trata con humor para humanizar, quitar hierro, reírnos de nosotros, hacernos amigos de la diversidad y normalizar unas actitudes que si se tratan como tragedia, tienen toda la del mundo pero, si se tratan con humor son un aderezo más de nuestras vidas.

    Con una música divertida, efectos de sonido y luz, un guion adaptado a las particularidades de nuestro uso del español en Marbella la puesta en escena nos hizo desternillarnos de risa. Hubo una TOC que estaba obsesionada con contar y hacer operaciones matemática, otro que cambiaba de humor sin que mediara un motivo, uno que no podía pisar raya, otra que repetía todo dos veces, una pobre que vivía el infierno del miedo a haberse dejado el fuego, la electricidad, la puerta, las llaves, perdidos o encendidos, un Tourette que no podía resistir el impulso de gritar insultos y palabrotas de lo más malagueñas, un hipocondríaco y una maniática de la limpieza, además de un asistente transformista que imitaba a Fredy Mercury en “I Want to Break Free”.

    Muchas gracias a todos por vuestro trabajo y por invitarnos, ¡¡¡seguid haciendo breaks en la vida ajetreada y seria de las personas!!!

***Fotografía de José A.Correa

viernes, 17 de enero de 2020

Velada Musical AMUM, 1 de Febrero




El próximo 1 febrero A LAS 19:30 disfrutaremos de una nueva Velada Musical AMUM.

Será en el espacio cedido por una socia muy generosa y entregada a la causa de NUESTRO PROGRAMA DE BECAS PARA CHICAS BRILLANTES DE LA MUNICIPALIDAD DE MARBELLA:
Dirección: Altos Reales A, casa 20

Las reservas las gestiona nuestra socia Juana Romero y nuestra presidenta María José Gámez, háganlas pronto pues el aforo es limitado:
619 682 844 js.romero@telefonica.net

La aportación al fondo de Becas será de 25€ que podrá ingresar en esta cuenta o pagar a la entrada del evento:
Nº Cuenta: IBAN ES 42 0182 4135 4702 0170 4216

***Tras el concierto compartiremos impresiones en el tradicional cóctel que prepararán algunas de nuestras socias personalmente.

Programa

PRIMERA PARTE

Johann Sebastian Bach, Ave Maria
Camille Saint-Saëns, Le cygne
Jules Massenet, Méditation de Thaïs
Edward Elgar, Salut d’amour
Fritz Kreisler, Liebesleid
Fritz Kreisler, Schön Rosmarin
Vittorio Monti, Csárdás

SEGUNDA PARTE

Gabriel Fauré, Pavane, Op.50
Antonio Vivaldi, L’inverno
Jacques Offenbach, Barcarola
Wolfgang Amadeus Mozart, Divertimento en Re mayor
François Joseph Gossec, Gavotte
Astor Piazzolla, Oblivion
Carlos Gardel, Volver
Carlos Gardel, Por una cabeza
Pablo de Sarasate, Romanza andaluza Op.22




Intérpretes
Sofiya Tkach, nacida en Ucrania de familia de músicos, empezó a estudiar violín y piano a los 7 años en Ucrania y posteriormente en Bielorrusia.
Ha trabajado en la Orquesta Nacional de Radio y Televisión de Bielorrusia, en la Orquesta Sinfónica Provincial de Málaga, en la Orquesta de Cámara de la Universidad de Málaga, en la Orquesta de Zarzuela, en el  Teatro Lírico Andaluz del 2005 al 2009  y en la Orquesta Filarmónica de Málaga.
Ha sido profesora de violín y lenguaje musical en la Escuela Municipal de Música en Nerja y es   solista del Brío Quartet (Junta Andalucía). En la actualidad es profesora de piano y violín en el British School of Málaga.

Félix Rodríguez Gutiérrez comienza sus estudios en el Real Conservatorio de Música Superior de Madrid con los profesores Almudena Alemany, Margarita Degeneffe, José Luis Fajardo y Ángeles Rentaría, con la cual acaba la carrera obteniendo siempre altas calificaciones. También estudió música de Cámara en Londres con David Ravenscroft y el trío de cámara inglés.

Amplía sus estudios en Austria con Ángel Berrocal y José Francisco Alonso, siendo éste último el de mayor influencia en su estilo.
Desarrolla una intensa labor concertística y pedagógica y en la actualidad es profesor de la especialidad de interpretación musical de la Escuela Superior de Arte Dramático de Málaga.

viernes, 10 de enero de 2020

“La Narrativa del Siglo XX en Estados Unidos e Hispanoamérica”, comienza el seminario AMUM


 La Asociación de Mujeres Universitarias de Marbella acaba de empezar el primer seminario del año 2020 “La Narrativa del Siglo XX en Estados Unidos e Hispanoamérica” que se impartirá cada semana en la Escuela de Alta Hostelería de Les Roches.

    El pasado miércoles la presidenta María José Gámez introdujo el seminario y calentamos motores con un principio de siglo muy reactivo a la fascinación por la vieja Europa y la necesidad de identidad propia de la Literatura Latinoamericana.


    El trimestre nos llevará de Scott Fitzgerald a García Márquez pasando por todos los hitos que conforman la maravilla literaria del otro lado del Atlántico.  Será impartido por las profesoras Miriam López Rodríguez, Literatura en inglés y Rocío Peñalta Catalán, latinoamericana.

     Este seminario ha despertado un gran interés por lo que deseamos que cumpla todas nuestras expectativas de excelencia AMUM.




lunes, 6 de enero de 2020

CONCIERTO DE AÑO NUEVO, ESTEPONA

Varias de nuestras socias han asistido a este concierto de Año Nuevo que nuestra socia y melómana Rosa Pérez ha reseñado:

Fantástico concierto de año nuevo de la OFM ayer noche en el auditorio F.6 de Estepona, que pretende institucionalizarse , con lleno absoluto ,imitando al mundialmente famoso concierto de año nuevo de Viena, y que se celebra el dia anterior en Malaga.
Lo dirige su director titular Manuel Hernandez Silva, venezolano, afincado en España, que nos deja una vez mas una muestra de su sello particular y que pretende tender un puente entre la música de nuestro viejo continente, en especial de Viena, donde el maestro  estudio música a la música de los países centro y sudamericano dejando claro que la música clásica no entiende de fronteras.
Asi pudimos vibrar con  el calor de la música sudamericana, y con la tradición de la música centroeuropea , vienesa, el famosos vals de Strauss que llego al otro lado del atlantico con sus famosos crecendos y ritmo típicos y deleitándonos con un paseo por la zarzuela  con el Fandango de Doña Francisquita.
Pacho Flores toco magistralmente la trompeta en dos piezas de sabor caribeño ,como el manisero y guantanamera asi como por el vals Morocota compuesto por el mismo, en perfecta simbiosis  con la orquesta  
  Asimismo hizo el cuatrista Leon Rondon quien hizo el deleite del publico con este instrumento típicamente venezolano, llamado cuatro por poseer solo cuatro cuerdas a diferencia de otros de cuerda pulsada, y que pertenece a la familia de las antiguas guitarrrillas españolas, descendiendo de la vihuela.

En definitiva, una experiencia inolvidable la que produce este director con su sola presencia y gestualidad en el escenario y que consigue envolver a los músicos que dan lo mejor de su musicalidad e instrumentos bajo su batuta.   Bravo maestro!
Rosa Pérez