Un ensayo académico es la exposición por escrito de una tesis fundamentada en la lectura atenta de textos referentes a un tema específico, de interés o relevancia para una disciplina en particular. Esas lecturas deben proveer evidencias claras que sustenten la tesis principal del trabajo; por eso, deben estar consignadas claramente, incluso citadas de manera textual, con el propósito de mostrar su procedencia.
Es sumamente importante que el autor del ensayo consigne con toda claridad los datos completos de la publicación de donde está tomando sus ideas: en primer lugar, por motivos éticos y de honestidad intelectual: los libros y los artículos publicados son resultado del trabajo coordinado de investigadores, escritores, traductores, editores y muchos otros profesionales cuyo esfuerzo merece crédito. Copiar parte de sus trabajos sin señalar la fuente equivale a robar el acervo intelectual de esos autores; asimismo, se comete un fraude frente a la institución en la que se presenta el ensayo plagiado. En segundo lugar, un ensayo académico será mucho más serio y digno de crédito, en la medida en que tenga fuentes autorizadas, es decir, reconocidas por la comunidad científica. En algunos casos, el valor principal de un ensayo reside en la acumulación de fuentes que antes de este trabajo se encontraban dispersas; gracias a la investigación, se establecerá un nexo entre esas fuentes y se iluminará una parcela del conocimiento que antes era parcialmente desconocida.
Una característica fundamental de un ensayo bien escrito es la claridad de exposición que guardan las ideas contenidas en él. Para lograr un ensayo de calidad académica, primero hay que organizar los temas que se van a exponer, de modo que entre ellos exista una consecución lógica. El lector no debe malgastar su energía tratando de imaginar lo que el autor puede haber querido decir en el texto, sino que debe pasar con facilidad de un párrafo a otro (y por lo tanto, de una idea a otra) para que pueda concentrarse en lo que se dice, y no en cómo se dice. Además, la consecución lógica significa que una idea se deriva de otra que la precede inmediatamente, o bien que las ideas se encuentran juntas porque guardan entre sí alguna similitud. Si no pone cuidado en estos detalles, el autor de un ensayo puede estar desviando inútilmente la atención de su lector, dándole pistas falsas que no desembocarán en la idea que quien lee se había formado con los párrafos precedentes.
Todo ensayo académico debe tener tres partes básicas:
Es sumamente importante que el autor del ensayo consigne con toda claridad los datos completos de la publicación de donde está tomando sus ideas: en primer lugar, por motivos éticos y de honestidad intelectual: los libros y los artículos publicados son resultado del trabajo coordinado de investigadores, escritores, traductores, editores y muchos otros profesionales cuyo esfuerzo merece crédito. Copiar parte de sus trabajos sin señalar la fuente equivale a robar el acervo intelectual de esos autores; asimismo, se comete un fraude frente a la institución en la que se presenta el ensayo plagiado. En segundo lugar, un ensayo académico será mucho más serio y digno de crédito, en la medida en que tenga fuentes autorizadas, es decir, reconocidas por la comunidad científica. En algunos casos, el valor principal de un ensayo reside en la acumulación de fuentes que antes de este trabajo se encontraban dispersas; gracias a la investigación, se establecerá un nexo entre esas fuentes y se iluminará una parcela del conocimiento que antes era parcialmente desconocida.
Una característica fundamental de un ensayo bien escrito es la claridad de exposición que guardan las ideas contenidas en él. Para lograr un ensayo de calidad académica, primero hay que organizar los temas que se van a exponer, de modo que entre ellos exista una consecución lógica. El lector no debe malgastar su energía tratando de imaginar lo que el autor puede haber querido decir en el texto, sino que debe pasar con facilidad de un párrafo a otro (y por lo tanto, de una idea a otra) para que pueda concentrarse en lo que se dice, y no en cómo se dice. Además, la consecución lógica significa que una idea se deriva de otra que la precede inmediatamente, o bien que las ideas se encuentran juntas porque guardan entre sí alguna similitud. Si no pone cuidado en estos detalles, el autor de un ensayo puede estar desviando inútilmente la atención de su lector, dándole pistas falsas que no desembocarán en la idea que quien lee se había formado con los párrafos precedentes.
Todo ensayo académico debe tener tres partes básicas:
Introducción. Debe incluir breves antecedentes que servirán para ubicar al lector en el tema que se va a estudiar en el ensayo. También servirá como justificación para el trabajo: ¿El tema es lo suficientemente relevante como para que el autor haya decidido estudiarlo? Pero, más importante: ¿Este tema es lo suficientemente relevante como para que el lector se tome el tiempo necesario para leer el ensayo? Una buena introducción contendrá, también, la hipótesis que el ensayo quiere demostrar (ésta deberá convertirse en tesis al final del ensayo: la “hipótesis” es un enunciado de conocimiento que está en un grado menor que una “tesis” y tiene que explicarse). Aunque la hipótesis puede estar enunciada como una pregunta que se desea contestar en el desarrollo, lo mejor es establecerla como una oración afirmativa, generalmente al final de la introducción.
Desarrollo. Es la parte principal o cuerpo del trabajo. En él, el autor debe formular y explicar los pasos lógicos que lo llevaron a establecer la tesis. Se trata de un ejercicio persuasivo en el que el autor del ensayo concatenará sus propias reflexiones con las evidencias textuales que recopiló durante la investigación. En un buen ensayo, el autor incluirá solamente aquel material indispensable y suficiente para llegar a conclusiones claras y convincentes. Aunque durante la investigación se encuentre material interesante y que merezca la pena de revisión, éste no deberá incluirse si se desvía del tema central (aunque puede haber notas a pie de página que recomienden la revisión de tales materiales, como cortesía para el lector).
Conclusiones. Éstas deben estar expresadas con claridad, y, por supuesto, deben derivarse del desarrollo del trabajo; por lo tanto, esta sección no podrá introducir nuevos temas ni “concluir” hechos cuyo tratamiento sea ajeno al ensayo. Sí podrá, por otro lado, sugerir que el tema no se ha agotado en el trabajo, y que por ende quedan aspectos que merecen estudio, o incluso invitar a la investigación de aspectos relacionados con el ensayo que en ese momento se concluye.
Por lo que se refiere a la redacción del trabajo, deben evitarse a toda costa las muletillas y los lugares comunes que no aportan nada al conocimiento, y sí hacen desmerecer el estilo del ensayo (frases como “de una u otra manera”, “el hecho de”, etc.); así como los giros coloquiales que harían parecer al ensayo la trascripción de un discurso hablado. También deberá cuidarse el tono de la escritura, de modo que no haya un estilo afectado o poco natural que dificulte la comprensión de la lectura: el estilo verdaderamente elegante se consigue mediante la simplicidad de las oraciones; si una idea es de verdad importante, se sostendrá por sí sola, con la fuerza de la argumentación, y no con ornamentos innecesarios.
Finalmente, se recomienda imprimir primero un borrador que se someterá a una lectura cuidadosa con el propósito de enmendar todos los errores posibles: de concordancia gramatical, de tipografía (errores “de dedo”), cacofonías, reiteraciones, ambigüedades, faltas ortográficas, de acentuación diacrítica, etc.
Para la presentación profesional de un ensayo, deben observarse las siguientes reglas básicas:
- El título debe escribirse centrado, sin punto final, y con las mayúsculas estrictamente necesarias (inicio de oración, nombres propios, etc.). Antes del título debe haber un espacio en blanco, de modo que la primera línea del ensayo quede, más o menos, a tres cuartas partes de la página. Este espacio se llama “colgado” y sólo se deja en la primera cuartilla, por motivos estéticos. La primera página nunca se numera. El resto de las páginas van numeradas progresivamente (a partir de la número 2). Este número debe aparecer en el extremo superior derecho de la página (todo esto se consigue desde el menú “Insertar” del procesador de palabras).
- Después del título, se deja un espacio en blanco y luego se escribe el nombre del autor, cargado a la derecha. El nombre del autor va en orden natural: nombre de pila, apellidos, y no va precedido de partícula alguna (“Por:”, “Escrito por:”, etc). Las portadas con el nombre de la escuela, del trabajo, del autor y del profesor se reservan únicamente para tesis que se entregarán a la biblioteca, pero son innecesarias en ensayos académicos breves.
- El ensayo debe estar escrito en cuartillas; es decir, en hojas blancas escritas por un solo lado, a doble espacio, con tipo Times New Roman o Courier New de 12 puntos, con los márgenes establecidos por el procesador de palabras (más o menos 2.5 cm por lado. Generalmente el margen izquierdo es un poco mayor, para permitir la encuadernación o el engargolado). Con estas especificaciones, en cada cuartilla caben alrededor de 26 líneas con 65 caracteres cada una (contando espacios en blanco). El espacio entre líneas es importante para facilitar la lectura y para permitir marcas de corrección. El texto del ensayo, así como las notas a pie de página, deben ir justificados (alineados) de ambos lados (derecho e izquierdo).
- Ninguna parte del trabajo lleva negritas (bold letters). En caso de que sea necesario subrayar alguna parte del texto, ésta debe ir en cursivas. Las cursivas se utilizan para: a) títulos de libros, publicaciones periódicas (diarios y revistas), títulos de películas; b) locuciones extranjeras (por ejemplo: per capita, non bis in idem, habeas corpus, grosso modo, op. cit., etc.).
- Todos los párrafos deben ir sangrados. La sangría debe ser de alrededor de medio centímetro. Entre los párrafos no debe haber renglones en blanco.
- Si el trabajo lleva subtítulos, éstos van en cursivas, cargados a la izquierda. Los subtítulos tampoco llevan punto final.
- Si se copia textualmente, la cita debe ir entre comillas cuando tenga cinco renglones o menos (aproximadamente 100 palabras). En caso de que la cita supere ese número de renglones, debe ir en forma de trascripción, es decir como un párrafo aparte, con interlineado sencillo, y con márgenes mayores (un centímetro extra a la derecha). Es posible que el texto trascrito vaya con un tipo menor que el resto del trabajo (el tamaño de la tipografía en el ensayo es de 12, la trascripción puede ir en 11). La trascripción no debe ir entre comillas: el formato especial indica que se trata de una copia.
- Cualquier anotación que no pertenezca al texto citado (y que por lo tanto es una añadidura hecha por el autor del ensayo) debe ir entre corchetes [ ]; los corchetes sólo se usan en este caso. En el resto del ensayo, las aclaraciones del autor sólo irán entre paréntesis o guiones largos.
- Las notas a pie de página van numeradas consecutivamente. La llamada debe ir en superíndice después de la puntuación (ejemplo: palabra.3 ; o bien: palabra,3). Las llamadas y las notas correspondientes deben quedar en la misma página. El tamaño de la tipografía en las notas es de 10 puntos (todo esto ya está previsto en el procesador de palabras, que hace los ajustes automáticamente).
- Si las notas a pie de página consisten en referencias a libros, artículos u otras publicaciones, el nombre del autor debe ir en orden natural: nombre de pila, apellidos (ejemplo: Carlos Fuentes…, nunca “Fuentes, Carlos…”). La inversión de este orden sólo tiene sentido en la bibliografía, pues en ella los datos se ordenan alfabéticamente con base en el apellido de los autores. En las notas a pie de página, este orden alfabético no opera, pues éstas están numeradas consecutivamente.
- Al consignar los números de página en las notas al pie, debe cuidarse que todas tengan punto final. Siempre hay un espacio en blanco entre la abreviatura de “página” y el número de ésta (ejemplo: p. 25.; nunca: p.25). Si se trata de dos o más páginas, la abreviatura plural es “pp.” (ejemplo: pp. 25-26.)
- La bibliografía debe contener todos los datos de las referencias (autor, título, editorial, ciudad, año, páginas, etc.) En este caso, los nombres de los autores serán consignados de la siguiente manera: apellido, nombre. Si un libro tiene dos autores, sólo se invierte el orden en el nombre del primer autor (ejemplo: Elizondo, Carlos y Benito Nacif…). En caso de haber más de dos autores, sólo se escriben los dos primeros y et al. (ejemplo: Cázares, Laura, María Christen Florencia et al.) sin puntuación entre el nombre del segundo autor y la locuciónet al. (La partícula “al.” siempre lleva punto, pues se trata de una abreviatura latina.) Las entradas de la bibliografía estarán ordenadas alfabéticamente por el apellido de los autores.
- Si hay dos entradas correspondientes al mismo autor, sólo se escribe el nombre en el primer caso. En los siguientes, en vez del nombre se ponen tres guiones largos seguidos de coma (———,). Los tres guiones largos aparecerán (en pantalla y en la versión impresa) como una sola línea continua. Estos guiones se consiguen en el programa Word pulsando al mismo tiempo las teclas “Control”, “Alterno” y el signo de sustracción en el teclado numérico (-). Si no se encuentran los guiones largos, se escriben seis cortos (------).
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