Este mes en la tertulia de la Asociación de Mujeres Universitarias de
Marbella vamos a dialogar sobre la colección de cuentos no tan cortos de Alice
Munro, “Demasiada Felicidad”.
Con estas líneas haré una reflexión con el objetivo de tener unas ideas
más claras a la hora de conversar sobre el libro:
He de confesar que no me ha gustado tanto como tenía en
expectativa, a primera vista las historias son grises y serenamente malvadas,
no he pasado un buen rato ni me ha pegado a la página. Sálvese esta apreciación
que no es razón para desdeñar un libro también reconozco que tiene como mérito
un lenguaje sencillo para retratar el alma de personajes complejos.
La Munro tiene un estilo personal muy depurado pero que no me apasiona a
la primera, de hecho la estoy apreciando más según reflexiono para estas notas.
Tiene la cualidad de contar la parte menos emocionante de las historias,
haciendo un pacto con la cotidianidad. Como en la primera historia donde hace
protagonista a la mujer de un convicto que ha matado a sus tres hijos, no te
relata los atroces momentos del delito, ni el dolor de la madre, la autora va al
día a día de la relación con la apresada del preso y al momento en que ocurre
un hecho en la vida que hace a esa mujer dependiente de un abusador psicológico,
cortar tranquilamente el cordón fatal que los une.
La autora se empeña en la elegancia de lo no histriónico en un mundo
centrado en la carnaza. Actualmente contamos con profesionales de las letras y
del periodismo en especial que consiguen hacer sensación con una historia
mediocre, por el contrario Alice hace lo contrario, nos hace sentir que todos
los obstáculos, pasiones, las injusticias incluso crímenes forman parte del
natural devenir del humano. Es un mérito enorme, una dificultad a la que hemos
estado acostumbradas las mujeres de todos los tiempos, a contar situaciones
importantes en términos de Maripili (Síndrome de la mujer con miedo a destacar
por no parecer una feminista agresiva). Sin embargo, y es una cuestión personal, a mí, me gustan más las pasiones, la historias contadas con vértigo,
que te impulsen de manera decidida a abrir una nueva página.
En fin es otro estilo, una forma de contar hechos atroces desde el
reposo que a mí no me ha entusiasmado en la lectura pero sin duda alguna estoy
apreciando más y más durante la reflexión.
Ana E.Venegas
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