La novela realista de esta entrañable novelista española dio para una buenísima tertulia que comenzó con la introducción de Eloísa Sánchez Amilategui que hizo un recorrido biográfico y bibliográfico de la autora. Os dejo el vídeo con la tertulia completa y la selección de Eloísa debajo:
ENTRE VISILLOS, Carmen Martín Gaite
Biografía
Carmen Martín Gaite (Salamanca, 1925 - Madrid, 2000) fue una de las figuras más importantes y precoces de las letras hispánicas (confesó escribir cuentos desde los 8 años).
Carmiña empezó a escribir como un juego. Divertida, vital y libre, la niña a la que sus padres inspiraron, él con una amplia biblioteca y ella con independencia e igualdad, aprendió desde la raíz a ser una mujer lúcida y dueña de su propio destino.
Se licenció en Filosofía y Letras en la Universidad de Salamanca, donde conoció a Ignacio Aldecoa y a Agustín García Calvo. En esa universidad tuvo además su primer contacto con el teatro participando como actriz en varias obras. Colaboró en varias revistas como Trabajos y Días en Salamanca.
Hoy su figura es un símbolo feminista, pero para ella esa etiqueta no existía. Su fortaleza era saberse libre desde siempre, sin nombres, ni adjetivos más allá del suyo propio y el de la determinación y la perseverancia con la que se formó y ejerció su oficio más querido, el de la escritura. El ambiente en el que creció le permitió trascender la gris realidad de su Salamanca natal y descubrir la vitalidad oculta detrás de las niñas y las mujeres de su época, oscurecidas por un tiempo de moralidad rígida, represión femenina y Guerra Civil.
En la Universidad se encontró con un mundo insólito y refrescante. Allí estaban Ignacio Aldecoa, Alfonso Sastre… y algunas mujeres tan inquietas como ella, como Josefina Rodríguez o Ana María Matute. Carmen se integró con entusiasmo en ese grupo que pronto revolucionaría la literatura española, la Generación de los 50. Uno de sus más notables miembros, Rafael Sánchez Ferlosio, sería el amor de su vida.
Allí se convirtió en una de esas “chicas raras”, como llamaban a aquellas mujeres libres, contemporáneas de Martín Gaite, dispuestas a escribir y tener su propia autonomía, colándose con acierto en la bohemia cultural, mientras esperaban un porvenir. “No teníamos dinero y sin embargo lo pasábamos muy bien”.
En verano de 1948, tras terminar su licenciatura en la rama de Filología Románica, fue becada para ampliar estudios en el extranjero, en el Collège International de Cannes.
Después se traslada a Madrid, pero nada fue fácil: mientras sus compañeros comenzaban sus carreras ella tuvo que esperar. Durante el camino, se casó con Sánchez Ferlosio en 1953 -con el que repartía las tareas domésticas y acordaron no interferir nunca en sus respectivas actividades como escritores-. El matrimonio pasa unos meses en Roma, en casa de los abuelos maternos del maridoo, además de visitar otras ciudades italianas como Nápoles, Florencia y Venecia. Este periodo italiano le llevó a contactar con la literatura contemporánea de ese país; entre sus principales influencia destacan Cesare Pavese, Italo Svevo y Natalia Ginzburg.
A su regreso a Madrid, sufrió un primer fracaso literario y la muerte de su primer hijo, Miguel, con 7 meses de una meningitis. Pero Carmen era buena escritora y tenaz, y pudo acabar su primera novela, ‘Entre visillos’, que supuso una conmoción. En una España en la que la mujer necesitaba autorización del marido para todo, fue en secreto y a espaldas de él como Martín Gaite presentó su primera novela al Premio Nadal, que le sería concedido en 1958.
Con el boom hispanoamericano de los 60, toda la Generación de los 50 quedó relegada, y Carmen con ella. Dejó a un lado la novela y se dedicó a todo tipo de oficios relacionados con las Letras. En el 70 se separa y se va a vivir con su hija Marta, saca fuerzas de flaqueza y en 1974 escribe ‘Retahílas’, cuya publicación supuso su resurrección. Cuando por fin se sucedían éxitos y reconocimientos, el azar volvió a mostrarse cruel: en 1985 su hija Marta murió de SIDA a los 29 años
Y a ella le dedica uno de sus libros:
“Para el alma que ella dejó de guardia permanente, como una lucecita encendida, en mi casa, en mi cuerpo y en el nombre por el que me llamaba (Calila)”
Toda su carrera triunfal se vio afectada.
Escribir, para ella, no sólo era un modo de trascender, también fue la válvula de escape al dolor “Las dificultades me excitan y me estimulan” solía decir ella.
Su trabajo fue muy copioso, de calidad y variado: Novelista, poeta, ensayista y traductora, Su éxito se respaldaba tanto en la crítica como en el público.
No hablamos, sin embargo, de una literata pura sino de una intelectual completa.
ü Publicó su primer cuento, Un día de libertad, en 1953.
ü Su primera novela, El balneario, fue publicada en 1955 y obtuvo ese mismo año uno de los premios literarios de mayor prestigio en España, el Café Gijón.
ü Escribe dos obras de teatro: el monólogo A palo seco en 1957, representado en 1987, y La hermana pequeña en 1959, estrenada el 19 de enero de 1999 en Madrid.
ü Durante la década de los sesenta continúa cultivando la narrativa, con obras tan importantes como Las ataduras (1960) o Ritmo lento (1963), pero es en los setenta cuando vemos la versatilidad de Martín Gaite. Publica en 1969 su ensayo sobre el proceso contra Macanaz, pensador, escritor, político regalista y fiscal general del Consejo de Castilla con Felipe V además de su tesis, recopila su poesía en A rachas (1976), y una de sus obras cumbre, la novela Retahílas, sale a la luz en 1974. También a esta década debemos su primera recopilación de relatos, Cuentos completos. Su faceta periodística se caracteriza por su etapa de redactora en los comienzos de Diario 16.
ü Entre otros logros, Martín Gaite destaca por haber sido la primera mujer a la que se le concede el Premio Nacional de Literatura con El cuarto de atrás en 1978, y por haber ganado en 1994 el Premio Nacional de las Letras por el conjunto de su obra.
ü En 1992 publicó Nubosidad variable, dedicada a su hija Marta.
ü Fue una de las personas más, y mejor, premiadas del mundo de la literatura; obtuvo el Príncipe de Asturias en 1988 compartido con el poeta gallego José Ángel Valente [1929-2000], el Premio Acebo de Honor en 1988 como reconocimiento a toda su obra, el Premio Castilla y León de las Letras en 1992, Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes en 1997, Pluma de Plata del Círculo de la Escritura otorgada en junio de 1999 y cuya ceremonia fue retransmitida por videoconferencia a través de Internet, algo sin precedentes, hasta aquel momento, en el mundo literario.
ü Con su ensayo Usos amorosos de la posguerra española recibió en 1987 el Premio Anagrama de Ensayo y el Libro de Oro de los libreros españoles. Esta obra dispara sus ventas, y desde entonces las obras de Carmen Martín Gaite están siempre entre las más vendidas en España, siendo espectacular su éxito en la Feria del libro de Madrid, donde solía ser su obra de cada temporada la más vendida de la feria.
ü Cultivó también la crítica literaria y la traducción destacando en autores como Gustave Flaubert [1821-1880], Rainer Maria Rilke [1875-1926] y Emily Brönte [1818-1848], colaboró, asimismo, en los guiones de series para Televisión Española Santa Teresa de Jesús (1982) y Celia (1989), serie infantil basada en los famosos cuentos de la escritora madrileña Elena Fortún (1886-1952).
ü Publica dos enormes éxitos de crítica y público, Lo raro es vivir en 1997 e Irse de casa en 1998, y en 1999 se publica y representa La hermana pequeña y recopila en Cuéntame, con la colaboración de la Emma Martinell Gifre, ensayos y cuentos escritos entre 1953 y 1997.
A finales del siglo XX, Carmen ya era una de las grandes, una mujer excepcional que abrió caminos nuevos, que inspiró a mujeres de todas las generaciones, referente ineludible del feminismo español. Es imprescindible recordar que el feminismo, en el período de 1960 a 1975 resurge en España desde dos posiciones distintas: dentro de los movimientos de lucha antifranquista liderados por los partidos políticos en la clandestinidad y dentro de los grupos católicos que lucharon por la mujer.
Murió a los 75 años en los albores del siglo XXI, abrazada a un capítulo de su último libro, a unas palabras tan vivaces como melancólicas. A una manera de entender la literatura y la vida.
Es enterrada en El Boalo, donde residió sus últimos años en la casa familiar y donde están enterrados sus padres y su hija.
Toda la obra de esta mente refinada está presidida por una gran fortaleza tras la que se esconde una gran fragilidad.
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