domingo, 23 de junio de 2013

“Adoro a Mauro” y la Chick Lit o la Romántica

   En mi heterodoxo camino por las letras, a veces inducida, otras por propia voluntad, paso de Shakespeare a Javier Sierra, de Vargas Llosa al “Infierno de Gabriel” y en este momento me encuentro ante la desconcertante novela, catalogada como chick lit e incluso romántica, “Adoro a Mauro” de Yolanda Quiralde.

    En verdad, no es que la obra provoque turbación, el caso es que yo me siento así y es que ante un libro clasificado, vendido como chick lit, literatura ligera, hecha por chicas jóvenes, sobre mujeres jóvenes, post-feminista, me he encontrado una lectura, satírica, cómica, histriónica, desinhibida, inteligente, bien construida, con personajes de peso, originales, rozando la desvergüenza. Me ha recordado muchísimo a las sensaciones que tengo cuando leo a Eduardo Mendoza o al fallecido Tom Sharpe. ¿Os acordáis de "Sin Noticias de Gurb" o "Wilt"?.

   Durante doscientas sesenta  páginas, la autora nos va presentado a su protagonista, un hombre, bastante extraño, ya que la mayoría de papeles principales en el género mencionado son mujeres, blancas, jóvenes, de clase media-alta y emancipadas. Mauro, que así se llama, es un treintañero inmaduro, con amigos de su misma índole, sin anclajes amorosos, rollitos sexuales frecuentes, arropado y controlado por su familia que se transporta hacia una historia de amor de forma abrupta, dirigido por accidentes domésticos y de tráfico, meteduras de pata, malos entendidos y las consecuencias de su principal cualidad, Mauro es un bocazas.

    Algunos personajes dignos de mención son: una “Pichóloga” (urúloga), una mariquita loca, maltratada por el amor, entrañable, y los padres del interfecto, que también tienen momentos de gloria por sus particulares caracteres.


    Esta obra no es para conseguir un Nóbel, ni falta que hace, a veces, muchas veces, más de cuatro veces, como la sevillana, lo que necesitamos es tocar el absurdo, olvidarnos de la cutre y trillada realidad para envolvernos en un manto jocoso de sentido del humor. A mí, Mauro me ha hecho reír a carcajadas y su amigo Chesu, caracterizado de homosexual-en-cabalgata-gay, me ha hecho recordar que el “hábito no hace al monje”, que hay muy buenas personas y muy buenos amigos, disfrazados, y sin disfrazar, también gente tóxica, pero esos no me interesan.


    El planteamiento de distribución sí me ha obligado reflexionar a sobre la dificultad con la que se encuentran los autores noveles en la actualidad, es complicado hacerse conocer, a veces para conseguirlo los escritores y escritoras se adscriben a géneros con fieles clientes, lo que me plantea esta obra es, si no nos estaremos perdiendo obras de gran talento por clasificarlas en segmentos a los que no acceden todos los públicos y sobre todo, a los que no llegan los lectores que dan enjundia a la literatura. Si este libro lo editara Planeta, seguro que sería de distribución masiva, no tengo más que ver la tirada que está teniendo el “Maestro del Prado” que excepto la documentación, basada en obras pictóricas, literarias y arquitectónicas de autores geniales, lo que es la creación de Javier Sierra, es de relato corto de Secundaria.

Ana E.Venegas

4 comentarios:

  1. No sabes la alegría que me da tu reseña. Has captado perfectamente la esencia de Mauro. Está concebida y escrita para todo lo que tú dices. Desde el fondo de mi corazón mil gracias por comparar a Maurito.con Wilt. Es todo un honor.
    Un abracito muyyy grande

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  2. Estupenda reseña.Tu comparación de Mauro con Sharpe hace que mañana mismo me compre el libro.

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  3. Muy buena reseña Ana, la has bordado... me alegro que te haya gustado la historia, y espero que como bien dices... los autores nobeles consigan que sus obras estén en el género que les corresponde... Hay que tener fe... y tiempo al tiempo.

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  4. Los prejuicios en literatura, al igual que en el resto de las cosas nos hacen perdernos autenticas maravillas. Que todo ha cambiado y sigue cambiando y tenemos que abrir esos cerebros dormidos que creen saberlo todo. Uissss qué profundo me ha salido... Yo me lo pasé bomba leyendo a Yolanda, pienso repetirla y me alegro que este club de lectura nos esté dando taaaaantas alegrías.

    REGINA ROMAN

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