miércoles, 7 de mayo de 2014

Cornelius Gurlitt, arte del expolio nazi:

quiso que su colección saliera de Alemania 

  • 1849411El coleccionista de obras presuntamente expoliadas por los nazis dejó en herencia su millonario patrimonio a una fundación de la que sólo se sabe que está en el extranjero. 

  • de ROSALÍA SÁNCHEZ para el Mundo


Gurlitt, en Múnich, en noviembre pasado.El coleccionista alemán Cornelius Gurlitt, hijo del marchante de arte de Hitler y de otros destacados jerarcas nazis y que falleció ayer en Múnich a los 81 años de edad, ha dejado un testamento del que no se tenía noticia hasta ahora y de cuya existencia informa hoy el diario bávaro 'Süddeutsche Zeitung'. En él, según esta información, habría dejado establecido que sus cuadros sean heredados por una fundación artística no alemana cuyo nombre no se ha hecho público.
La última voluntad de Gurlitt establece que la colección permanezca junta, pero no en Alemania. Sus familiares, vivos, entre los que se encuentra un primo que vive en Barcelona, no tendrán acceso a la propiedad de ninguna de las 1.280 obras, entre las que se cuentan piezas de Picasso, Chagall, Matisse, Beckmann y Nolde, valoradas en conjunto en unos mil millones de euros.
Tras una reciente operación de corazón en cuya recuperación se había topado con inesperadas dificultades, Gurlitt tomó la decisión de hacer testamento. Actualmente las obras están bajo la tutela de las autoridades alemanas, con las que llegó hace varias semanas a un acuerdo para ceder las obras. El efecto de esta cesión es temporal, estaba previsto que durara aproximadamente un año. El propósito era facilitar una supervisión pormenorizada de las obras por parte de personal especializado y establecer cuáles de ellas podían ser consideradas obras robadas a sus legítimos propietarios por los nazis, para proceder a su devolución. Se calcula que esta medida puede afectar, como máximo a unos cientos de obras, como es el caso de 'Dos jinetes en la playa', de Max Liebermann, y 'Mujer sentada', de Henri Matisse, cuya procedencia estaba documentada ya que habían pertenecido a judíos perseguidos.
El testamento debe ser ahora examinado para certificar su autenticidad. En caso de que se encontrase algún defecto de forma, la ley alemana establece que el heredero sería el marido de su hermana Betina, ya fallecida. "Yo no quiero nada, esos cuadros están malditos", ha dicho desde España su primo Ekkehard. "Ha sido el drama con los cuadros lo que le ha matado. Desde que todo se descubrió, ha sufrido mucho, ha sido cometido a una gran presión por parte de las autoridades alemanas. Le han amenazado con arruinarlo con impuestos si no cedía los cuadros".

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