lunes, 15 de diciembre de 2014

“El Cuarto de Atrás” de Carmen Martín Gaite


  El cuarto de atrás es un lugar y un estado, un sitio donde “La literatura nos ofrece el consuelo ante la escasez de expresión que la vida nos ofrece”, uno de tantos, pero éste, éste es el lugar personal de Carmen Martín Gaite.

    Preocupada como estaba del tema del interlocutor, la autora se decide por provocar una entrevista sin preguntas, un entrevistador sin cara, sin historia ni forma. Una excusa perfecta para una biografía con marcados matices fantásticos, su infancia alargada, extendida durante una época y un rol femenino de represión. Según me iba adentrando en la técnica no me lo podía creer, era la misma que creó Sándor Marai en “El Encuentro”, un interlocutor silencioso e inquietante recibe estoicamente los hechos, reflexiones y sentimientos de media vida, como una pared de roca donde provocar un eco tumultuoso al mundo.

    Con este juego de géneros entre autobiografía, entrevista y fantasía, Martín Gaite se adentra en la inquietud del ser humano-mujer en tiempos en los que debía buscarse una isla imaginaria donde respirar llenando por completo sus pulmones. Con estos episodios oníricos se mezcla la realidad política y social de la posguerra en España más detallada, con su percepción desde el balcón de una familia culta y acomodada, cuyo cuarto de atrás, cuarto de fantasía, se convirtió en despensa de viandas, el cuarto de sueños de medio país.

    Por otro lado Carmen aborda el proceso de creación en un montón de folios que va creciendo bajo el sombrero de la creatividad y que se va conformando a través de las vivencias, los sentimientos, los recuerdos, las divagaciones y las fantasías de escritora en una suerte de elementos simbólicos dignos de una auténtica genio de la elaboración mental.


    La autora coetánea de lo que se dio en llamar de la Generación la Mitad del Siglo XX, nos muestra a mujeres encerradas en sus propios pensamientos, clausurados por los roles y tradiciones, pero individuos inquietos a poco que tengan una oportunidad de formación, críticos a poco que su mente tenga espacio para tareas que no sean embrutecedoras, capaces de la piedad ante otras mujeres, hijas y esposas de hombres poderosos que secuestran su opinión. Todo, reflexiones, realidad, biografía, fantasía y cuarenta años de dictadura le caben a Martín Gaite en una noche de insomnio.

Ana E.Venegas
Pintura de Remedios Varo

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