Si hay
un genio de la Literatura en español, que se haya ganado estar en el Olimpo de
los dioses de las Letras junto a Don Miguel de Cervantes y Saavedra, ese es,
sin duda, Don Benito Pérez Galdós, un hombre culto, trabajador, con un talento
sobrenatural para la observación, la relación de conocimientos y experiencias, y
la redacción precisa, ácida, fiel a la realidad y adjetivada. El padre de los
Episodios Nacionales, Las Novelas Contemporáneas y las Espirituales consiguió
con su enorme producción no dejar títere con cabeza en la sociedad española, ni
en las clases altas, ni bajas, ni en la trabajadora, ni en el clero, ni en la
intelectualidad, todos llevaron un buen repaso y no fue crítica infundada, lo
hizo a través del cotidiano, como mandaban los cánones de buen Naturalismo,
copiando de la realidad de de su tiempo que no está tan alejado ni cronológica
ni organizativamente del nuestro.
El Hotel
Sultán de Marbella es sede mensual de una tertulia literaria donde se analizan
las obras de este escritor de mirada pesimista, propia de la Generación de 98,
que consigue sacarnos la carcajada en más de una ocasión. Don Benito era un
intelectual instalado en su tiempo, hambriento de las corrientes positivistas
de pensamiento, realistas y prácticas, y de las naturalistas en Literatura, no
en vano había leído y admiraba las obras que reproducían la vida sin
romanticismo de Émile Zola y Gustave Flaubert. Cada mes las personas que se
reúnen, todo el que quiera, pues es una tertulia abierta, leen una obra del
ilustre canarión que se ha elegido por mayoría y luego comentan sus
impresiones, dudas y lugares a los que les ha llevado la obra, resultando unas
tardes deliciosas en las que se demuestra que “el total es más que la suma de
las partes”.
En esta
ocasión me ocuparé de su obra “La Desheredada”, la que abrió su serie de “Novelas
Contemporáneas” y que precedieron a las “Espirituales” y a los “Episodios
Nacionales”, estas últimas, un trabajo documentado, de 42 novelas, que abarca
el periodo cronológico desde 1805 hasta 1880 a través de las cuales podemos
conocer toda la Historia de España.
La “Desheredada”
está considerada la primera novela naturalista en español según expresó Leopoldo
Alas Clarín en la reseña que hizo de ella. El argumento es simple y corto, una
mujer se cree heredera de un marquesado y persigue con poco éxito los derechos
sobre él. A partir de esa historia Pérez Galdós nos proporciona más de
quinientas páginas llenas de protagonistas reales, de historias de todos los
días, de la situación de los políticos, el funcionariado, la sanidad, en
especial las terribles instituciones de salud mental de la época, los esquejes
de los movimientos reactivos de las clases trabajadoras, de las posibilidades
organizativas de la nación, del federalismo, el anarquismo, de la idiosincrasia
de una galería de personajes tan exhaustivo como la vida misma, historias
particulares de sueños patéticos, de penurias, carestía, corrupción, abusos,
diferencias sociales, comportamiento que huyen de la realidad, envidias,
injusticias, sin olvidar una reflexión a motor parado sobre el sentido de la
vida, la muerte y el suicidio como libertad del ser humano para escapar de
ella.
Mención
aparte merece el uso degenerado de la moral cristiana que esta sociedad pervierte
hasta demostrar que no cree en Cristo, porque la hipocresía, la proposición de
casarse con un criado del amante y tener
un estanco como medio de llegar a la decencia, el aparentar más que el ser, el
encerrar a una hija díscola cometiendo un pecado de falta de amor al prójimo,
de juzgar, da síntomas de que la sociedad no creía en Cristo ni en otra vida,
ni en la omnipresencia de Dios, ni en un juicio de sus comportamientos, su
proceder era más terrenal, que los vecinos no vieran lo que hacían a escondida o
que pensaran que nadaban en oro cuando no había ni para arreglar el plomo de
las tuberías. Por otra parte, los que no se atrevían a tener este tipo de
conductas en un buen número se debía a la creencia de que hay que sufrir, que
aquí no se viene a disfrutar sino a penar, en este caso la voluntad de Dios
manipulada es muy apropiada para el conformismo y el control social.
El
universo galdosiano es propio de un genio y cualquier lector que se haya
adentrado en su obra comprobará cómo sus personajes viven en otras de sus
novelas, en “La de Bringas”, “Tormento”, “El Doctor Centeno”, sin incoherencias,
sin heroicidades. Cada vida, por normal que en principio parezca, tiene algo
que contar, porque la realidad es que no hay individuos completamente buenos o
malos y quien más y quien menos tiene alguna etapa de su vida, al menos, interesante
y aunque ese momento no sea propio para el orgullo si lo es para la exhibición
y la novelación. Los personajes de Galdós se entremezclan y conforman una red
en el que el autor no se priva de divertirse a la hora de nombrarlos: Pecado,
Sangüijelera, la de Pipaón, los ícteos de la familia Pez, los Relimpios,
Angustias, Tormento, Miquis, los Rufete… Además luego es capaz de asociar sus
nombres y su acciones en comentarios realmente hilarantes como “Los Pez, son
ícteos del orden de los Malacopterigios Adominales, Familia Barbus Voracíssimus,
especie Rémora Vastrátix”
En
cuanto a la protagonista de “La Desheredada”, encontramos un personaje
construido con una maestría que se nota cómo va degenerando a través de las
páginas, cómo va perdiendo el anclaje con la realidad. A veces da pena, otras,
mucha rabia y hay ocasiones en que es insoportable como cuando habla del pobre
Juan Bou, uno de los pocos productivos de la obra, del que dice “Bou es el
animal más cariñoso que conozco, le quiero como se quiere al burro con el que
salimos de paseo”. Isidora es altiva, clasista, consumista, atontada, objeto,
vaga, de moralidad distraída, cruel, caprichosa, irresponsable y si no fuese
porque vemos en ella una perturbación mental o una personalidad con grandes
defectos de carácter del que la primera víctima es ella misma, sería totalmente
inaguantable. Hay quien ve una personificación, un símil, una figura retórica en
el personaje de Isidora a través del que podemos apreciar los defectos, vicios
y errores de nuestra sociedad española, que en mayor o menor medida son los
defectos humanos presentes en todos los países y y civilizaciones.
Galdós
es tan buen observador y clarividente que es capaz de anticipar el concepto de
mujer objeto, cuyo mérito está en su aspecto exterior y “prudencia social”.
También adelanta las reacciones sociales al capitalismo burgués que se empeña
en tener maneras de noble con resultado patético, un quiero y no puedo que
lleva a las clases altas a despreciar a las trabajadoras y a nadar en el
piélago de las apariencias que no les hacen felices ni a ellos, creo que en ese
juego degenerado de la hipocresía sí hemos cambiado, ya no se les dice a las
chicas “con quien te vi te comparé”, ni se va a comprar pidiendo “deme un mantelito
que parezca y no sea”. Pero es que Benito, incluso, tiene para los nuevos
marxistas o anarquistas que en cuanto se ven con fortuna propia buscan excusas
para no distribuir la riqueza como mandan sus propios cánones. También
vislumbra lo que en Pedagogía actual se llama “La profecía autocumplida” y es
que el pobre Pecado, el chico al que se le apoda así desde pequeño, no hace más
que cumplir las expectativas que de él se tienen y se convierte en un maleante,
estaba sentenciado.
Dice
frases lapidarias de gran acidez como “Tenía blusas que se acordaban de haber
sido chalecos”, “quieren subir atropellando a los que están arriba, no por la
escalera del mérito o el trabajo, sino por la escala de la intriga, la
violencia, empujando”, “su pobreza no le parecía desgracia, sino injusticia”, “alas
postizas no valen para volar alto” o su visión de lo que ocurre con el Arte
coetáneo en todas las épocas “Hoy en día no se hacen más que mamarrachadas”, lo
mismo dicen muchos del Arte Contemporáneo de hoy.
Benito
Pérez Galdós usará diferentes técnicas narrativas a lo largo de la obra, el
estilo indirecto libre de un narrador omnisciente, el monólogo interior que
luego desarrollará James Joyce, la narración desde distintas perspectivas, la
segunda persona narrativa o la inclusión de capítulos enteros dialogados, piezas
de teatro dentro de la novela que nos pone ante el Gran Teatro del Mundo. Y
tiene momentos estelares que mí me han parecido propios de un genio como el capítulo
donde la Marquesa hace memoria de los acontecimientos que llevaron a la muerte
a su pobre hija díscola en el que Bethoven pone banda sonora, ritmo e intensidad
a las culpas, las penas, la valoración de lo perdido, amenazada por la
presencia intuíble de Mephistópheles y el perro negro, mientras te envuelve el
piano tocado por un niño que es clave en la novela.
Otro de
los puntos clave de La desheredada es el uso del lenguaje, un lenguaje
naturalista que reproduce el estatus social de los personajes incorporando
palabras del vulgo, deformadas u obscenas, en muchos casos enmascaradas, o
propias del idiolecto del personaje. La expresión “… y palante”, del litógrafo
catalán Juan Bou, la de “puño/repuño” de Encarnación Guillén, La Sanguijuelera,
o de Mariano, o el uso del adjetivo “roío” de Gaitica, que también acaba
adoptando Isidora tras vivir un tiempo con él son ejemplos de ello. También
podemos encontrar expresiones y palabras propias de cada personaje en las
disquisiciones de Juan Bou que habla del proletariado, del poder, de las masas,
de la propiedad, la explotación del obrero, la revolución…
Otto von
Bismarck dijo: «Estoy firmemente convencido de que España es el país más fuerte
del mundo. Lleva siglos queriendo destruirse a sí mismo y todavía no lo ha
conseguido» y debe ser verdad, porque no se comprende cómo aún funciona,
seguimos con una estructura tumorada con en el que el vicio del enchufismo, las
comisiones, la pillería, lo que Pérez Galdós llamó la “filogenitura”, el
convencimiento de que hay más “Jefes que Indios”, políticos y expolíticos de
barriga agradecida, amigos de los amigos que titulan ministerios, medios de
comunicación y universidades, cargos de confianza y que ni están formados ni
falta que les hace, total, para lo que piensan trabajar.
El próximo
29 de octubre, a las 18.00, nos reuniremos de nuevo para seguir profundizando
en la obra galdosiana, en esta ocasión discutiremos sobre “Cádiz” uno de las
novelas históricas de la serie “Los Episodios Nacionales”. Todas las personas
interesadas están invitadas.
¡Que buen comentario! <3
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