Se sabe que William Shakespeare fue bautizado en la Iglesia de la Santa Trinidad de Stratford-upon-Avon el 26 de abril de 1564, pero como no se conoce el día exacto en que nació, su cumpleañosse celebra (eso sí, por todo lo alto) el fin de semana anterior. Así ocurre tanto en Londres, donde triunfó como actor y dramaturgo, como en su ciudad natal, donde no se puede dar un paso sin toparse con la huella del escritor más famoso de todos los tiempos.
Así, los aficionados al teatro tienen cita este año en Stratford-upon-Avon el 20 y el 21 de abril para rendir homenaje a su hijo predilecto con fiestas y pasacalles dando el pistoletazo de salida a latemporada Shakespeare. Ya es primavera y siguiendo una tradición del siglo XVI, a partir de ahora y hasta que vuelva el otoño, es el momento de disfrutar de una obra de teatro y, en especial, de las que se representan a modo tradicional en un espacio escénico al aire libre con configuración de corrala.
Pero la experiencia Shakespeare es mucho más que ver una obra de teatro. Utilizando su nombre como bandera, se ofrecen multitud de actividades. Del 21 de abril al 3 de mayo tiene lugar el primero de los grandes festivales literarios de Gran Bretaña y el 28, al domingo siguiente, se celebra un maratón que recorre todos los puntos importantes de esta parte del condado de Warwickshire relacionados con el autor.
Festivales literarios
Aunque Shakespeare no hubiera nacido en Stratford, vale la pena explorar esta preciosa población de los Midlands a orillas de río Avon que mantiene su casco antiguo y unos alrededores idílicos. Por otra parte, es muy fácil llegar hasta ella. Salen trenes continuamente desde la estación londinense de Marylebone que tardan unas dos horas escasas. Desde España hay vuelos directos a Birmingham, a 45 minutos en tren.
Shakespeare no tendría problema en orientarse en la Stratford actual. La mayoría de los lugares que conoció no sólo se conservan sino que muchos están abiertos al público como museos, tiendas, iglesias u hoteles. En el centro se ven casas de su época, desde la suya natal y el taller de guantes de su padre a la iglesia donde no sólo fue bautizado sino donde seguramente se casaría y sin duda sería enterrado, como casi todos sus familiares más cercanos. De camino se pasa por las casas de sus hijas, nietas y amigos, así como su colegio y la sala donde quizás tuviera su primer contacto con una compañía de teatro profesional.
Para conocer los edificios más hermosos relacionados con él, hay que salir del centro. La casa de la familia de su mujer, Anne Hathaway, se encuentra en una pintoresca aldea a 20 minutos andando a través de un camino perfectamente indicado. A la granja de su abuela, Mary Arden's Farm, es un poco más difícil llegar, pero quien no quiera hacerse la caminata puede coger un tren o un autobús. De una u otra forma, vale la pena porque se puede comprobar cómo funcionaba una explotación agraria en Inglaterra durante el siglo XVI.
A la orilla del Támesis
Tampoco hay que perderse un paseo en barca por el Avon o por algunos de los canales habilitados en una barca tradicional para terminar viendo una obra tal como se escribió en el renovado Royal Shakespeare Theatre. Quien quiera conocer sus entresijos puede visitar las bambalinas, aunque nada es comparable a disfrutar de un espectáculo en su sala principal.
Después hay que ir a Londres, donde la temporada comienza con una fiesta el 21 de abril y las obras en The Globe, su teatro fetiche reconstruido en la orilla sur del Támesis, cerca de donde estaba en el XVII. Aquí también se está rehabilitando un segundo teatro (el Blackfriars) cubierto y se ha montado una exposición sobre Shakespeare y su época. Compañías especializadas en su teatro comparten sus conocimientos con un público al que no le asustan ni las incomodidades de un teatro tradicional ni las inclemencias del tiempo. No se suspende una función llueva o truene ni se permite el uso de paraguas.
En el mismo Londres siempre se coincide con varias producciones de Shakespeare, pero si busca algo especial tiene que asistir a las inusitadas representaciones del yacimiento de 1587 de The Rose, el único teatro relacionado con Shakespeare que ha llegado hasta nuestros días, aunque en ruinas. Se han planteado teorías discutibles sobre la su autoría de muchas de su obras, pero nadie cuestiona la existencia de un tal William Shakesperare que nació y murió en Stratford, enriqueciéndose durante su vida no sólo a través del teatro sino de múltiples negocios, no siempre enteramente éticos. De todo se tienen documentos. Si no existiera Shakespeare habría que inventarlo.
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