jueves, 18 de abril de 2013

Síndrome de Maripili

    En el proceso de aprendizaje del curso de Liderazgo que estoy realizando, he aprendido sobre este problema que afecta a más mujeres de las que pensamos, nos sentimos responsables de la felicidad de todo el mundo y necesitamos su aprobación. Tiene un nombre un pelín ridículo, pero si racionalizamos el síndrome, es tan absurdo como el título, el colmo de la mala gestión de la asertividad, lo peor es que nos impide progresar, sin que nadie más que nosotras nos pongamos la zandadilla. 
«Maripili es una mujer de cualquier edad que quiere agradar a todo el mundo, que lucha para ser buena en cada uno de los papeles que le ha tocado ejercer durante su vida, aunque esto implique un desgaste extremo tanto físico como psíquico, y que se desmorona cuando recibe un mensaje de rechazo o de censura», así resume la directora del I Congreso Internacional de Liderazgo Femenino, Carmen García Ribas, la situación de muchas profesionales de nuestro país.  Hace referencia a la actitud "de sabotaje no consciente" que tienen las mujeres universitarias y profesionales, como consecuencia del "miedo a no ser queridas y a no complacer la expectativas del entorno", que les impide progresar en el campo profesional.

García Ribas, profesora de la ESCI, ha explicado que el temor a "no gustar y a ser rechazada" perjudica "enormemente" su trayectoria profesional porque, de forma inconsciente, «lanzan mensajes no verbales de insuficiencia, de infantilismo y de necesidad de protección». De este modo, la profesional crea un "círculo perverso" del que no puede salir, puesto que sus miedos hacen que se someta a los estereotipos masculinos, lo que provoca sentimiento de culpa y hace que la mujer se reprima y no consiga los logros que podría obtener.


No hay comentarios:

Publicar un comentario