domingo, 4 de agosto de 2013

Unas 70 sectas operan en Málaga atraídas por la confluencia de culturas

De tipo espiritual, religioso, económico, sexual o relacionados con la salud. La proliferación de grupos sectarios es una realidad que avanza a pasos agigantados y que se cuela en todos los estratos de la sociedad como una telaraña aprovechando la vulnerabilidad de aquellos que por sus circunstancias personales se convierten en las víctimas perfectas. La Costa del Sol es, junto a la costa levantina y algunas islas como Tenerife, uno de los puntos más calientes para el asentamiento de estas actividades coercitivas atraídas por la multitudinaria confluencia de personas y culturas. Se calcula que solo en la provincia de Málaga operan entre 60 y 70 de todo tipo de estos grupos, frente a los 150 que hay en España y las más cien que tienen sede en Andalucía. 

En este listado, reconocido por múltiples expertos, están incluidos todos aquellos grupos que aplican técnicas de manipulación mental sobre otras personas. Pero, según José Miguel Cuevas, psicólogo clínico y social y experto en sectas, podrían ser muchos más porque cada año surgen nuevos movimientos de toda índole e incluso hay otros de origen autóctono de carácter local, apenas formados por entre 30 y 50 personas, de los que apenas se conoce su funcionamiento. 



La mayor parte tienen sede en Málaga capital, aunque el experto matizó que "no podemos ceñirnos a una localización concreta porque sus técnicas de captación se hacen en cualquier punto mediante ponencias o reuniones para captar a mucha gente". Existen numerosos perfiles de sectas, pero el nexo común es que suelen vender cubrir las necesidades que cada uno tiene en un momento determinado de su vida. Los que más víctimas atraen son los llamados grupos de la nueva era, relacionados con las energías y que ofrecen cambios de conciencia, alternativas de sanación y una ecología malentendida en la que se promulgan creencias ancestrales dedicadas a la Madre Tierra. 

Luego están las sectas de corte piramidal que, según el psicólogo, son organización que "prometen a sus víctimas que con sus productos podrán hacerse ricos o podrán sanar enfermedades como el cáncer". Además del engaño, explicó que las consecuencias de pertenencia a estos grupos es que "buscan la dependencia psicológica del individuo hasta llegar a cambiar por completo su vida y aislarlos de los demás". 


Los grupos de tipo comercial son los que se dedican a vender a puerta fría y suelen ofrecer ofertas de trabajo de dudosa legalidad. "Aplican técnicas coercitivas para hacerle creer al empleado que si vende mucho llegará a tener su propia franquicia", señaló. Otros tipos son las sectas de corte clásico de ámbito nacional e internacional, más habituales en las grandes ciudades, y los grupos que ofrecen terapias sin ninguna validez científica. 

Cientos de personas caen cada año en las redes de estas organizaciones que persiguen anularlas hasta someterlos a sus ilícitos fines. Pero es prácticamente imposible cuantificar el número de afectados que han sido seducidos por alguno de estos grupos sectarios, como tampoco existe un perfil concreto que defina a las víctimas. De hecho, el también profesor del departamento de Psicología Social de la Universidad de Málaga aseguró que la mayor parte de miembros sectarios son "personas cultas, inteligentes, muy trabajadoras y responsables, que normalmente provienen de familias normalizadas y que tienen inquietudes culturales y sociales". 

El motivo, señaló, es que normalmente las sectas, como ocurre con las empresas cuando hacen una selección de personal, "buscan personas brillantes, con éxito, que atraigan a más miembros a sus filas, que sean moldeables y, en definitiva, buenas personas con ganas de superarse y de aprender". Pero en realidad nadie está exento de caer en las redes de estos grupos. "Cuando me preguntan quién está en riesgo de entrar en una secta suelo responder: ¿tienes alguna inquietud, hobby, afición?... ¿Eres sociable, te gustan las personas?... entonces eres captable por alguna secta", dijo Cuevas. 


Aunque depende de la personalidad y las circunstancias de cada uno en un momento determinado para que se acerque una u otra secta porque normalmente tratan de captar a sus víctimas ofreciéndoles cumplir sus deseos o cubrir sus necesidades. Sin embargo, el psicólogo especializado en sectas recordó que "los factores situacionales son más relevantes que los personales". Es decir, una situación de vulnerabilidad personal, como la muerte de un familiar, la detección de una enfermedad, una ruptura sentimental o una situación de desempleo, "te puede arrastrar más fácilmente a las tentaciones y engaños del grupo sectario, experto en disfrazarse y tentar a personas normales", señaló. 

La captación se suele llevar a cabo mediante una combinación de la vulnerabilidad situacional y personal unido a las técnicas coercitivas aplicadas, que previamente han sido entrenadas y testadas para unir a su causa al mayor número de personas posible. Salir de estos grupos suele ser difícil, aunque depende del grado de persuasión, manipulación y tiempo que se esté en él. El principal problema para lograrlo, afirmó Cuevas, es que "la víctima piensa que pertenece a una élite y que debe mentir a veces para conseguir un mundo mejor. No piensa en ningún momento que lo que hace está mal". 

Pero solo hay un programa de detección de dependencia grupal para tratar a las familias y a los afectados en la provincia. El Ayuntamiento de Marbella ofrece este servicio de forma gratuita, donde Cuevas también trabaja como psicólogo para ofrecer ayuda a estas personas. Más de cien víctimas han sido atendidas.

De RAQUEL GARRIDO



Con la colaboración de José Miguel Cuevas Barranquero 

No hay comentarios:

Publicar un comentario