Desde el pasado miércoles podemos disfrutar de
la exposición “War in my Mind” de Paco Sanguino en el Centro Cultural Cortijo
Miraflores de Marbella.
La
inauguración fue un absoluto éxito de público y supuso una concentración
inusitada de artistas, críticos, expertos y amantes del arte. Se podría decir
que rara vez ha coincidido en un espacio tamaña fuerza creativa y talento.
La sala
de arriba del Cortijo Miraflores es en estos momentos un regalo a la ciudad, la
generosidad de un artista consagrado, con una larga carrera, que ha expuesto
nacional e internacionalmente y que tiene obra en centros de arte
contemporáneos como el CAC de Málaga.
“War
in my “Mind” es una colección de obras magníficas en la que destaca el
virtuosismo técnico y la creatividad de Paco Sanguino, junto con el compromiso de
zarandear el pensamiento conformista y adormecido por el soma de una sociedad
que nos hace insensibles a los horrores que sufren muchos seres humanos en este
planeta. Estamos siendo anulados y no nos damos cuenta, vemos imágenes de
guerra de niños desnutridos y no nos hacemos preguntas, no buscamos a los
responsables y no les exigimos que cambien las reglas del juego. Los que
regentan el mundo, los poderes económicos, los que tiene algo que ganar en las
contiendas, nos hacen creer que las batallas son provocadas por nuestros
intereses religiosos o nacionalistas, mientras, ellos no tienen ni patria ni
religión a no ser el del poder y el del dinero. Y nos dejamos hacer mientras
nos convertimos un rebaño de ovejas ante la socialización Disney, la
televisiva, los programas basura y toda esa alimentación fast food, valores que
nos obligan a dejar de ser críticos, de tener capacidad de elegir nuestro
propios razonamientos.
La
colección de obras que Paco nos regala está compuesta de grandes y medios
formatos en óleo, guiños de butacas que nos proporcionan la imagen de nosotros
mismo insensibles ante la atrocidad de la guerra.
Llama
la atención el óleo gigante que nos encontramos nada más entrar donde un enorme
tanque que debiera ser protagonista del horror, pisa alfombra persa y está rodeado de borregos,
alguno bastante zurbaraniano, retratos de madonas actuales y la ironía que nos
quita hierro y nos distrae del fondo con neones y globos de colores.
Absolutamente impactante es la galería de retratos de niños soldados de
todo tipo de ejército. También, los niños Vietnamitas huyendo del bombardeo con
napal mientras el espectador ve balones de Nivea. O la madre entregando el
legado envenenado de la educación judeocristiana en forma de mundo con su cruz
simbólica. O las máscaras de gas enmascaradas con las caretas de un Micky. Muy
perturbante es la chica americana regordeta y feliz que porta un arma como si
de un juguete fuera mientras un sillón militarizado observa lo que se hace
gracias a su poder.
Pero
a mí, me ha encantado la obra que está metida en una urna y que contiene el
libro de la guerra, un libro color acero que contiene un campo de batalla, un
foso, donde los ejércitos se matan. Mientras, los cocodrilos, no importa de qué
equipo, se reúnen en cónclave para manipular y sacar el mayor partido de su
obra de arte. Además, es de gran belleza estética, al igual que las demás
obras. Paco nos presenta un gran colorido, alegría, fiesta pero con un fondo de
tragedia humana, una ironía y un brillo que ha tenido a bien representar con
polvo de pirita que rodea a modo de dunas toda la obra, una auténtica
genialidad de un genio.
Os invito
a visitar esta exposición, no debemos dejar pasar esta ocasión, no somos ni
siquiera conscientes de la suerte que tenemos de que Paco viva en Marbella y
tenga la generosidad de compartir esta obra propia del MOMA, del Reina Sofía o
de cualquier otro centro de arte contemporáneo de importancia internacional.
Texto:
Ana E.Venegas
Fotografía:
José A.Correa
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