
Ayer se inauguró en el Centro Cultural
Cortijo Miraflores la exposición “Metamorfosis” del pintor Emilio Sújar Romero
que se mostró absolutamente generoso exhibiendo a los numerosos visitantes una colección
que abarca su viaje a través del dibujo, el color y la necesidad de contar sus
inquietudes.


El artista fue presentado por D. Germán
Borrachero, comisario de todas las exposiciones institucionales de Marbella y
director del Museo del Grabado Español Contemporáneo. A la convocatoria
acudieron conocidos pintores como Felipe Romero, Sánchez Gil, Pedro Molina, el escultor
Felix Martín, compañeros de su trayectoria musical como Erick Müller, el crítico del diario Sur José Manuel Sanjuan, el responsable del área de Diversidad del Ayuntamiento Juan Carlos Suffo, gente del
teatro, de las artes y de la docencia, amantes de la cultura que se dieron cita
en el citado centro expositivo para disfrutar de las obras de Emilio y de su
recorrido didáctico, que el propio artista hizo, sobre ellas, en un derroche de
argumentos sobre sus objetivos conceptuales y técnicos.


Emilio Sújar es un artista que tiene mucho
que contar y que pese a desenvolverse en un tiempo en que lo que se cuenta, a
veces, no es tan importante, él no se conforma con la abstracción absoluta pues
le faltan signos para expresar lo que le urge decir. Es por eso que el
figurativismo y sobre todo la imagen del ser humano acaban tomando el poder de
sus obras para mostrarnos historias humanas, de relaciones patológicas o no.
La muestra presenta obras a modo de
retrospectiva de las diferentes líneas de trabajo, series y temas en los que el
artista ha ido investigando y que sigue trabajando y desarrollando en la
actualidad. De técnicas también variadas, predominan en ellas los óleos,
acuarelas y técnicas mixtas, con lavados de tinta y acuarela sobre carbón y
gesso y óleo con medio a la cera).
En la retrospectiva encontramos guiños a
pintores en los que ha bebido con avidez.
La presencia de Velázquez se siente con puertas abiertas al fondo, Warhol se
interpreta con autorretratos seriados, el Expresionismo aborda muchas de sus obras
con colores y trazos, el Clasisismo impregna los desnudos, Sorolla se siente presente
por mucho que los colores lo estén evitando, porque Emilio es capaz de crear
ambientes que inspiran otros, sin ni siquiera compartir la paleta de color, es
capaz de hacer sepias sin sepias.
Por otra parte el artista tiene una
historia que compartir, y a pesar de que nos la contó, cada uno puede vivir las
obras desde su background. Un asistente me habló de relaciones homosexuales e
incluso de parafilias de sumisión y puede ser, hay símbolos que te pueden
inquietar desde el punto de vista del poder, aunque no hay porqué llevarlo al
tema sexual, quizás, desde mi punto de vista, el autor pretende mostrar su
concepto de la moral, no siempre, ni es maniqueo, sólo en momentos en los que
sí es importante lo que el ser humano ha hecho de sí mismo en su vida, “La
Divina Comedia” que fascinó a Emilio desde pequeño lo lleva a mostrar su
purgatorio, un mundo de pederastia donde el verdadero castigo es la pérdida de
inocencia de los infantes, o un infierno en el que el hombre se enferma y se
debilita, se pierde por agujeros, un concepto de infierno donde el ser humano
deja de serlo, de tener su fuerza, su energía, su capacidad de cambiar la
realidad.

No podían faltar dos de sus motores, el
retrato en la pintura y la música en la pintura y fuera de ella. De modo que
Emilio se retrata a sí mismo con caña, que ya hay que tener pulso, porque Sújar
no pinta de imagen fotográfica, siempre lo hace de apuntes o del natural y se
ha atrevido a traer dos trabajos de autorretratos que reflejan el paso del
tiempo pero también, el crecimiento interior, la biblioteca que hace al ser
humano sentarse en un sofá a contemplar y relacionar con todo lo que ya ha
acumulado dentro. En cuanto a la música se percibe y no sólo en las muestras
figurativas, el trazo de Emilio es muchas veces como halo dejado por la batuta
de un director de orquesta, se puede ver la melodía y a veces les pone letra,
que se deslizan en una pincelada como salida del instrumento del Falutista de Hamelín.
La exposición “Emilio Sújar Romero.
Metamorfosis” podrá ser visitada en el Centro Cultural Cortijo Miraflores hasta
el próximo 28 de octubre, de lunes a viernes, en horario de 09.00 a 20.30
horas. Vayan a verla es interesante.
Texto y maquetación: Ana E.Venegas
Fotografía: José A.Correa
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ResponderEliminarNOTO CIERTA DERIVA A MODO DE PRODOMOS ACERCA DE LO LAS CAPAS MAS PROFUNDAS ,NO REALES DE NUESTRO PENSAR COTIDIANO, INTERESANTE , EN CUANTO SE TRATARIA DE UNA PINTURA QUE PUEDE SER EMOCIONANTE E INTERACTIVA CON CIERTA ATRACTIVO HACIA LA PROYECCION DEL CONTEMPLADOR DE IMAGENES -
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