El pasado viernes se inauguró la temporada
de exposiciones en la prestigiosa galería de arte Yusto&Giner de Marbella.
Una sugerente colección de obras del joven talento José Carlos Naranjo reinó en
la sala grande del espacio expositivo. Y un lleno absoluto de público celebró
la vuelta de propuestas sugerentes y de calidad.
Ya echábamos de menos una buena reunión de
artista, coleccionistas y entendidos en arte, de las que se organizan en Yusto&Giner
alrededor de las inauguraciones de sus propuestas. El pasado viernes volvimos a
disfrutar de conversaciones entorno al espacio, la materia, la paleta de color,
los conceptos, los antecedentes y la creatividad. Como siempre fuimos multitud
y nos hicimos los remolones para no abandonar la galería hasta el último momento.
En cuanto a la nueva propuesta, Juan Pablo
ha jugado a caballo ganador, en este caso un joven que viene respaldado por una
licenciatura en Arte, numerosas becas nacionales e internacionales y premios
como el BMW de Pintura. El artista ha creado parte de la obra expresamente para
la exposición aún se olía a óleo fresco.
José Carlos Naranjo, que así se llama el
pintor, es un gaditano afincado en Londres y que consigue la vuelta de tuerca
del Pictoralismo en fotografía, aquel movimiento de principio del siglo veinte
con el que se pretendió pasar del puro retrato a la obra de arte, a través de
las técnicas fotográficas. Naranjo, para esto, reinterpreta la técnica del
efecto floue, el desenfoque, creando escenas que producen emociones cercanas al
desasosiego, misterios de personas que no están, que se marchan y cuya estela
no dejará huella.
Ya la obra con la que ganó el BMW apuntaba
este concepto, pero la nueva exposición, con excepción de los dos homenajes a
Manet y Goya denotan la tendencia hacia la abstracción más ingeniosa, pues
manchas suponen espaldas y ausencia de cabezas hacen recordar que el hombre no
tiene que ver el todo para comprender una idea.
Por otra parte es interesante hablar de la
paleta aparentemente bicroma del artista. Y es que se puede ser creativo
jugando con blancos y negros o blandos y verdes. El juego de José Carlos en
esta exposición pasó por crear una serie que partía de un cuadro negro y
terminaba en uno blanco, una especie proceso en el que acaba en un sueño-pesadilla
que el autor reconvierte.
Las influencias en Naranjo son
identificables, como hombre culto y viajado conoce la historia del Arte y las
nuevas tendencias, sus homenajes a Goya, Velázquez, Manet y Picasso se sostienen junto a
su obra en verde, la paleta del verde militar
que recuerda los hombres solos y encapuchados de Marc Quinn. Por otra
parte, se divierte experimentando con sus herramientas entre la pincelada flou y
la explosión matérica, entre el retrato y la abstracción, una propuesta muy
interesante.
En la galería, en la sal interior, se puede disfrutando de la elaboradísima y arquitectónica obra de Katsumi Hayakawa que sigue investigando con la densidad de edificios en las ciudades a través de materiales como el papel. Es una obra muy interesante de apreciar.
Finalmente agradecer a la galería por la propuesta de video-art de
Beatriz Ros, una aterradora secuencia de una mujer bajo alas de plumas negras que la fagocitaban o la despertaban. Eso sí, y que no sirva de precedente porque no es de mi gusto hacer crítica negativa, pero en esta ocasión podría ser constructiva si se toman las medidas adecuadas: No pude disfrutar de la proyección con calidad porque algunas visitantes habían aparcado a sus niños allí, justo en la sals de proyecciones, y jugaban con sus maquinitas ruidosas impidiendo apreciar el sonido de la videocreación, además, ellas, muy peripuestas al estilo ruso, charlaban de sus cosas en voz alta, cuando les dije que callaran un momento me contestaron que no había nada que escuchar que todo era igual, no sé a qué van estas personas a depende qué sitios, o a lo peor, sí sé a lo que van, bruffff…
Fotografía de José A.Correa
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