martes, 16 de mayo de 2017

La Hora del Té, teatro de Miguel G con Jesús Román en la Polaca de Marbella

La imagen puede contener: una persona, texto      El pasado domingo se representó “La Hora del Té” en La Polaca de Marbella. Dos funciones con lleno hasta la bandera hicieron disfrutar, reír y sufrir como sólo Miguel G. y Jesús Román saben provocarlo.

    Miguel G. es un experimentado escritor de teatro entre otras muchas expresiones artísticas que domina, en esta faceta, tiene en su haber un buen número de obras representadas y que hemos tenido la suerte de saborear en Marbella, recordamos la desternillante comedia “La Caja de Música” interpretada por Miguel Ángel Martín  o el psicodrama “Last Dance” representado por Jesús Román.

    En esta ocasión, el escritor y director de guiones para aun sólo autor, mucho más que un monólogo, ha creado una obra que nos conduce por una gran cantidad de verigüetos emotivos, desde la risa más hilarante, a la pena, la empatía, la ternura y el rechazo a las normas tradicionales que han hecho de muchos hijos homosexuales y muchas mujeres un apéndice de madres o padres, viejos egoístas o con un derecho social sobre las vidas de estas personas.

    Jesús Román interpreta al hijo soltero y gay de una anciana caprichosa y absorbente, a la que cuida porque le ha tocado en la vida, porque las cosas son así y ya está, pero también porque es su madre y la quiere. El pobre Edmundo ha desperdiciado su existencia, no tiene relaciones ni ocupaciones al margen de acompañar y cuidar a su santa madre. Pero, odia el té, no lo soporta por más que deba prepararlo y tomarlo todas las tardes.
   
 La rebelión interior de Edmundo, sus quejas histéricas al espectador son de una gran comicidad. Pero, el estado de ánimo cambia en espacio representativo después de una llamada telefónica. En veinte minutos, el actor pasa por varios registros con gran credibilidad, de modo que el espectador sale de la función habiendo reído, llorado, reflexionado y nuevamente, sintiendo gran empatía por personas que sufren obligaciones sociales diferentes a los machos dominantes, discriminaciones por condición sexual.

   Si tienen oportunidad vayan a verla, teatro a un metro del actor, les garantizo que tras disfrutarla, serán diferentes, esto es una de las funciones de la cultura.

Fotografía de José A.Correa

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