El Polígono Nueva Campana acoge la Wadström Tönnheim
Gallery, dirigida por Mattias Tönnheim, en un acto de valentía y amor al Arte.
La galería cuenta con un amplio e iluminado espacio expositivo con algunas esculturas
de metal fabulosas. Este es el escenario donde se ha inaugurado la colección de
Luca Zarattini “There is music and music
(C’è musica e musica)” inspirada en el compositor Luciano Berio y dirigida
por Irina Machneva Mota.
La obra es
interesante aunque su técnica sea de lo más habitual y colorista. Collage,
acrílico, crayón… Retazos geométricos, manchas que se agrupan en un lienzo
inspirados por la música de Berio y Check Baker.
Zarattini, además
de estar preocupado por la acción de la Mass Media, donde Berio ha realizó la
mayor parte de su carrera, tiene una sensibilidad especial para captar lo macro
y lo micro, como la fotografía de José A. Correa, de modo que muchas de sus piezas
incomprensibles pero efectistas adquieren significado si conocemos que son
ampliaciones, de motivos vegetales por ejemplo, motivos vegetales que le
asaltan por su interés en el catálogo de la riqueza vegetal de Italia que Goethe
dibujó en su viaje de 1765. Por último, también apreciamos su preocupación por la
denostada Naturaleza Muerta en el arte actual, por lo que Luca mantiene abierto
su recuerdo en detalles que hay que buscar en cada una de sus obras.
Durante la
velada, el artista se alió con su Fender Stratocaster para llenar de sonidos contemporáneos
la galería. Iba acompañado de un clarinete bajo, muy curioso de ver y oír.
La inauguración
estuvo muy animada. Había tantas nacionalidades que parecía la Torre de Babel,
además tuvimos la suerte de coincidir con Ana Matías, paula Vincenti y Fernando
Francés, artistas y entendidos para una buena conversación.
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