El Centro Cultural Cortijo Miraflores recibió ayer a decenas de artistas y amantes del cine y las artes plásticas que acudieron a la inauguración de la ‘El cine pintado’, del artista José María Llobell. Un acierto del responsable y comisario de exposiciones del Ayuntamiento de Marbella y director del Museo del Grabado Español Contemporáneo Germán Borrachero.
José María Llobell nació en el Tetuán español y se recrió en Marbella. Es profesor de Arte en el instituto Río Verde, licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla y conocido hombre de bien, sencillo y generoso. En 2010 comenzó a hacer pública su obra, realizando exposiciones individuales esporádicas y participando en diferentes certámenes y es miembro del colectivo artístico de Marbella ‘La Karva’, además de colaborar con el Museo Jorge Rando.
La muestra es un trabajo que viene desarrollándose desde hace cinco años para el Museo Jorge Rando de Málaga. Este museo expresionista proyecta como parte de su programación películas explícitamente expresionistas como “El Gabinete del Doctor Caligari” o con recursos expresionistas en su fotografía, música, guion, escenografía o montaje como “Azul”, “Metrópolis”, “Pollock”, “El Ocaso de Los Dioses”, o “Jesucristo Superstar”. El Proyecto pictórico que se exhibe en el Cortijo Miraflores nace como hermano siamés que se deja inspirar y se materializa en obras pictóricas que el artista José María Llobel aprehende y trasmuta apabullando con sus recursos estilísticos y matéricos.
Cada película tiene su trascendencia en una obra de Llobel, pero cada obra es tan diferente de las otras que te preguntas si pueden haber sido realizadas por el mismo artista, la variedad de materiales, de dibujo o la brocha atrevida, acuarelas, arena, yeso, dripping, ácido, blancos y negros, colores planos, trabajados, azules insidiosos, caricaturas, retratos realistas, impresionistas, arquitectura neoclásica y guiños a Fibonacci, en fin, una placentera barrocada propia del que maneja todas las técnicas y te puede dejar sin respiración. Porque, además, cada obra te cuenta, te cuenta mucho sobre la emoción del artista ante las películas representadas, y consigue llevar ese sentimiento de la cinta completa a la interpretación de las escenas y los planos que nos muestra en una técnica impropia de la pintura y por tanto muy original de un story board delicioso y a veces inquietante.
La colección consta de más de sesenta obras de las cuales podemos ver unas cuarenta. No se la pierdan, es impactante, sorprendente y mueve a la curiosidad en el detalle, amén del diálogo que se establece entre la obra y el imaginario cinematográfico del espectador y de los corrillos de cambios de impresiones que provoca. Estará en Marbella hasta el 26 de febrero.
***Fotografía magnífica de José A. Correa
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