lunes, 25 de abril de 2011

la ortorexia: obsesión por comer sano


La obsesión por comer todo sano puede provocar problemas alimentarios. 

Los expertos han notado un aumento de pacientes que prefieren no comer antes
de alimentarse con grasas trans o con frutas que han recibido pesticidas. 

SANTIAGO, Chile (El Mercurio/GDA).- Una mujer que revisa cuidadosamente la
etiqueta de cada producto antes de echarlo al carrito del supermercado. Un
universitario
que decide que sólo va a comprar su comida en ferias y almacenes orgánicos.
Una joven que ya nunca sale a comer con su novio porque no puede estar
segura
del origen de los alimentos.

Todos estos casos pueden ser parte de una misma patología: la ortorexia, o
la obsesión por comer de manera saludable, que, tal como la anorexia, es un
trastorno
alimentario. Aunque en países como Estados Unidos y Canadá es un mal común,
en Chile hace pocos años comenzó a hacerse visible.

Los expertos concuerdan que quienes lo padecen suelen ser mujeres
universitarias o jóvenes profesionales, aunque también llegan a sus
consultas casos de
adolescentes o de personas que han vivido en el extranjero. Y, en general,
se trata de gente que tiene los recursos para pagar más por comer "mejor".

"Hay pacientes que llegan a la consulta con una botella de agua envasada en
vidrio. Es un purismo absoluto. Para ellos la comida ya no se trata de
pasarlo
bien y alimentarse. No la disfrutan y este tema ocupa mucho tiempo en su
mente", dice la psicóloga de la Unidad de Trastornos Alimentarios de Red
Salud
UC, María Elena Gumucio.

La psiquiatra Daniela Gómez, experta en trastornos alimentarios del Centro
AIDA, también ha notado un aumento de estos pacientes, aunque recuerda que
nunca
llegan por su cuenta. Siempre los traen otras personas ya que ellos no se
dan cuenta de que tienen un problema. "Antes la ortorexia la leíamos en los
libros.
Ahora cada vez nos llegan más casos y lo más probable es que el número siga
creciendo", explica.

"No se trata de personas que sólo comen alimentos orgánicos, también buscan
los que no tienen grasas trans, sin productos químicos y, en general, no
elaborados.
Y no es lo mismo que un vegetariano, porque los ortoréxicos sí comen pollo o
huevos, por ejemplo, pero tienen que ser certificadamente orgánicos, y eso
es difícil de conseguir", dice Gómez.

De esta forma, el problema es que comienzan a restringirse en la comida y
tienden a bajar mucho de peso, aunque ése no sea el motivo que persiguen.
Lograr
que coman otro alimento es difícil, ya que, según explica Gumucio, cuando se
salen de su lista de comida "aceptada", sienten culpa. "Tienen una vivencia
de contaminación, no por engordar, sino por lo impuro. Además se aíslan
socialmente".

Pero no sólo dejar de salir con los amigos es una consecuencia de esta
enfermedad. La doctora Ada Cuevas, jefa del departamento de Nutrición de la
Clínica
Alemana, es clara al afirmar que los problemas de salud pueden ser serios:
"Hay desbalances químicos en el cuerpo, deficiencia de vitaminas y minerales
y se arriesga el sistema inmune".

Eso sí, las expertas se apuran en aclarar que la causa de la aparición de
este trastorno no se basa en el aumento de la oferta de productos orgánicos,
aunque
sí podría relacionarse con la moda asociada. "En general, son personas que
tratan de calzar con lo que pide la sociedad y ahora comer sano está bien
visto.
Pero la culpa no es de las tiendas orgánicas. Son personas que van a
desarrollar un trastorno de alimentación y el síntoma que ellos toman es el
que la
sociedad les va proponiendo", dice la psicóloga de la UC María Elena
Gumucio.

1 comentario:

  1. Saludos Ana
    Esto lo pagan las farmacéuticas&company. Salta la vista los detalles. Quieren ser dueños de la libertad humana, por eso se quejan de que puedas elegir la comida ecológica que no es ni más ni menos que la que comieron siempre nuestros abuelos. Es la comida que nos trajo hasta aquí. Quien se puede quejar de eso, pues lo dicho, aquellos que ven nubes de amenaza para su negocio y urden las más repugnantes estrategias para conquistar las mentes y el alma de las personas. Léase vacunas, transgénicos, clonación, etc.
    Es cierto que existen los trastornos alimentarios, pero hay que saber ver la parte en que se aprovechan para cargar contra la alimentación ecológica que no es ninguna moda, sino todo lo contrario, una necesidad aplastante para las personas y el mundo en general.
    Los trastornos alimentarios precisamente son producidos de forma masiva por alteraciones endocrinas provocadas por la infinidad de contaminantes con los que convivimos y especialmente los de la comida.
    Un abrazo

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