2012 echó el telón ayer tarde después de tres días de intensa actividad en la avenida del Mar, en pleno centro de Marbella. Unos 80 artistas de 25 nacionalidades distintas, entre los que había marchantes y galeristas, han mostrado lo mejor de sus portafolios. Los creadores han aprovechado la cuarta edición del evento para hacer nuevos contactos dentro de la profesión y cerrar futuras ventas.
Resguardado del sol con un sombrero de paja, el artista Matthew Carey asegura que la FIAM ha crecido este año «respecto a la calidad de las obras». El pintor, afincando en Estepona, habla por experiencia, ya que este ha sido el segundo año que ha participado. «No se cierran muchas ventas, pero sí se crean contactos muy interesantes a nivel de galerías y compañeros», asegura.
Asiente con la cabeza Michéle Duffy, creadora de murales decorativos, que también repite en la feria por segunda vez. «No hay mucha venta porque todo el mundo está en crisis, aunque los artistas lo estamos aún más», dice con buen sentido del humor mientras pasa las hojas de un libro con sus múltiples creaciones.
La que también conoce al dedillo el funcionamiento y la utilidad de la FIAM es la responsable de Artecloud, Irene Castro, representante de artistas plásticos, y que al igual que en la pasada edición ha traído la impactante obra de Roidley Navarro. «Esta feria es ideal para promocionar a artistas emergentes en Europa como es el caso de Roidley», afirma Castro, que no pierde ocasión para recordar que el Club de Mar de Puerto Banús acogerá a partir del 1 de agosto una exposición individual de este joven creador premiado en La Habana.
Embelesada, mirando los lienzos elaborados a carboncillo y pastel de Navarro, y cuyos precios oscilan entre los 4.500 y 14.000 euros, Silvia Shazadi no puede disimular que le encanta el arte tanto como que su ciudad «acoja eventos de este tipo». Su acompañante, Raúl Sánchez, es de la misma opinión. «Estamos cansados de mercadillos y rastros. Es estupendo que se hagan iniciativas artísticas diferentes», afirma el joven.
Precios económicos
Diferente también es el arte de Diana Worthy, que crea unos peculiares lienzos de pelo de Alpaca, un mamífero oriundo de Sudamérica y que cría en una finca en Villanueva de la Concepción. «No hago mucha venta entre los españoles», se sinceró. «Creo que no entienden estas creaciones», subraya mientras señala a daneses, ingleses, suizos o alemanes como sus potenciales clientes.
Mercado mucho más abierto encuentra el maltés Eleazar Galea, que comparte stand junto a esta inglesa y dos cubanos. Discípulo del escultor Anton Agius, el artista trabaja, fundamentalmente, con la madera de olivo, con la que afirma «se puede hacer cualquier cosa». Desde utensilios de cocina como cuencos a esculturas de grandes dimensiones. Asevera que se ha puesto las botas en cuanto a ventas. Su secreto: precios económicos. «Soy un artista profesional. Si no vendo no como», explica. «Posiblemente una persona que trabaja fregando un suelo gana más dinero que yo a la hora, pero tengo la suerte de trabajar en lo que me gusta», desvela.
«Este es un espacio ideal para dar a conocer a un creador emergente»
«Estamos cansados de mercadillos y rastros. Es estupendo que se hagan iniciativas como estas»
«No hago mucha venta entre los españoles, creo que no entienden este arte»
«Me llama mucho la atención. Marbella necesita este tipo de eventos»
Información del Sur, producción Ana E.Venegas
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