Resguardado del sol con un sombrero de paja, el artista Matthew Carey asegura que la FIAM ha crecido este año «respecto a la calidad de las obras». El pintor, afincando en Estepona, habla por experiencia, ya que este ha sido el segundo año que ha participado. «No se cierran muchas ventas, pero sí se crean contactos muy interesantes a nivel de galerías y compañeros», asegura.
Precios económicos
Diferente también es el arte de Diana Worthy, que crea unos peculiares lienzos de pelo de Alpaca, un mamífero oriundo de Sudamérica y que cría en una finca en Villanueva de la Concepción. «No hago mucha venta entre los españoles», se sinceró. «Creo que no entienden estas creaciones», subraya mientras señala a daneses, ingleses, suizos o alemanes como sus potenciales clientes.
Mercado mucho más abierto encuentra el maltés Eleazar Galea, que comparte stand junto a esta inglesa y dos cubanos. Discípulo del escultor Anton Agius, el artista trabaja, fundamentalmente, con la madera de olivo, con la que afirma «se puede hacer cualquier cosa». Desde utensilios de cocina como cuencos a esculturas de grandes dimensiones. Asevera que se ha puesto las botas en cuanto a ventas. Su secreto: precios económicos. «Soy un artista profesional. Si no vendo no como», explica. «Posiblemente una persona que trabaja fregando un suelo gana más dinero que yo a la hora, pero tengo la suerte de trabajar en lo que me gusta», desvela.
«Este es un espacio ideal para dar a conocer a un creador emergente»
«Estamos cansados de mercadillos y rastros. Es estupendo que se hagan iniciativas como estas»
«No hago mucha venta entre los españoles, creo que no entienden este arte»
«Me llama mucho la atención. Marbella necesita este tipo de eventos»
Información del Sur, producción Ana E.Venegas
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