Era pequeña, mucho, en comparación conmigo, tenía una melena de esas ingobernables, llena de rizos negros y pequeños, vestía minifaldas vaqueras de colores con chaquetas de diseño y zapatos de Mary Popins con tacón bajo. Toni fumaba con estilo, bebía con estilo, vivía con un señor que no era su marido, con estilo, tenía un hijo de otro señor, con mucho estilo. Pero sobre todo Toni sabía una inmensidad de literatura clásica y sorprendentemente de contemporánea.
Fue precisamente ella quien me acercó a la pasión por la literatura, nos leía en clase cuentos de García Márquez, con esa voz segura y un poco rasgada por el tabaco. Luego los comentábamos y ninguna de nuestras ocurrencias le parecían una barbaridad. Nos dio una lista de libros que "había que leerse" a lo largo de la vida y algunos los trabajamos en clase, me encantaría encontrar esa relación de libros, a saber en qué región está.
Uno de ellos fue "La Invención de Morel" de Adolfo Bioy Casares, me dejó hueca, con ese vacío que sientes la necesidad de llenar para volver a tu zona confortable. El terror de la muerte, el poder de la maldad humana, la sorpresa de la máquina, la soledad....
Sin embargo ahora y gracias a AMUN, las "chicas" universitarias de Marbella, que hacen una tertulia literaria mensual, he tenido la oportunidad de volver a leerlo.
Ya siento ese mismo desasosiego, esa atmósfera de terror irremediable, a la que le he de sumar algo nuevo: La estupidez humana, la estupidez de Morel al pretender la inmortalidad en otros, al estilo de la absurdez que obligaba a las personas a no disfrutar de la vida por el qué dirán, la honra de la familia o "si tu abuelo regresase de su tumba".
Morel realiza su proyecto, una tecnología que de seguro hubiera servido para dar felicidad y evitar miserias en muchas partes del mundo, para dejar su holograma sin alma en una isla muerta, para la "gloria futura", que desde luego no va a disfrutar. Lo peor es que en su locura decide por otros, obliga asesina a sus amigos con la idea de compartir la inmortalidad, muertos, sin sentir, sin ver sin disfrutar, sin amar, sin poder ser amados. La Invención de Morel es la Locura de Morel, la sinrazón.
La invención de Morel es una novela escrita en 1940 por el argentino Adolfo
Bioy Casares. Se trata probablemente de su obra más famosa,
constituyendo un ejemplo clásico de la literatura fantástica en idioma
español. En el prólogo de la obra, Jorge Luis Borges expresa sobre su trama que no le parece "una imprecisión o una
hipérbole calificarla de perfecta"
Argumento
El fugitivo comienza un diario luego de
que turistas llegan a la isla desierta en la cual él se esconde. Aunque él
considera esta presencia un milagro, el tiene temor que ellos lo puedan atrapar
y entregarlo a las autoridades. Se refugia en los pantanos cuando ellos ocupan
el museo que se encuentra en la cima de la colina, que era el sitio en el cual
él vivió hasta entonces. A través del diario descubrimos que el fugitivo es un
escritor venezolano sentenciado a reclusión perpetua. Él cree que se encuentra
en la isla (imaginaria) de Villings, parte del archipiélago de islas Ellice
(actualmente Tuvalu), aunque no está seguro. Todo lo que
sabe a ciencia cierta es que en la isla existe una extraña enfermedad cuyos
síntomas son similares a los del envenenamiento por radiación.
Entre los turistas se encuentra una mujer
que observa el atardecer todos los días desde el acantilado en el oeste de la
isla. Él la espía y termina enamorándose de ella. Ella y otro hombre, un
científico con barba llamado Morel quien la visita con frecuencia, hablan en
francés entre ellos. Morel la llama a ella Faustine. El fugitivo decide tomar
contacto con ella, pero ella no reacciona ante su presencia. Él supone que ella
ha decidido ignorarlo, pero sus encuentros con los otros turistas son
similares. Nadie en la isla toma nota de él. Él menciona que las conversaciones
entre Faustine y Morel se repiten semana tras semana y tiene miedo de estar
volviéndose loco.
En forma tan repentina como aparecieron
los turistas desaparecen. El fugitivo regresa al museo e investiga y no
encuentra evidencia de que allí hayan vivido personas durante su ausencia.
Atribuye toda la experiencia a una alucinación producida por envenenamiento de
la comida, pero los turistas reaparecen esa noche. Ellos surgen de la nada, sin
embargo conversan como si hubieran estado allí por cierto tiempo. Los observa
desde cerca pero todavía evita tener un contacto directo y nota otras cosas
extrañas. En el acuario encuentra copias idénticas de los peces muertos que había encontrado el día
de su llegada. Durante un día en la piscina, ve a los turistas dando saltitos
para entrar en calor cuando en realidad el calor es insoportable. Lo más
extraño que le sucede es cuando observa en el cielo la presencia de dos soles y
dos lunas.
Personajes
Principales
El fugitivo
Salvo el fugitivo, todos los demás
personajes forman parte de una grabación; carece de nombre y funge como
narrador-protagonista. Su estado de paranoia y locura queda reflejado en su diario abriendo la posibilidad de que todo
se trate de una alucinación.
Faustine
Es el personaje más ambiguo de la novela:
luce como gitana, habla
francés como una sudamericana, y le gusta hablar sobre Canadá. El personaje
está inspirado en Louise Brooks, la
estrella de cine.
Morel
Es un científico genio que lleva
intencionalmente a un grupo de esnobs hacia la muerte. El
fugitivo lo detesta celosamente, pero al final termina justificando sus
acciones. Su nombre es un homenaje al personaje análogo de La isla del doctor Moreau.
Secundarios
Dalmacio Ombrellieri
Un vendedor de alfombras italiano que vive
en Calcuta.
Es quien le cuenta al fugitivo sobre la existencia de la isla y le indica cómo
llegar allí.
Alec
Es joven de rasgos orientales y ojos
verdes que hace negocios con lanas. Podría ser el amante de Faustine o de Dora,
o simplemente su confidente. Como el resto de los miembros del grupo, ve a
Morel como una figura mesiánica.
Dora
Es una mujer rubia con una gran cabeza que
es amiga de Alec y Faustine. El fugitivo espera que ella, y no Faustine, sea la
amante de Alec. Considera que ella puede ser el objeto del amor de Morel cuando
sospecha que Morel no puede estar enamorado de Faustine.
Irene
Es una mujer alta con brazos largos y una
expresión de disgusto. Ella no cree que vaya a morir por ser expuesta a la
máquina. El fugitivo cree que si Morel no está enamorado ni de Dora ni de
Faustine, debe estarlo de ella.
La mujer vieja
Siempre está en compañía de Dora,
probablemente sean parientes. La noche del discurso de Morel, ella está
borracha. A pesar de esto, el fugitivo considera que ella puede ser el amor del
que Morel habla, si es que no está enamorado de alguna otra de las mujeres.
Haynes
Cuando Morel va a dar su discurso
él está dormido. Dora dice que está en la habitación de Faustine y que no será posible sacarlo de
ahí. Morel se vé forzado a hablar sin su presencia.
Stoever
Es uno de los que se da cuenta de que
todos van a morir mientras Morel da su discurso. Cuando increpa a Morel y éste
se retira de la habitación, los demás miembros del grupo no le permiten ir tras
él. Luego se calma pero el fanatismo del grupo hacia Morel prevalece sobre su
instinto de supervivencia.
Principales temas
Inmortalidad
Dentro de los límites del relato, la
invención de Morel es la invención de la inmortalidad espiritual. Tanto Morel
como el fugitivo la prefieren antes que a la inmortalidad física, porque
consideran que es la única verdadera: Consideran que la razón por la cual no se
ha llegado a alcanzar la inmortalidad es el hecho de que se ha trabajado
solamente en conseguir la inmortalidad centrándose en la idea primitiva de esta
(la física), dejando de lado la que realmente importa: la inmortalidad de la
consciencia.
Amor y soledad
Para el fugitivo la soledad representa a
la muerte, mientras que el amor representa la vida. Lo deja claro cuando dice
"Ya no estoy muerto, estoy enamorado". Es posible que los
sentimientos de Morel sean parecidos. La muerte puede representar la soledad para
él porque perderá contacto con la gente que ama al ejecutar su tiránico plan.
Control
El fugitivo se esfuerza inútilmente para
volver a tomar control de su vida luego de su injusto apresamiento. Cuando
encuentra un lugar que puede controlar (la isla) pone en peligro su vida para
llegar a ella. Pero desafortunadamente la isla es propiedad de Morel en todo
sentido, y el fugitivo se esfuerza en vano. Su amor por Faustine renueva su
esperanza pero cuando se da cuenta de que esa relación es imposible se da por
vencido y se ilusiona con que algún inventor en el futuro le otorgue lo que no
puede obtener. Por el contrario, Morel es una figura todopoderosa con total
control de su entorno: cuando no puede hacerse con el amor de su amada, inventa
una máquina que la pondrá bajo su control forzándola a pasar la eternidad junto
a él.
Película sub. Español
La invención de Morel (Italiano: L'invenzione di Morel) es una película de 1974 de ciencia ficción dirigida por Emidio Greco y protagonizada por Anna Karina.1 Está basada en la novela La Invención de Morel por Adolfo Bioy Casares.
Elenco Anna Karina Giulio Brogi - The Castaway John Steiner - Morel Anna-Maria Gherardi Ezio Marano Margaret Le Van Claudio Trionfi Laura De Marchi Valeria Sabel
La invención de Morel (Italiano: L'invenzione di Morel) es una película de 1974 de ciencia ficción dirigida por Emidio Greco y protagonizada por Anna Karina.1 Está basada en la novela La Invención de Morel por Adolfo Bioy Casares.
Elenco Anna Karina Giulio Brogi - The Castaway John Steiner - Morel Anna-Maria Gherardi Ezio Marano Margaret Le Van Claudio Trionfi Laura De Marchi Valeria Sabel
Pero entonces , ¿el fugitivo muere?
ResponderEliminarSi muere por que al final decide hacer parte de ese mundo de apariencias. Decide ser inmortal a costa de su propia vida.
EliminarPor qué el fugitivo no tiene nombre?
ResponderEliminar