viernes, 6 de septiembre de 2013

“Leonora” de Elena Poniatowska


   Nos encontramos ante una biografía novelada de la excéntrica artista considerada surrealista Leonora Carrington, desde su díscola infancia y adolescencia hasta su madura producción mejicana, pasando por sus amores con hombres determinantes para la historia del siglo XX como el pintor de paisajes ensoñados Max Ernst.

    La autora nos ofrece una historia basada en hechos reales, de tal intensidad que la protagonista se come a la autora, al estilo, la documentación y la redacción pasan desapercibidas ante la avalancha de hechos, personalidades, producción artística, fuerza y determinación de la Carrington.

    Leonora nació en el seno de una familia rica, su padre era un inglés, magnate de la industria textil y su madre una irlandesa de sensibilidad artística que la apoyó hasta el final de sus días. La relación con sus progenitores tendría mucho que analizar puesto que su padre la quería como su única hija que era, sólo tuvo hermanos, pero como los padres de ese tiempo querían a las hijas, dóciles y listas para casarse para afianzar alianzas, el Sr. Carrington no podía tolerar el comportamiento asocial de su hija, sus relaciones de identificación con los animales y su posterior vida disoluta en brazos de la “crème de la crème” surrealista en Paris, Duchamps, Breton, Tanguy, Dalí, Miró, Ray… Sin embargo, Leonora padece una enfermedad mental grave por los acontecimientos preliminares de la invasión Nazi a Francia, se llevan a Max Ernst, su amor, detenido en prevención por su origen teutón, entonces, su padre ordena que sea trasladada a Madrid y posteriormente a Santander donde le paga un tratamiento en la más cara institución mental del momento. Su madre por otro lado la visitó, la financió siempre que lo necesitó pero Leonora no se preocupó por ella, murió sola en Inglaterra, su libertad era tremendamente egoísta y sólo vivió para sus deseos.

     La obra intercala hechos biográficos documentados con creación novelada que no hace más que enlazar los acontecimientos personales y la enorme producción artística. De hecho la primera mitad de la novela es  apasionante, se relata la infancia “galopona”, los estudios de arte, el nacimiento del Surrealismo, los fogosos y desvergonzados amores con Max Ernst, la locura de Leonora, los tratamientos con Cardiazol, los celos de Peggy Guggenheim, la vida en Nueva York, su matrimonio con un periodista mejicano, el traslado a México… La segunda mitad es ya más monótona y el placer de la lectura va unido al conocimiento de las obras de la pintora, es un momento ideal para darse una vuelta por “San Google”, deleitarse con las pinturas y de camino hacer un repaso por los postulados surrealistas y sus figuras más representativas.

    A mí personalmente, el episodio que más me ha impresionado ha sido el del traslado de Leonora en lamentable estado de salud mental a España. Los gritos durante quilómetros, las incoherencias, el caminar a cuatro patas como un animal, subiendo montes, con una fuerza inhumana, está claro que Leonora no toleraba bien las frustraciones, siempre hizo lo que le dio la gana, sin medir los sentimientos de los demás, conseguía lo se proponía, no se hablaba con su padre que era tradicional pero en numerosas ocasiones se aprovechó de su dinero, a veces es más fácil ser un artista “libre”, mi padre siempre contaba un chiste de un chico que amenazaba con irse de casa porque sus padres lo llamaban al orden, decía:—¡Me voy a ir, me voy, lo tengo decidido, y, y, y no voy a volver…. Hasta que no se me acabe el dinero!- Leonora no volvía porque su madre se lo llevaba.

    En resumen, recomiendo la lectura de esta novela bibliográfica que nos zambulle por completo en la vida y obra de Leonora Carrington, una talentosa pintora que se desarrolló en un ambiente privilegiado del movimiento Surrealista, que tuvo relaciones amorosas y de amistad con  los miembros de ese movimiento tan rompedor, que vivió los acontecimientos más traumáticos del siglo XX y que fue libre pasando sobre las creencias de su familia, eso sí respaldada en última instancia por su dinero.


Marbella, 6 de Septiembre de 2013-09-06

Ana E.Venegas

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