lunes, 9 de octubre de 2017

Miguel de Molina al Desnudo en Marbella


    El Teatro Ciudad de Mabella acogió el pasado fin de semana la obra de teatro musical «Miguel de Molina al Desnudo», una pieza escrita e interpretada por Ángel Ruiz basada en la vida y las palabras de una de las grandes figuras de la historia de la copla. El espectáculo puso en pie al auditorio que disfrutó con una versión muy particular de la dramática historia del cantaor de coplas malagueño que se exilió en Buenos Aires en 1945.

    Miguel de Molina fue un artista autodidacta de gran talento, oído, capacidad bucal, creatividad, gusto estético y valentía. Su historia tiene un tinte muy triste porque fue símbolo de libertad durante la II República y tras la guerra, por más que tuvo varios años de giras y éxitos en la dictadura, alguna mano negra poderosa lo maltrató, le dieron una paliza terrible y lo condenaron al ostracismo musical, por lo que emigró a Argentina y México. Durante mucho tiempo fue utilizado por la República, luego lo utilizó la dictadura y finalmente como víctima por su condición sexual. Como él mismo cuenta en la entrevista que fundamenta este espectáculo, la que le realizó Carlos Herrera en 1990, no sabe o no dice quién dio orden de negarle su profesión en nuestro país, pero cuenta que a él le habían dicho que fue orden del “cuñadísimo”, aunque a la par lo niega. También, nos han contado a “sotto voce” que fue por un asunto familiar de quien dio las órdenes, alguien se encariñó con Miguel de Molina hasta un límite que sus esquemas sociales no permitían.

    En fin, una historia trágica que la producción convierte en una puesta en escena con multitud de momentos muy divertidos. Además, es de gran interés pues retrata la pobreza de los tiempos, las escapatorias sociales, el mundo del arte, la relación entre los escritores, dramaturgos, pintores, y la suerte que corrieron muchos de ellos en la Guerra Civil y la Represión posterior. Es un guiño continuo con el público reconvertido en periodistas en rueda de prensa y con el prodigioso pianista César Belda que acompaña a Ángel Ruiz durante todo el espectáculo.

    El actor solista ha sido premiado con el Max por su interpretación en esta obra y es que no hay registro que no controle y muestre de un segundo para otro, la imitación de voces, los gestos, el drama, la comedia, la interpretación de coplas de la Piquer, del propio Molina, una evolución escénica que trasmite verdadera pasión, horror, pena patética y a la vez orgullo amargo de saberse un ser extraordinario, un artista por encima de todo y no tener culpas, ni nada que esconder.

    La puesta en escena de esta biografía musical se acompaña de un baúl, un símbolo de los artistas de su época, de algunas más que de otros, de los objetos como recursos escénicos y un vestuario formado por camisas propias de Miguel de Molina, con increíbles mangas, volúmenes que le permitían llevar el empaque de una bata de cola en sus brazos. Además, sombreros, una capa española, trajes cortos y botines flamencos producen la caracterización de un genio artístico que vive en el teatro por hora y media, una de texto y media de canciones, para contar lo que él llamó en aquella entrevista de Herrera su verdad, se sentía muy dolido por las mentiras que se habían contado de él y de cómo lo habían utilizado.

    El público salió entusiasmado, aplaudió de pie por un buen rato y formó corrillos en la puerta para comentar la genialidad del guion, la puesta en escena y sobre todo la interpretación de Ángel Ruíz. 

Fotografía de José A.Correa
Vídeo de Youtuve
Texto y maquetación Ana E.Venegas





















1 comentario:

  1. Muy buen trabajo de la pareja, escritora reportera cultural y su esposo.
    Este hombre de estar hoy con vida sería un artistazo, lo fué en su tiempo...pero nació en el país más machista y retrasado de Europa.
    No nació en el lugar, ni en el año adecuado y lo pagó muy caro.

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