Durante
la velada de ayer se inauguró la muestra del egipcio-neoyorkino Samer Fouad en
las nuevas y anexas instalaciones al espacio artístico Nouvelle Vague, situado en
el “Ermitage”, como jocosamente se empieza conocer en Marbella al Polígono Industrial
“la Ermita” por su confluencia de estudios y galerías.
La colección de trabajos del Samer habla de
su experiencia marbellí, española, de sus primeras impresiones, de su posición en esta
ciudad que lo ha llenado de imágenes que expresa de forma minimalista sobre
material reciclado y que atiende al visitante en el mar, al amparo de la Sierra de las Nieves, en actividades al aire
libre, en los que, si hay ausencia de algo, es de paraguas.
Durante esta vida en el exterior, el
artista absorbe imágenes que se agolpan en su mente, en sus collages y en sus
instalaciones, de manera que en su estancia de dos semanas y en su obra
ejecutada en seis días, provocada por los directores del espacio Firouz y Camille
Farman Farmaian, el artista ha sabido llegar a la esencia.
Es posible que ni él mismo sepa lo que ha
hecho, pero ha mirado con ojos de artista y no con los del estereotipo, y ha
descubierto de un plumazo que Marbella es algo más que playa y fiestas, que
tiene un pasado industrial-minero y se ha agarrado a los materiales metálicos,
ingenierías en el espacio y la Torre del Cable, último bastión del teleférico
que bajaba las vagonetas de minerales de hierro de las minas de la montaña. El
egipcio ha fotografiado este monumento del pasado industrial e incluso lo ha intervenido.
Así como también, ha mostrado su
experiencia a un tris de encenderse, las cerillas gigantes a punto de que el
fuego de la pasión arranque en él y no pueda por menos que desear quedarse en
nuestra tierra.
Este
artista multidisciplinar, fotógrafo, pintor, diseñador, creador de
instalaciones y profesor, admite que su residencia en Nouvelle Vague Marbella
ha cumplido con su objetivo de cambiarlo, evolucionarlo, enriquecerlo, “es la
sabiduría del nómada”, el que desarrolla su inteligencia emocional para buscar
la adaptación, “be water, my friend”, y no hundirse en la fosa abisal de los
inconvenientes sino sacar la resiliencia a pasear y resolver los problemas,
crecer con los retos.
La velada resultó muy interesante por la
confluencia de artistas y amantes del Arte Contemporáneo y por la magnífica
muestra 'Beyond Borderlines & Intersections' que se expone en el espacio
tradicional y que contiene el trabajo de Manolo Espaliú, Deborah Benzaquen y Lvcas
Prior. Un paseo imprescindible que puede comenzar aquí:
https://anaevenegaseducadorasocial.blogspot.com/search?q=Beyond+Borderlines+
***Fotografía de José A.Correa
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