Paula Vicenti, fotografía de su biografía en redes. |
El
pasado sábado asistimos a uno de los acontecimientos artísticos y sociales de
la Marbella comprometida y estética de la que pocos hablan. El hotel Amàre en
su interés por el arte ha reunido una colección de piezas de colecciones de la
artista marbellí, nacida en Buenos Aires y de trascendencia internacional,
Paula Vincenti. Numerosos aficionados al arte contemporáneo se dieron cita en
esta fiesta de la estética lúdica y narrativa de la artista.
Un día, paseando por la feria de arte
contemporáneo Estampa me descubrí ante una mujer con apariencia de adolescente,
pero con ojos de Marco Polo, de hambre exploradora y de contagio eléctrico. Sin
más protocolo, porque nuestro encuentro tuvo más que ver con el impulso que con
la reflexión le dije: ¿Tú quién eres y qué mensaje cifrado llevas en tus cajas?
Paula había concurrido a Estampa de mano de la galería Yusto&Ginés y traía
formatos reducidos de sus obras en unas cajas de artista que ella mostraba con
la expectación de los primeros descubrimientos infantiles. Ya nunca más le
perdí la pista, no sólo me fascinó lo que contaba sino el lenguaje lúdico con
el que lo hacía.
En Didáctica, una de las técnicas más
eficiente para que los niños aprendan, que desde luego no acaba en la infancia,
es el learning by doing y learning by playing, aprender haciendo y jugando. Y
es de esta manera que Paula Vincenti trabaja su identidad y escrudiña el mundo,
aprende ella y, en su alma POP, pretende que sus reflexiones lleguen al mayor
número de espectadores, no sólo a los muy entendidos en arte.
El lenguaje que Paula modula está lleno de
signos lúdicos, recortables, cuentos, disfraces, objetos de uso común,
relacionados con el maquillaje y la moda, la música, con fondos barrocos en
ocasiones, con un aire infantil e inocente en apariencia, que no agrede, que
resulta agradable, pero que por ese motivo nos invita a entrar en las
dialécticas que alimenta.
El universo artístico de Paula Vincenti es
un grito rosa fucsia, un pellizco de sonrisas, cartelería que nos invita a
tomar otra puerta, gestos al papel de la mujer, al adoctrinamiento del camino
de baldosas amarillas de los cuentos de toda la vida, que nos marca con líneas
discontinuas pero muy continuas por dónde es adecuado que sigamos caminando, de
forma que la consciencia de la realidad nos haga posible subvertirla si ese es
nuestro deseo. Y nos hace fijarnos en la tiranía de la estética en la mujer, en
la maldición que nos acerca al jarrón decorativo, al objeto.
Vincenti habla de la mujer, porque puede,
pero también habla del ser humano, igualmente porque puede, del ser humano en
su lugar, en el nuestro, y lo hace desde las prisas, el consumismo, la invasión
intelectual de los medios de comunicación. En gran parte de su obra, Paula
produce un encuentro entre los mensajes y su figurativismo surrealista y simbólico,
obras de acrílico y tinta china al
servicio de versos de canciones de los Beatles o mensajes directos que pueden
servir de llave para crear una de sus obras o ser la obra.
Think Less, por ejemplo, es una instalación
en el que las grafías toman espacio ilustrativo, lienzo monotema que se extiende
visualmente a una cama en la que se piensa menos, un diván oximorónico con
intenciones de no tener intenciones. En el Amàre el comisariado ha tenido a
bien transportar esta instalación a la entrada de ascensores de la planta baja,
cerca del diván, en un comisariado ingenioso que de igual manera se extiende a
escalera llenando todo el espacio de, “El Mundo como yo lo Veo”, así se llama
la muestra, y es el mundo como lo ve Paula Vincenti y como tiene la generosidad
de compartirlo con todos nosotros. Conciencia a través de impulsos lúdicos, un buen
recurso Paula.
Fotografías de José A.
Correa
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