viernes, 2 de marzo de 2012

El desorden de identidad de la integridad corporal o BIID (sigla de Body Integrity Identity Disorder)

o BIID (sigla de Body Integrity Identity Disorder) es una enfermedad psiquiátrica que provoca en el individuo afectado un irresistible deseo por amputarse una o más extremidades sanas del cuerpo.


Esta tarde he visto un documental y no salgo de mi asombro, un señor, odiaba su pierna derecha y tras pasar por numerosos psiquiatras y cirujanos con el deseo de deshacerse de ella, llenó un cubo con nitrógeno líquido, la metió hasta que acabó con ella, la congelación provocó la gangrena y la obligación de ser amputada. Lo más sorprendente es que este señor afirma ser feliz desde que consiguiera librarse de su pierna derecha, que lo había estado angustiando desde pequeño.



Una persona que sufre de BIID desea tener amputadas una o más de sus extremidades. Este trastorno no debería confundirse con la acrotomofilia, que es el deseo sexual por alguien que ya tiene algún miembro amputado. Dentro de la comunidad BIID, los acrotomófilos son llamados «devotos». De todos modos, parece haber alguna relación entre los dos desórdenes, habiendo individuos que padecen ambos.
Aunque la definición oficial del «desorden de identidad de la integridad corporal» precisa que es sólo el deseo de amputación, el Dr. Michael B. First concuerda en que la enfermedad podría incluir la necesidad de otros impedimentos, como la paraplejía. Evidencia anecdótica demuestra que un gran porcentaje de personas con BIID necesita sufrir de distintas discapacidades. Para confirmar esto, el Dr. First comenzó un estudio en abril de 2007 como seguimiento a su investigación realizada para la quinta edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Si se descubre que la principal motivación de los pacientes con BIID es tener alguna discapacidad, este trastorno podría considerarse como una forma del síndrome de Munchausen.
En la actualidad, pocos cirujanos cumplirán los deseos de las personas con desorden de identidad de la integridad corporal. Algunos de éstos actúan como si fueran verdaderos amputados, usando prótesis y otras herramientas que ayudan a calmar sus ansias de invalidez. Otros, que realmente se han amputado algún miembro, han llamado a los medios de comunicación para conceder entrevistas telefónicas. En estos testimonios se narra cómo algunas personas han permitido, por ejemplo, que un tren pase sobre ellos, o que han dañado sus extremidades tan severamente que los médicos no tienen otra opción que cercenarlas. A menudo, la obsesión se centra en un sólo miembro. No obstante, el desorden de identidad de la integridad corporal no envuelve solamente la amputación. Se trata de alterar significativamente la integridad del cuerpo. Algunas personas sienten el deseo de convertirse en paralíticasciegassordas, o usar dispositivos ortopédicos. Otros fingen ser amputados al utilizar muletas y sillas de ruedas en la vía pública o en sus hogares.
Las causas exactas del desorden de identidad de la integridad corporal son desconocidas. Una teoría plantea que un niño, luego de ver a un amputado, puede quedar con su psique marcada y adopta aquella imagen corporal como un «ideal». Otra popular teoría sugiere que un infante que no se siente querido puede creer que convirtiéndose en un amputado atraerá la simpatía y el cariño que necesita. La teoría biológica propone que el desorden es una condición neuropsicológica, la cual presenta una anomalía en la corteza cerebral relacionada con las extremidades. Si esta condición fuera neurológica, podría ser conceptualizada como una clase congénita de somatoparafrenia, una condición que a menudo se origina luego de una apoplejíaen el lóbulo parietal. Un mal funcionamiento en el lado derecho de esta zona —que es significativamente más pequeña en los hombres— podría potencialmente explicar no sólo porqué los varones son más propensos a sufrir este trastorno, sino porqué los miembros del lado izquierdo son los que se desean amputar en mayor cantidad (el lado derecho del cerebro controla el lado izquierdo del cuerpo y viceversa). Si la condición es similar a la somatoparafrenia, podría tener la misma «cura»: la estimulación calórica vestibular, es decir, la aplicación de agua fría en el oído derecho del paciente.

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