martes, 7 de abril de 2015

Antonio García Barbeito: El "Coño" de Pedro Sánchez

Resultado de imagen de pedro sánchez<Cierto día en que el Perverso de Antonio García Barbeito hizo un romance sobre la exclamación supina que el líder del PSOE había exteriorizado un poco fuera de lugar, me aventuré a escribirle para que me lo mandase pues me pareció un derroche de ingenio y como siempre un dominio de la técnica. Aquí les dejo el romance "4-III-15" de la colección de Per-versos



Mientras Ignacio González,


con un cornalón de odio,

se mete el puño en el muslo
para no morir a chorros
-más que temer al ajeno
aquí hay que temerle al propio -,
y sube gradas lo mismo
que aquel Ignacio famoso
que en la elegía de Lorca,
con olor a cloroformo,
moría –“trompas de lirios”-
por la cornada de un toro;
mientras un ático suena
como un oscuro negocio,
Pedro Sánchez, oportuno,
se da a un oportuno “¡coño!”
Vuelve el coño a colocarse
donde nunca estuvo solo,
que al español que se precie
nunca le faltó un sonoro
coño en la boca, sonando
como el taco más redondo.
No fue el “¡coño!” de Tejero
ni aquel que Cela, orgulloso,
se colocaba en los labios
como fetiche sonoro.
El coño que escogió Sánchez,
digamos, era más coño.
Porque le puso delante
un qué con tilde, ampuloso,
y lo pronunció dos veces,
así: “¡Qué coño, qué coño…!”
refiriéndose a Rajoy,
que a ver cuando asoma el morro
por la crecida del Ebro
y dice algo animoso.
Por la crecida del río
vienen gritando dos coños;
tirados por Pedro Sánchez
tratan de salvar escollos.
Y en la cuaresma de España
-como taco del Demonio-,
por cima de la riada,
muy claro, fuerte y brioso,
un “palabro” se repite:
“¡Coño, coño, coño, coño…!”
No “carajo”, ni “cojones”…,
siempre la “cosa” del otro
(de la otra, en este caso,
que no fue taco de propio)
Lo cierto y verdad, amigos,
es que aquí, seco, redondo,
con guarniciones al uso
o completamente solo,
en la boca, a cualquier hora,
qué socorrido es un coño.

Antonio García Barbeito

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