lunes, 27 de abril de 2015

“Vestido de Novia” de Pierre Lemaitre

   Es un thriller muy entretenido, cuenta con engaños, delitos, la obsesión, la maldad a través de la enfermedad mental, la manipulación, asesinatos y una estructura en la que el desenlace coincide con la dulce venganza. Es una novela negra creada para pasar un buen rato, consiguiendo que el lector se evada en un paso de página continuo que perturba poco la realidad cotidiana. Como tal cumple su función y excepto algunos momentos en que resulta un pelín pesada y previsible, consigue involucrar al espectador en una historia en la que se siente escandalizado, impotentemente enfadado y finalmente regodeado.

    Escribir es muy difícil y contentar a todos los lectores mucho más, yo he de admitir que he pasado el tiempo con esta historia, pero a la vez he sentido el remordimiento de haber podido estar leyendo algo de otra envergadura y es que no son pocas las obras de arte literarias que me quedan por conocer. En fin, este perfeccionismo va a acabar con mi deleite.

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    En cuanto a la estructura que Lemaitre, premio Goncourt por “Nos Vemos Ahí Arriba” me ha parecido impecable, es un artefacto literario que funciona bien pero no una obra de arte, probablemente su autor no lo persiguiera.  El ritmo es muy apropiado para semejante género. Resulta  ingeniosa, malvada, con referencias a obras literarias y autores de peso. Además he de reconocer que ya me gustaría a mí escribir una obra de semejante éxito de crítica y ventas, o sea que lo que pueda haber de negativo en este comentario puede ser puritita envídia.

    Hay situaciones que me han evocado  momentos de cinematográficos célebres en la historia como “Psicosis”, “Vértigo” o incluso “Luz de Gas”, no les diré porqué o les destrozaré la expectativa. Me ha recordado un universo muy Freudiano que atiende a las relaciones de las malas y malos con sus madres, hecho que nos perturba pues la figura materna debe ser un punto de seguridad para el ser humano, debe, no que sea generalizado que ocurra.

    En otro orden de cosas el título me parece una genialidad, ese equívoco aparente entre “Vestido” adjetivo o sustantivo es tan maquiavélico como el juego que el coprotagonista de la historia  desarrolla.


    En fin que nos encontramos ante una novela negra, un thriller clásico, bien construido, que invita al lector a continuar por sus páginas para pasar un buen rato como el que ve un telefilm de media tarde. No hay nada que objetar, la literatura también entretiene, es más, hay muchos lectores que sólo la conciben de esos términos y están en todo su derecho.

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