El pasado viernes se inauguró en la Barrika una exposición
de pintura llena de colorido y optimismo. Un buen grupo de amigos y seguidores
de los eventos culturales de Marbella se dieron cita en el antiguo Alambique
para disfrutar de la obra y la compañía de María Koeppl.
Las paredes de la
taberna-restaurante se volvieron a vestir con cuadros, esta vez de la alemana
más Naïf y positiva. El establecimiento se está convirtiendo en un lugar
preciado por los artistas para colgar sus obras, compartir un buen vino y una
buena cocina con sus compañeros creativos y amantes del arte.
Pudimos ver
algunas obras de María que ya conocíamos como la visión particular del Tajo de
Ronda y el bodegón con la flor del paraíso, pero también observar creaciones
nuevas sobre todo en pequeño formato. Todo ello amenizado por la música de un saxofonista soberbio y más de una botella de espumoso.
María es una
artista muy particular que aspira a mostrar en sus obras la belleza a través de
trazos descomplicados y colores puros. No tiene miedo a planteamientos o
encuadres extraños, para eso es como un niño pequeño, se le nota la frescura y
la falta de academia lo que la hace muy interesante. Es una persona apreciada
por su sentido del humor, buen carácter y por su resilencia, capacidad que la
lleva a superar todos los baches del camino y a adaptarse al paupérrimo mercado
con propuestas extraordinarias.
En esta ocasión
María rifó una de sus obras entre los asistentes, sabedora de que a todos les
hubiera gustado tener una de sus pinturas pero que no todos se la pueden
permitir, así que ella rifa, rebaja, negocia, hace trueque y cualquier invento
para sobrevivir en este medio tan emocionante pero en el que se gana poco.
En fin. Muchas felicidades
por la nueva exposición a María y a la Barrika, donde se podrá visitar la obra
durante unas semanas.
Texto: Ana E.Venegas
Fotografía: José A. Correa
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