Las instalaciones de la agencia de marketing SPCA acogió ayer la vernissage de la exposición del artista húngaro Imre Müller. Un numeroso público pudo disfrutar de originales trabajos, partes imprescindibles de instalaciones realmente ingeniosas.
La Agencia
Creativa SPCA se encuentra en el Polígono la Campana, número veintisiete. Es
una agencia de publicidad que es capaz de montar una campaña y de crear imágenes
creativas, el merchandising o cualquier elemento de marketing con el fin de
situar un producto en el mercado al que vaya dirigido. Las instalaciones están
llenas de material fotográfico, de tecnología de tratamiento de la imagen y el
posicionamiento comercial. En esta ocasión han tenido a bien colaborar con todo
sus efectivos en la exposición de Müller, dando a todo este material otro
sentido mucho más estético y sugerente.
Imre es un
artista afincado en Marbella que se ha desarrollado a través del diseño de
joyas como bien queda patente en la obra expuesta, pues hay numerosas piezas
poliédricas de gemas talladas y de las que sale a modo de trampantojo hilos que se reúnen en un punto de fuga, muy
interesante. Müller siempre ha tenido una brocha o un lápiz en la mano y ahora
ha confabulado todas las técnicas que domina para crear obras que recuerdan
insistentemente al Pop, al surrealismo e incluso hay graves toques de Marc
Queen en sus carnes rojas.
El artista
ha proporcionado una colección de arte en papel, lienzo, cristal e incluso
joyas que aprovecha para realizar una instalación en la que el elemento
artístico se extiende al engranaje fotográfico, de cámaras, espacios neutros,
pantallas de luz y proyecciones en directo.
El surrealismo y el grotesque llega a los lienzos del artista con una colección de jamones frescos embellecidos con joyas, con manicura de color y que inevitablemente me ha hecho recordar el relato de “Penélope Surrealista” de mi libro “Quimera Bipolar”, el artista dijo que habíamos tenido flujos recíprocos de pensamiento creativo.
Aunque el
húngaro se define como expresionista abstracto, la colección que nos ha traído
es tan heterogénea que nos hace pensar en una mente inquieta dispuesta a beber
de todas las fuente y que luego, en su libertad, es capaz de montar “La Dama de
Armiño” sobre un brillante gigante talla esmeralda, encuadrado por un tercio de
marco e instalado como protagonista de un set de televisión.
La obra se
vende en impresiones numeradas, no es lo mismo que la original pero es mucho
más asequible.
Al evento
acudieron numerosos amigos de la empresa de publicidad, amigos de las artes e
incluso la Embajadora de Hungría en España que calificó al artista como
representante de su pueblo por méritos propios.
Texto y montaje de Ana E.Venegas
Fotografía de José A. Correa
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