Este ha sido un fin de semana muy
complicado en Marbella por las inundaciones. Hemos pasado miedo y ha habido
numerosas pérdidas materiales y personales. Cuesta trabajo hablar sobre arte o
cualquier otro objeto que se pueda considerar lúdico. Sin embargo, el arte es
una vía de expresión de emociones, incluso hay una vertiente artística que se
denomina terapéutica. Además, hemos de pensar
que excepto las personas que han muerto, lo demás, se arreglará, se reemplazará
o nos adaptaremos a ello.
Antes de empezar con la exposición del viernes
en la Galería Yusto&Giner me gustaría tener un momento para hablaros de
Emilio Mena, un coleccionista que ha ido comprando obra pictórica a lo largo de su vida por pura intuición,
descubriendo talentos. Don Emilio ha traspasado este tesoro a su hijo Emilio Mena
para que gestiones un centro de arte-galería llamado Mercado del Arte de
Marbella. Ahí, se le da la oportunidad a muchos artistas de exponer su
obra, a la par que a los visitantes de
disfrutarla y complementarla con las que ha ido atesorando Don Emilio a lo
largo de su vida. Pues lo que os quiero contar es que con estas lluvias se les
ha inundado el sótano y han perdido una gran cantidad de obra gráfica y cuadros
de la colección de Don Emilio. Todos los que lo conocemos, artistas,
galeristas, aficionados del arte y personas de bien nos sentimos apenados. Sin embargo, os impulsamos a recomponeos y a
seguir hacia adelante, vuestra labor es muy necesaria y os la agradecemos. Y a
fin de cuentas, lo más valioso, que sois vosotros, estáis bien.
En cuanto a la exposición de Ángeles Agrela
en Yusto&Giner he de deciros que ha sido fantástica, una de las mejores que
ha traído Juan Pablo a Marbella. La artista, consagrada, internacional y con un
currículum que parece imposible con la edad que tiene. La pintora ha traído una
serie de pinturas realistas de tono surrealista, con posturas inquietantes,
antinaturales y simbolistas. La artista nos ha ofrecido, como regalo
empozoñado, una obra llena de mensajes, de gritos, sobre el papel de la mujer
en este mundo, la castración física, el ocultamiento de partes de su cuerpo, la
cara, el cabello pero también de la castración intelectual, bajo los mandatos del
arte clásicos y las tareas propias de la mujer en el arte: el bordado, los
bodegones, costumbrismo. Pero, no para ahí, nos lleva a algo mucho peor, la
mujer como objetos, objetos que se pintan, lánguidas mujeres, más naturalezas
muertas que un frutero.
Todo este concepto Ángeles lo envuelve en
una pintura muy cuidada, un dominio de la técnica que se aprecia en cada cuadro
cuyas tonalidades son provocadas a lápiz, milímetro a milímetro sobre el
pigmento acrílico. Llama poderosamente la atención el tratamiento en los
cabellos, melenas impresionantes que ocultan rostros o los determinan, una
crítica a la fijación que algunas culturas tienen de partes del cuerpo de la
mujer, porque sienten que llevan el pecado implícito o porque no la consideran
solvente para manejar lo que la naturaleza les ha dado, como una criatura.
Los objetos fuera de su sitio natural y las posturas de las mujeres y niñas nos hacen percibir los signos del lenguaje de Ángela, con los que trasmite una anormalidad, lo que no está bien en esta sociedad. Las flores en detalles y fondos hacen presente la sensibilidad, la belleza que no tiene porqué estar ajena a los grandes temas del Ser Humano
Pero en medio de tanta inquietud, de tanta
presión e inmovilidad, Ángela se detiene en un vestuario creativo, imaginativo,
con tejidos y combinaciones atrevidas que hace la delicia del espectador, lo
que nos perdemos si le cortamos las alas a la MUJER.
La colección de la jiennense Ángela Agrela
se titula “El Favor de las Bellas” y aúna belleza con significado, merece la
pena apreciarla.
Fotografía José A.Correa
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