La Delegación
de Igualdad del ayuntamiento de Marbella desde su Área de Diversidad,
personalizada en Carlos Suffo y su equipo, ha organizado un taller sobre el
Bulling de Género que ha tenido como ponente a la abogada y miembro de la
Asociación LGBT Ojalá de Málaga, Charo Alise.
El evento ha tenido lugar en el salón de
actos del Centro Cultural Cortijo Miraflores y a él ha acudido un público
interesado en el abuso escolar sobre personas con diversidad de género. El tema
era muy interesante, adecuado para la convivencia digna de todas las personas,
especialmente en edad escolar. Por lo que se echó en falta la asistencia de más
docentes y familiares del colectivo abusador y víctima.
La presentación del acto estuvo a cargo de
la Delegada de Igualdad y Diversidad Ana Leschiera que insistió en la necesidad
de información de un problema social que hay que enfrentar para acabar con él,
ya que es causa de infelicidad, de agresiones y de no pocos suicidios. La edil
señaló la relevancia de un facto social del que hay que hablar y hacerlo
visible.
En segundo lugar tomó la palabra la conferenciante
que ha establecido que el abuso o bulling se compone de actuaciones repetitivas
y consolidadas de agresiones físicas, verbales, contra las pertenencias, de amenazas,
de exclusión que consiguen que la víctima no quiera ir al colegio, tenga malos
rendimientos escolares, dificultades del desarrollo personal e incluso se
suicide.
En el caso del bulling por orientación
sexual de género, el agresor se ceba en un compañero/a que tiene una diversidad
sexual real o percibida, que parezca que la tiene. Ese líder cuyo poder es la
violencia en cualquiera de sus vertientes, ejerce su fuerza sobre una persona
que considera más débil y además el resto de compañeros lo apoyan de hecho o con
el silencio. Es común en las víctimas desarrollar un pánico al ir al colegio y
síntomas de ansiedad.
La cuestión empeora cuando estos chicos no
tienen una familia donde expresar su manera de sentir con garantías de seguir
siendo querido. Es pues muy común que sufran en silencio las vejaciones porque
de hablar sobre ellas tendrían que hablar sobre lo que las motiva. Una buena información
y un conocimiento apropiado de la diversidad sexual es necesario en la
sociedad, sobre todo en los padres para que puedan ayudar a sus hijos a
expresarse y a evitar el bulling al estar empoderados y con una buena
autoestima.
Los programas en los que compañeros mayores
mentorizan a los más pequeños ayudándoles, es muy apropiado porque fomenta la
solidaridad y crea vías de comunicación con los más débiles.
Desde la delegación de Igualdad y
Diversidad se están haciendo talleres en los colegios que lo soliciten para
hablar sobre diversidad de género, de manera que la información y la
normalización eviten el tan usual abuso sobre los chicos LGBT. Hasta ahora “el maricón
es un buen blanco de burla en clase, el patio y una problemática enorme en los
baños. Ya que muchos son obligados a usar los baños de niñas por el miedo
irracional de que el compañero supuestamente gay lo asalte”.
En estos talleres se les enseña la
diversidad de todo tipo que hay en el ser humano y a respetarla. Así como
recursos para evitar el bulling como correos y teléfonos de ayuda y los caminos
para denunciar el abuso. También se les conciencia de que el silencio de los
compañeros es una forma de encubrimiento, que crea tolerancia, e invitan a ver
documentales y material en internet como “Rompiendo la Cadena del Silencio”.
El ciberacoso es una realidad con la que
lidia el bulling de cualquier origen ya que las Nuevas Tecnologías son una arma
poderosa donde lo que se publica, se multiplica y sobre todo que no se borra.
La policía nacional tiene la capacidad de infiltrase con perfiles falsos para
bucear en busca de delitos de pederastia, abuso y los de odio, los que son por
motivo de género.
El profesorado y los compañeros deben saber
que el silencio es un delito de omisión de socorro. Y los agresores que cometen
atentados contra la moral, lesiones, inducción al suicidio y hasta homicidios. Dependiendo
de la edad del agresor o encubridor pueden caerles penas de internamiento,
trabajos a la comunidad, órdenes de alejamiento… Y los centros educativos y los
padres poseen una responsabilidad civil sobre los delitos de sus alumnos o
hijos.
Como siempre la información, el
conocimiento de la diversidad, el respeto a ella, tanto en casa como en los
colegios hará que poco a poco vayamos acabando con esta injusticia. No en vano,
los políticos deben seguir legislando para que la diversidad se incluya en los
reglamentos de los Colegios y se desarrolle una Ley Integral. Esperamos que no
ocurra como siempre, ha señalado la ponente, porque aquí reaccionamos sólo ante
las tragedias.
Finalmente ha habido un diálogo muy
interesante con el público, dirigido por Carlos Suffo, en el que se agradeció y
se demandó más educación e información para “hacer las cosas bien y no herir
innecesariamente a las personas con diversidad de género”, y es que hasta hace
bien poco este tema no era visible y ninguno hemos sido educados en la amplitud
que merece.
Muchas gracias Ana por abrirnos a esta realidad, desde nuestro punto de vista es prioritario trabajar con el tercero silencioso, ese testigo que no dice nada por miedo a que se vuelva contra él el asunto.
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