¿Cuántas personas no han intentado que les
llegue el sueño mientras ven televisión en la cama, o aún peor, mientras sostienen
su portátil con ambas manos y con una endiablada pantalla a treinta centímetros
de los ojos? O ¿Cuántos de nosotros nos dedicamos a contestar mensajes de Wapsap o Facebook justo antes de irnos a la cama desde el mismísimo teléfono
móvil?
Un estudio del Centro de Investigación
Lumínica del Instituto Politécnico Reusselaer, de Nueva York, alerta sobre la incidencia que las pantallas digitales
pueden generar no sólo en la dificultad para dormir, sino también en la
calidad de nuestro descanso. La clave está, según explica Jesús
González Rato, neurofisiólogo y responsable de la Unidad del Sueño del Hospital
Universitario Central de Asturias, en la llamada MELATONINA, una hormona que "regula el ritmo circadiano, que
es como nuestro reloj biológico. La hormona se segrega según la luz que
percibimos". A más luz, menos melatonina. Y a menos melatonina, menos
sueño.
Así que el truco y perdonen que barra para
casa, es irse a la cama con poca luz, tenue en la mesita de noche, abrir un
libro o incluso un ebook pero con baja intensidad lumínica y dejar que morfeo
venga a recogerte. No deje que los fantasmas de los pantallazos alejen su
sueño, lo pagará mañana.
Texto: Ana E.Venegas
Fotografía: Diferentes autores en Google
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