martes, 29 de marzo de 2016

“La Isla de Alice” de Daniel Sánchez Arévalo

    “La Isla de Alice” de Daniel Sánchez Arévalo, finalista del reciente Premio Planeta, ha sido la obra elegida para el club de lectura de la FNAC del mes de Marzo en Marbella y ha resultado una reunión extraña por ser la primera vez en que todos estábamos de acuerdo en que la obra no nos había gustado. Este hecho no nos llena de satisfacción, como diría el exmonarca, ya que tuvimos la oportunidad de conocer al autor y fue tan cercano que nos encantaría poder decir otra cosa.

    Sin embargo, todos coincidimos en que a la obra le sobran más de cuatrocientas páginas. La historia en sí no da para más, claro que si las escenas se repiten y repiten podemos llenar tomos de casas donde poner videovigilancia y diálogos interiores sin interés para la historia, sin profundidad para el deleite de ella.

    Nos dio la impresión que esto es un guión de cine que esperamos que la maestría del autor como director de películas lo mejore, porque a simple vista parece un telefilm americano de sobremesa en Antena3.  Se nota mucho que la novela contiene la historia y los recursos escénicos, cuidadosamente detallados, listos para crear escenas de varios segundos que digan lo que Daniel ha contado en páginas y páginas.

    En principio la novela parecía bien estructurada, un andamiaje para recoger una gran historia. Nos ha gustado el comienzo, es genial, presagiaba un ritmo trepidante y giros inesperados. Sin embargo, luego se ha infantilizado y repetido hasta conseguir que algunos de los participantes de la tertulia no lo hayan acabado.

    El personaje central es inverosímil, una mujer sola con dos niñas pequeñas que tiene tiempo para visualizar la vida de toda una comunidad a través de su equipo de espía. Nos hemos preguntado: ¿Cuándo duerme Alice?, ¿Cuándo va al supermercado?, ¿Cuándo baña a las niñas?, ¿Quién educa y da cariño a las hijas mientras ella visualiza los vídeos o construye relojes-caballo de Troya de manera industrial?

    Hemos apreciado el planteamiento de alguien que tras una vivencia horrible, toma un camino catártico para recomponerse. Aunque, si se piensa, es un camino patológico, pleno de obsesiones y poco práctico. En realidad, lo que una persona normal hubiese hecho es coger una foto del marido e ir a preguntar a la isla si alguien lo conocía.

      El final de la novela es aún más increíble y si se consigue llegar a él te dan ganas de pegarle al autor con el libro, arrojándoselo a estilo zapatilla materna. Y es que pensar que un marido y padre ejemplar, se escapa de vez en cuando para tener una vida secreta junto a una mujer con la que llega incluso a dormir pero no tiene relaciones sexuales, no se lo cree ni Abundio. ¿Qué pretende el autor con este final?, ¿Que sea un final feliz?, ¿Que Alice descubra que el engaño no es tal o no tan grave? a ver, que el marido tenía una segunda vida, con otra mujer, brufff…

    El colmo es que la obra ha tenido una pésima corrección y hemos encontrado errores ortográficos, de construcción de la frase e incluso de coherencia, de manera que el cuñado rico y homosexual tiene papel después de estar muerto.

    Nos ha gustado el homenaje a las obras Moby Dick, La Isla del Tesoro, Robinson Crouseau, el Hombre Invisible y Alicia en el País de las Maravillas. Y es que la novela, en principio, tiene muy buena estructura y el autor titula cada parte en que la divide con una de las obras anteriores.

    También nos parece interesante el tema del Gran Hermano ilegal que la protagonista monta para conocer las vidas de los habitantes de la isla y así, descubrir quien tuvo relaciones con su marido. Nos hace reflexionar sobre la moralidad de la intromisión en la intimidad de las familias y es un recurso que da pie a conocer cómo vive la clase media-alta-culta de esa zona de Estados Unidos. Aunque, algunos contertulios comentaron que se notaba mucho que estaba contado por un español, sobre todo por los vulgarismos que desconciertan en bocas de americanos.

   Del mismo modo, parece interesante la mezcla de la comedia  y la tragedia, sobre todo porque a veces demuestra una agilidad beneficiosa para el ritmo. Si no fuese tan larga y contuviera tanto y vano diálogo interno, hubiera constituido un buen entretenimiento.

    Algunos tertulianos y tertulianas criticaron que se notaba mucho que era un hombre quien escribía en primera persona como una mujer, en mi caso no lo percibí especialmente, quizás sí, si nos ponemos a analizar que para una madre lo más importante serían los hijos y mostraría más esa faceta de su educación y sus cuidados.

Resultado de imagen de premios planeta 2015    Todos coincidimos en que los mejores personajes son Olivia, la hija de seis años que se vuelve obsesiva de las cifras y el control para equilibrar un mundo que se le ha movido por la muerte de su padre; y Antonio, el dueño de la tienda del espía, un español de Málaga que hace el agosto con la chiflada que se gasta una fortuna en tecnología de vigilancia. Estos personajes, hubieran dado para mucho más, pero se quedaron en una puesta en escena y tienen poco recorrido en la obra, con lo que las setecientas y pico de páginas están llenas de Alice y más Alice.

   — ¡Que me aspen con los Planetas! —Eso dijo una de las participantes. Y es que los Planetas cada vez defraudan más y ya ni recordamos un premio que le hayan dado a un autor novel. Incluso se comentó que Planeta se está quedando en un sello para famosos, Risto Mejide, Belén esteban, cualquiera que salga en televisión tiene asegurada la publicación y distribución de Planeta. En fin, ya lo sabemos para el año que viene, el lector de literatura tiene poco poder, pero puede ejercerlo.

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