La Gallería de Arte Contemporáneo ubicada dentro del Corte Inglés “El Capricho”, frente al Palacio de Congresos de Marbella nos regala una nueva y heterogénea colección de obras de distintos autores de proximidad e internacionales con el título de “SUMMER MADNESS”.
Tras varios años de renovaciones continuas con obras expuestas en una red de Galerías de Nueva York, Amsterdam y Barcelona podemos decir que la creación de la holandesa experta en arte Loni Olfers está consolidada y forma parte del paisaje cultural y artístico de la ciudad de Marbella. No en vano, somos muchos los que esperamos sus inauguraciones porque siempre nos sorprende con obras originales, realizadas con técnicas novedosas, muy trabajadas y creativas. firmadas por los talentos más punteros y en ocasiones más valorados a escala internacional.
Por si fuera poco, Loni ha tenido el acierto de colaborar directamente con el experto e intuitivo Adolfo Sánchez Flores con el que hemos tenido la suerte de conocer más a fondo la nueva exposición.
Nada más entrar en el original espacio que ocupa la Galería en la planta alta del “Capricho” nos encontramos con el caballo a escala real, pintado con los colores de la “Union Jack”, del británico Johnny Vincent que nos inducirá hipnotizados a sus proximidades donde otras creaciones suyas resaltan irónicamente el patriotismo con un basamento clásico propio de sus vivencias en un castillo estilo Grand Tour de Aynhoe Park, bustos de inspiración griega chorreantes de azules, blancos y rojos y felinos imbuidos por un derroche patrio que enajena y hace sonreír.
En la zona central de la exhibición nos sentimos empequeñecidos por cuatro obras de gran formato, las dos interiores son autorretratos del autor, el brasileño Renato Costa que en pleno delirio egocentrista se sitúa entre los coloristas, jocosos y desdibujados bustos de Homero y Sócrates. Este artista es uno de las joyas que contiene la galería en la actualidad junto con Joseph Klibansky al que ya conocemos de exposiciones anteriores y que nos sorprende con fondos fotografiados con superposiciones igualmente fotografiadas y retoques de acrílico creando universos irreales y posibles en una sociedad bien avenida donde tiene cabida la modernidad, la naturaleza y todo tipo de hombres y mujeres.
En el pasaje posterior encontramos la obra original por su concepto y ejecución de Gabriela Grech, ofreciéndonos composiciones actuales de Larache cubiertas con un metacrilato donde se esquematizan fotografía antiguas de la misma ubicación, como en una grabación a dos pistas donde se superpone lo antiguo y lo nuevo, en una sensación de movimiento etéreo, insólito y con facilidad de ubicación.
En el mismo corredor nos sorprende, Andy Bonono, el integrante de la banda argentina La Portuaria que un buen día decidió cambiar el formato de expresión de su arte, estudió arquitectura y nos presenta varias obras en las que se pueden apreciar muchas horas de dedicación en una fotografía que desfigura y vuelve a configurar por obra y gracia del cútex el pegamento y los pigmentos, creando obras de gran tamaño y potente efecto estético que se aligeran por su terminación en cajas de metacrilato.
Paseando la vista no queda más remedio que pararse en las esculturas de Quiñones que existen en el espacio poniendo notas de color y fantasía tan necesarias para sobrellevar la existencia. No se pierdan el triciclo doméstico a punto de alzarse soportado por tres globos de resina coloreada, es el hermano pequeño del que el artista hizo para la ciudad de Estepona.
El trabajo de Pedro Molina es más bien el alma de un gozo y es que nuestro artista marbellí consigue acaparar en sus bocetos, de forma esquemática, la alegría y el desenfado de nuestras playas que sublima en sus tratamientos de color ya en estudio, ofreciéndonos terminaciones que nos gustaría llevarnos a casa para disfrutar de ellas todo el año. El color es una tónica de la exposición que encontramos exacerbado en las obras de Arno Hinz, de la que también podemos disfrutar.
Encima de un soporte encontramos un libro de fotografía de gran formato, obra de Marc Lagrage, dos guantes nos invitan a adentrarnos, con las precauciones que merecen la calidad de los materiales, en él, fotos artísticas de modelos en actitud insinuante y equívoca, sutileza aderezada por lencerías, plumas y joyas, una belleza…
También podemos encontrar obras de Isabell Beyel, Joss Uñac, Robbert Fortgens, Andrej Margoc y Nikkie le Nobel o los collages y fotografías de la mundana Elena López. Metacrilatos, fotografías en aluminio, yesos pintados, bordados sobre óleos, esculturas flotantes de tiras de madera de colores, hilos inestables suspendidos, de un rosa ácido que energizan los espacios, se atesoran como un auténtico alimento para el alma, pensado para nuestros residentes y visitantes que encontrarán justo lo que buscan en este remanso de locura hedonista plena de alegría, sinceridad, ingenuidad y jocosidad que ofrece este enclave bendecido como un avance del paraíso.
Ana E.Venegas
Fotos de José A. Correa
Una de Miguelón
otra de Red Penguin
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