Ben Harper, la emoción a través de la
perfección del sonido, notas que se gustan a sí misma, sensibilidad al servicio
de un concierto intimista, un músico excepcional en un lugar irrepetible. El
particular músico americano maravilló al público que llenó el auditorio de
Starlite en Marbella.
Casi tres horas de un concierto muy
especial con un artista muy diferente. Desde el principio conectó con el espacio
e incluso paró tras la primera canción para encontrar el origen de un pequeño ruido
originado por la algún elemento de la estructura. Cuando lo localizó y
consiguió neutralizarlo confesó que iba a dar “my best”.
Debió enamorarse del auditorio y su
acústica en los ensayos, de forma que disfrutó e hizo disfrutar a un público
entregado a una voz afinada y creativa y a su virtuosismo con una guitarra
antigua con mástil hueco su mítica guitarra Weissenborn, una acústica y una
eléctrica, además interpretó dos piezas al piano, blues, soul, folk, góspel y
funk en un vibrante espectáculo. "Tocar aquí es algo alucinante, con una
acústica muy especial. El lugar es único", confesó el músico instantes
antes de salir al escenario, con sus instrumentos como única compañía.
Ben tocó piezas de su último álbum “Childhood
Home” y sus canciones más veneradas.
Sorprendió a todo el mundo su diálogo con
el público, ya que en el concierto del día anterior en Alicante no dijo ni una
palabra hasta el segundo bis. Al final, estrechó manos y dijo: "Nunca
olvidaré esta noche, una de las más especiales de mi vida, volveré". Y
debe ser verdad porque este músico dice y hace lo que siente, de hecho, en uno
de sus speech al público confesó su aversión al presidente más “impresentable”
que ha tenido estados Unidos. No en vano, Ben es una mezcla de sangres indias,
afroamericanas y europeas del este, así, que las últimas palabras del Sr. Trump
justificando el comportamiento del Ku Kus Klan le han debido parecer
abominables.
Exposición de fotografías:
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