martes, 23 de junio de 2015

Tertulia AMUM de Junio

   La tertulia de AMUM en el Marbella Club adquirió ayer tintes de gran calidad con las diferentes intervenciones de nuestras socias. La obra literaria que nos ocupaba era “La Inquilina de Wildell Hall” de Anne Brönte que nos guió por una senda de argumentaciones coherentes y profundas que hicieron de una lectura común, un estudio delicioso.

    Anne Brönte era la hermana pequeña de la familia novelesca de las hermanas Brönte y murió joven. Su peculiar forma de concebir el mundo desde un punto de vista femenino, la llevó por los caminos inusitados para la época del estudio, el trabajo como institutriz y la escritura. Esta novela fue un escándalo en su tiempo, la propia autora tuvo que firmar con un pseudónimo y hubo detractores en su propia familia por tratar el tema del alcoholismo que les quedaba tan cercano.

    Las socias de AMUM apreciaron enormemente esta obra, por el reflejo de la sociedad victoriana, con valores castrantes para las mujeres. Y sobre todo la valentía y la clarividencia de esta autora joven que supo observar unas tradiciones que le chirriaban por su injusticia con el sexo femenino, llegando a la osadía de subvertir estos esquemas, proponiendo una protagonista que abandona al marido vicioso y pervertidor del hijo.

    En la discusión, establecieron varios temas rectores del texto: el alcoholismo, la injusta situación de género, la maternidad, la religiosidad de la autora y la posibilidad de que una mujer se procure su propio sustento con su trabajo y realización personal.

    Apreciamos sobremanera la calidad narrativa de la obra, que tocaba la genialidad en el caso de los originales en inglés y que adolecía de numerosos errores de traducción, especialmente con el uso del subjuntivo. Pero pese a las picias de edición, la enorme expresividad de las descripciones nos hizo apreciar paisajes como si de óleos se tratase, retratos de salón elegantes y detallistas que dan mucho gusto leer con calma.

   Fue muy interesante la argumentación sobre el tempo de la obra ya que en la actualidad sería impensable publicar un libro con ese ritmo tan lento, que se deleita en las descripciones y en las circunvalaciones de pensamientos. Hubo incluso quien sugirió que este tipo de lectura es una buena gimnasia Tai chi de la mente, y alguna socia confesó que dado el tamaño y la forma, directamente se dejó llevar por esa calma de las largas tardes del siglo XIX, sin más distracción que una conversación, un buen libro, una labor de punto y el acontecimiento de un ceremoniosamente té de las cinco.

    En fin, tuvimos una tertulia de gran altura en la que no por estar todas más o menos de acuerdo no se sintió el debate en el que se aportaban detalles y la viabilidad de esta obra en estos tiempos. Quedamos convocadas para el 20 de julio, día en que discutiremos con pasión, como sabemos hacer, sobre “La rubia de los Ojos Negros” de Benjamin Black, el alter ego de Jonh Banville.


Ana E.Venegas

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