El restaurado Convento de Capuchinos fue el
escenario del homenaje que el pueblo de Ubrique brindó a algunos de sus
ciudadanos con motivo de su trayectoria profesional en la industria artesanal
de la piel. Rodeados de autoridades, familiares y amigos los nominados fueron
el centro de una ceremonia emotiva, distendida y divertida.
Pasadas las siete de la tarde, el salón de
actos de actual centro cultural que acoge la exposición permanente “Manos y
Magia en la Piel”, rebosaba de público emocionado ante la perspectiva a de ver
el reconocimiento que la municipalidad iba a conceder a sus vecinos. El acto
tuvo como anécdota ser el último de D. José Toro Rincón en su mandato en la
alcaldía, puesto que, al día siguiente haría toma de posesión la nueva
alcaldesa Isabel Gómez García que permaneció discretamente al fondo del
auditorio. También contó con la presencia del presidente de los empresarios de
Ubrique, Empiel, D. José Pulido.
El homenaje fue presentado por Doña.
Maribel Lobato, instigadora máxima del Museo de la Piel, una maravilla que
recorre el desarrollo de la artesanía desde sus orígenes en una comprensión de
sus materiales, sus diseños, sus capacidades de negocio y sus protagonistas más
clarividentes. La presentadora cedió la palabra a Dña. Ana María Venegas Bazán, poeta popular que ensalzó la villa, a sus conciudadanos y a los homenajeados.
En seguida comenzó el desfile de protagonistas. En primer lugar fue homenajeado D. Juan
Moreno Venegas como “Viajante”, representante, agente de comercio que desde el
principio fueron los que consiguieron llevar los trabajos en piel a todos los
rincones de España y volver al pueblo, cargados de propuestas de pedidos. Su
hijo Juan Carlos Moreno Jiménez, profesor del Instituto Nuestra Señora de Los
Remedios fue el encargado de dirigir unas palabras a su padre. El discurso
estuvo pleno de detalles biográficos y de anécdotas de “viajante” que hicieron
soltar la carcajada al respetable en más de una ocasión.
Felix Sánchez Coronil, tuvo una mención
especial por su trayectoria como formador y fue su hijo quien se encargó de
hablar sobre él, su trayectoria y la multitud de talleres realizados no sólo en
Ubrique sino en tierras tan lejanas como Latinoamérica.
En tercer lugar recibió su merecido
homenaje Dña. Ana María Moreno Guerrero, por su trayectoria como artesana de la
piel, “petaquera” que es como se llama el oficio en honor de aquellos primeros
trabajos en los que se hacía petacas para guardar el tabaco. Su hija, Ana Eugenia
Venegas Moreno, se encargó de señalar el valor de una mujer que consiguió ser
oficial de primera con menos de veinte años y que ha representado el esfuerzo
tremendo, que ha sido para cientos de ubriqueñas el trabajo como artesanas
implementado con el trabajo de madre, esposa, hija y ama de casa. Ana Eugenia
reconoció lo orgullosos que se sentían todos sus familiares y amigos de ella.
Finalmente, las sobrinas pequeñas de D.
Serafín Carrasco Maza dijeron unas cariñosas palabras a su tío que fue
homenajeado como Empresario y que a todos nos produjeron mucha ternura.
El acto fue cerrado por el coro rociero del
Hogar del Pensionista, una de las actividades habituales de la homenajeada Ana
María Moreno, que cantaron tangos y cantes referentes a Ubrique y su industria
artesanal.
Ya en el claustro, rodeados de las últimas
pinturas experimentales del internacional Agüera, pudimos disfrutar de unas
bebidas que ofreció el ayuntamiento y de riquísimas viandas que los
homenajeados tuvieron a bien aportar para hacer más especial la celebración.
Allí, compartimos la alegría con ellos, nos hicimos fotos y disfrutamos de una
jornada tan especial para el pueblo de Ubrique, “El día del Petaquero”.
Es necesario aclarar que los homenajeados
han sido elegidos por un comité a propuesta de las distintas asociaciones y
entidades ubriqueñas. En esta ocasión, el comité estuvo formado por: Representantes
de la Fundación Movex, Hermandad del Cautivo, PSOE, Federación de Asociaciones
de Ubrique (FAU 2000), Empiel, Peña Sevillista, Federación de Asociaciones de
Vecinos ’88 Ubrique Sierra’, Preformación 94 y Hogar del Pensionista.
Texto de Ana E.Venegas
Fotos de José A.Correa
Mi intervención
unas palabras para mi madre
Mamá es un faro señalero
Cruz del Tajo de Conciencias
Martillo machacón preciso
Cima de valores del alma
Buenas tardes a todos y todas, autoridades, familia, amigos. Quisiera felicitar a los homenajeados a Serafín Carrasco, Ana Moreno, Juan Moreno Venegas y Félix
Sánchez Coronil por su labor de engrandecimiento de un pueblo que ya es
irrepetible de por sí. También quisiera felicitar a Maribel Lobato por
su estupenda labor y por los frutos maravillosos de su utopía.
Pero, yo he venido a hablar de mi madre,
porque es mi madre y porque siempre fue y será petaquera. Podría haber sido lo
que se hubiera propuesto. El tesón y el trabajo bien hecho es lo que lleva
lejos en cualquier profesión. Pero nació en Ubrique y la bendición artesana
recayó sobre ella. Así que, con esa alegría que da estar agradecida a Dios y a
la Virgen de los Remedios, ella, con siete años trabajaba e iba a la escuela
nocturna. Sin embargo, no fue recadera mucho tiempo, su lema la impulsaba: “Lo
que puede hacer una persona lo puede hacer otra”, ¿cuántas veces lo habremos
oído?, y aprendió de los mejores en las fábricas. No contentándose con el papel
tradicional de la mujer de la época, segura como estaba de la calidad de sus
trabajos y de la cantidad de su producción, pidió sus derechos como oficial de
primera, que le fueron respetados.
Yo he visto a mamá acabar una tarea, un
viernes por la tarde y en vez de quitar los tratos y salir corriendo, la he
visto sentarse ante su losa vacía e ir sacando, despacito, como quien degusta
un buen vino, piezas acabadas de su caja. Sí, la he visto, la he visto
acariciar los platos, sonreír al comprobar la perfección de los picos, la
absoluta simetría de las vistas, la maravilla de cien, doscientos filetes de
exactamente el mismo tamaño. Ella, abría sus creaciones y se recreaba como
pintor que da marcha atrás para regodearse ante su obra.
Tras una frenética actividad de trocitos que
yo misma le ayudaba a separar y contar a veces, mi madre se permitía un espacio
para disfrutar de un trabajo que le gustaba, siempre, oyendo la perpetua radio,
dando pie a la conversación política, curando a los damnificados de las
travesuras de mi hermano, llevando la casa y escuchando mis dudas adolescentes.
Mi padre D. Eugenio Venegas, fue un hombre
muy listo al elegirla. Pero, como dice mi marido: “la gente de Ubrique es muy
lista”, en épocas de crisis son capaces de hacer correas de relojes estilo
reptil con patas de pollo, ¿verdad Maribel?
Y al cabo, aquí la tenemos y el pueblo de
Ubrique ha tenido a bien hacerle el mejor regalo en su cumpleaños de ¾ de
siglo, aunque no lo aparente. Mi hermano y yo sabemos que hay pocas cosas que
le hicieran más feliz que ser reconocida como una excelente artesana de la
piel.
Gracias a todos por reconocer el valor de
un petaquero, una mujer en este caso, con lo que supone la conciliación
esquizoide de ser petaquera. Gracias a todos por reconocer a mi madre, al
hacerlo reconocéis a muchas mujeres ubriqueñas que son petaqueras, madres,
esposas, hijas, amas de casa, profesoras particulares, psicólogas infantiles y,
todo eso y más, junto en la misma persona.
Ana
María Moreno Guerrero, ¡madre!, mi hermano Juan, nuestros hijos, tus
otros hijos Eva y Jose, tus sobrinos, tus hermanos, tus amigas, tus compañeros
de gimnasia, piscina, coro, viajes, amas de casa…. Estamos muy orgullosos de
ti. Ves mamá, ¿cómo haciendo las cosas bien se puede “ser profeta en tierra
propia”?
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