Javier
Calleja rompe al blanco de las paredes de la Galería Yusto&Giner para
proseguir en su viaje de Gulliver. Si en Stampa pudimos ver su trabajo con miniaturas
que desconcertaban ante tanto espacio diáfano, ahora ha conseguido
sobredimensionar el concepto, sigue teniendo espacios enormes que romper pero
esta vez sus figuras son gigantes.
Si con sus
anteriores obras nos sentíamos desconcertados con esta falla incluso la
respiración. Su obra es mural o juguetona con el muro, se desenvuelve como un anacronismo espacial y
surrealista sobre los paredes del espacio expositivo. Es de una inocencia tan
absurda que todo el mundo sonríe al ver las creaciones. La mente divergente de un artista es capaz de
desarrollar tamaña ensoñación y no tener pudor en exponerla en una galería que
va a visitar personalidades muy cualificadas. Por este motivo considero que su
locura es producto de una valentía insensata que le agradecemos, porque es
capaz de hacernos sentir agradablemente desubicados, cambiando esquemas
mentales como el pobre Gulliver cada vez que llegaba a un país
desproporcionado.
Felicidades
Javier, me ha impresionado la aventura, no a todo el mundo lo eligen el mejor
artista español contemporáneo, por algo será, ¡algo habrás hecho!Texto de Ana E.Venegas
Fotografía de José A.Correa
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