En la
Plataforma Huber y rodeados por la magnífica exposición de Luis Pérez Calvo y Óscar
Seco se realizó el pasado domingo un Mercadillo de Arte, Artesanía y Second
Hand. En un ambiente festivo de cooperación entre artistas, se pusieron a la
venta fotografías, cuadros, camisetas, libros y otros artículos, acompañados de
dos paellas que cocinaron el artista Pedro Molina y el Fotógrafo Carlos
Cáceres.
El enclave
es un chalet antiguo entre Estepona y Marbella que acoge exposiciones, eventos
culturales, reuniones y una residencia de artistas. Gabriele Reimann dirige con
puño abierto los eventos que se realizan en ella y da gusto verla tan alta, con
esos ojos claros curiosos, derecha como una gran duquesa y con su impertérrito
puro que parece no fumar ya que permanece siempre, igual de estilizado, entre sus índices y corazón.
En este
centro de confluencia artística se reúnen personajes de varias nacionalidades y
disciplinas, compartiendo inquietudes y presentando sus obras. Es también y
cada vez más, un “descanso del guerrero” donde relajarse y divertirse ante una
copa, una paella, un poema o una genial escultura. Cuando entras en él, te
imaginas que Jean Cocteau o Leonora Carrington estarán allí sentados fumando e
ingeniando algo muy surrealista y subversivo. 
El
domingo pasado iniciaron una nueva actividad, un mercadillo donde vender sus
obras y las de otros artistas que acudieron. Antonio Ledesma Machito llevó las
camisetas de sus collages de cómics que eran un complemento perfecto para la
exposición que acompañaba en las paredes del interior. Maria Koeppl vendió
artículos de segunda mano, algunos muy interesantes. Pedro Molina se dedicó a
hacer una paella que llenaba de imputs aromáticos todo el jardín, mientras su
querida Inma Cabezas regentaba su stand, en el que perros y tintas chinas de
inspiración taichí brillaban con luz propia.
Mención
especial merecen las fotografías de Carlos Cáceres que su esposa mostraba con
absoluto orgullo. Muy buenas, realmente, y es que Carlos es un fotógrafo
consolidado que en sus creaciones artísticas pone enfoques extraordinarios, que
nos permiten disfrutar lo que normalmente no vemos.
De
Algeciras llegaron varias fotógrafas, una de las cuales había editado un libro
con poemas y fotografías en blanco y negro. Esperanza Garzón se había inspirado
en los habitantes de una isla de la Micronesia que no ven en color sino en una
infinita gama de grises, por problemas en sus bastones y conos.
En el
interior del chalet encontramos paredes cubiertas con la exposición “Sesión
continua” una empastación de obras de dos artistas que tienen mucho en común y
mucho en particular.
Luís Pérez Calvo es un madrileño loco por los
cómics, un ilustrador que crea universos divertidos, absurdos y
arquitectónicos, una confusión de técnicas y de imágenes tan impactante que te
quedas pegada a las obras para descubrir hasta dónde es capaz de llegar éste
creador condensando conceptos. Sus protagonistas son los superhéroes de los
tebeos y de las publicidades de los 70s y 80s. Es capaz de crear Rues del
Percebe Trece futuristas, en casas caricaturescas de las plataformas
espaciales.
Por su parte Óscar Seco, ganador del Premio Internacional de Pintura Focus-Abengoa, también se acerca al mundo del cómic para expresar sus paradojas visuales, absurdos que se atreve a expresar sin ningún pudor porque se siente con libertad para ello. Estas son las verdaderas mentes divergentes que anidan en los artistas y que deciden hacer lo que les apetece aunque no se encuadre en ningún movimiento que lo respalde. Van a pecho descubierto, eso es lo que les sale del alma y con toda sinceridad lo exponen. Óscar es un amante de la iconografía publicitaria como Pérez Calvo y difícilmente podría haber encontrado mejor compañero expositivo.
En fin,
la aventura es extraordinaria, pasen por la Plataforma Huber, no les
defraudará, y si quieren ver esta muestra de mundos dadaístas, háganlo pronto.
Les aconsejo que busquen el mapa en su página web.
Texto: Ana E.Venegas
Fotografía: José
A.Correa y Plataforma Huber
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