Una portada expresionista, trazos someros que recortan colores excitantes
dan la entrada a una obra de gran profundidad por mucho que en variadas
ocasiones nos encontremos riendo a carcajadas, el humor es cosa seria. Se trata de un músico que se
reúne un fin de semana con amigos en una casa rural. Allí, sin televisión,
dispuestos a la conversación se desarrollan los temas más profundos del ser
humano, se ponen en cuestión los ideales políticos, la necesidad de ser padres,
lo popular/elitista/mediocre, la socialización, la domesticación social, la
semántica de las cosas, de las palabras como ente físico, como significante,
los juegos como medio de expansión de la libertad, el capital cultural como
riqueza al margen de la herencia pecuniaria, la estupidez de posicionarse en
etiquetas políticas o sociales, la gastronomía y los placeres de Baco, el
sibaritismo, la puesta en tela de juicio de todo lo que se menee y por
supuesto, la imposibilidad de definición del sujeto, porque el individuo está
conformado por muchos, por otros, como tantos otros hay en el mundo exterior a
la persona. Si algo nos queda claro es que “no sabemos nada con certidumbre”.
Al autor le encanta el juego, como a Cortázar, juego como instrumento de surrealismo, como
desbarre de su imaginación, como experiencia de lo antagónico, como factoría de contingencias. En la obra provocan discursos contradictorios
y aperturistas en el lector, son tantas las posibilidades... Las comparaciones,
yuxtaposiciones, los símbolos se suceden en un juego que ahonda en el
contenido. Hay uno que el autor se trae durante todo el libro con el lector y
es que llama a los protagonistas con variaciones de sus nombres que ya son
motes de por sí, mostrando infinitas caras del poliedro humano.
Si les gusta la buena literatura, la que te hace pensar, la que te lleva
a tener una buena discusión con el libro, la que da para una tertulia literaria
de altura no dudes en disfrutar de esta obra. Los lectores de historias manidas
y formatos sencillos absténganse, luego no quiero quejas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario