

Me gustó mucho la lucha por la normalización, la disposición para hacerse activista y resolver ahí donde su hijo puede tener los primeros problemas. Me entristeció el rencor y el dolor, el que le han producido y el que él ha mantenido. Yo como activista de los derechos de la mujer he tomado el camino del He for She, el del entendimiento, no la crispación, el de comprender que la historia no hay quien la cambie y que todos los seres que la han perpetrado eran prisioneros de sus esquemas y su socialización, como decía, yo he optado por el camino de Naciones Unidas, el de la petición de ayuda a nuestros compañeros varones, sin exigencias, sin acusaciones, para conseguir una sociedad más igualitaria y plena de derechos para todas las personas, indistintamente de lo diversa que sea. Pero claro, cada uno puede tomar el camino que quiera para pedir unos derechos que desde luego son legítimos, en este caso el de que las personas puedan tener una familia independientemente de su raza, origen y orientación sexual.
I
II
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