Ay, qué frío, hace un frío que pela, tengo más frío que pelando pingüinos, pobrecito del rabanito que se quede esta noche fuera, ¿Dónde está mi botella de agua caliente?...
En fin, lo que viene siendo una desesperación desorbitada por las bajas temperaturas. Todo indica que debemos encender la chimenea y quedarnos en casa. Y un ratito o una tarde, eso, está bien, ¿pero el resto? qué hacemos ¿nos metemos en la clausura del invierno?, ¿invernamos?
-De eso nada, monada!
Así que decididas a disfrutar de lo que hay que hacer por ahí, nos vestimos divinas de la muerte, y nos ponemos unos de esos abrigos, amigos abrigos, que nos mantienen calentitas aunque esto sea el reino del hielo.
Yo tengo unos cuantos, y es que ya tengo una edad gloriosa y como no los rompo ni los estropeo os voy a presentar algunos de ellos:
Un plumas hasta la rodilla marrón, calentito, calentito, con una cremallera, dos bolsillos y capucha, me lo pongo con pantalones, legings y mis botas azul y marrón.
Otra posibilidad es el verde metalizado, casi tres cuartos y que con ese diseño cruzado puedo usar para sport y para poner con medias y vestidos. Aparte de muy confortable pesa tan poco que da gusto salir y estar en la calle por horas.
El abrigo rojo me lo compré en el mes de Agosto, sí, iba con la otra Mota Rosa, La Barbie, ja, nos detuvimos en una tienda en liquidación, hasta vergüenza da decir lo que me costó, pero tiene un color tan bonito, tan alegre, da gusto que haga frío y tener un evento para ir un poco peripuesta.
También tenemos el abrigo de lana en blanco y negro de mi madre, muy calentito y elegante, es que en Ubrique hace un frío que pela y la gente va muy arreglada. Junto a la gran estrella de la marroquinería fina, mi madre, me encuentro yo, conmigo misma y un pluma casi rodillero negro. Esto sí que es un valor seguro, tiene poco cuello chimenea, por ese motivo puede complementarse con bufandas, foulards, cuellos de piel, lo que os apetezca, y cada vez parece que tenemos un abrigo nuevo.
Y finalmente mi "hombre" y yo de ruta motera, chaqueta de cuero para él y tres cuartos de cuero negro "made in" Ubrique por supuesto, hace una visita a la cuna de la marroquinería y el trabajo exquisito en piel, os va a encantar los diseños que se hacen en mi pueblo y los precios tan estupendo que tienen dada su calidad y belleza.
Del tema de sombreros ya hablaremos otro día, y de los kilitos de las Navidades, a ver si podemos parar y no hablarlo siquiera, "pa qué"?
Texto de Ana E.Venegas
Fotografía de José A.Correa
Texto de Ana E.Venegas
Fotografía de José A.Correa
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