viernes, 20 de febrero de 2015

“Eloísa Está Debajo de Un Almendro” de Jardiel Poncela

     (vídeo de película y obra de teatro al final)
Esta es una obra de humor absurdo del olvidado Javier Poncela. Cuenta la historia de la desaparición de Eloísa, miembro de una familia extravagante, rozando lo imposible, donde la toma de decisiones más personales y egoístas se solapan por la cohesión del grupo primario.

    Enrique Jardiel Poncela (Madrid, 1901–1952) fue un escritor y dramaturgo español. Su obra, relacionada con el teatro del absurdo, se alejó del humor tradicional acercándose a otro más intelectual, inverosímil e ilógico, en el que todo parece muy superficial, pero tiene mucha más profundidad de lo que en un principio pueda parecer, rompiendo así con el naturalismo tradicional imperante en el teatro español de la época. Esto le supuso ser atacado por una gran parte de la crítica de su tiempo, ya que su humor hería los sentimientos más sensibles y abría un abanico de posibilidades cómicas que no siempre eran bien entendidas. A esto hay que sumar sus posteriores problemas con la censura franquista.

    Sin embargo, el paso de los años no ha hecho sino acrecentar su figura y sus obras siguen representándose en la actualidad, habiéndose rodado además numerosas películas basadas en ellas. Murió de cáncer, arruinado y en gran medida olvidado, a los 50 años. Su obra es equiparable a la de Samuel Becket, “Esperando a Godot” no es más lógica que “Eloísa Está Debajo de un Almendro” y la calidad literaria es muy semejante.

    Eloísa está debajo de un almendro es una obra de teatro muy corta, que se desarrolla en tres únicos escenarios (en un cine, en la casa de la familia de Mariana y en la casa de los Ojeda). Todos los personajes, a su manera, están un poco locos, y hay secretos, enredos y tejemanejes que dan lugar a malentendidos y situaciones hilarantes. Además el primer acto nos presenta la clase trabajadora española, especialmente el chulerío madrileño, llena de refranes e ideas preconcebidas sobre todo, trapacerías e inclinación a la envidia y la crítica.

    En mi opinión la locura es muy beneficiosa para criticar las barreras sociales que nos imponemos y que sólo los locos se atreven a traspasar. La decisión de no delatar un crimen por la valoración de que su conocimiento atraería peores consecuencias subvierte la obligación moral de la denuncia.

    Sólo una persona en su absurda locura puede hacer el papel de Dios, de juez y decidir sobre los acontecimientos futuros a un asesinato. También nos ofrecen como locura la toma de decisiones de orden personal como la de desaparecer y vivir otra vida o la de vivirla virtualmente desde una cama. Y todas esas locuras contra-sociedad se equiparan al auténtico trastorno mental que supone la esquizofrenia, la que la tía Micaela Briones sufre y que todos en su amor, por encima del dolor que causa, protegen y cuidan, en un ejemplo demente de los lazos familiares más profundos, muestra de que hay familias no tradicionales donde se ama sin condiciones, respetando la voluntad y la singularidad de sus miembros.

    En fin una obra cómica-absurda muy recomendable para pasar un rato hilarante con las excentricidades de los personajes, los momentos incoherentes, las situaciones rocambolescas que provocan y la reflexión sobre la insensatez de salirse del marco de la cordura. A ver si ponemos en valor a nuestros literatos, este murió en la indigencia, que a veces, muchas veces, más de cuatro veces, admitimos la genialidad y la audacia en autores de otros países y denostamos los nuestros.


Ana E.Venegas

Película adaptación


Obra de teatro, fiel al libreto


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