Esta mañana he sido invitada en Radio Ubrique a una interesante actividad cultural, un duelo de poemas en el que el presentador y yo nos alternábamos para ofrecer a los oyentes los poemas que habíamos seleccionado. Que no tenían porqué ser los mejores, pero sí los que nosotros habíamos decidido compartir con el público por alguna razón.
Texto con mis poemas y libros elegidos:
Creyendo en vano que ella me cree mozo
aunque sabe del curso de mis años
le doy fe a su labio mentiroso
Porque en ambos lados hay engaños.
Mas ¿por qué no me dice ella que miente
y por qué no le digo que soy viejo?
Porque es de amor costumbre la apariencia
y en amor la vejez es mal consejo.
En la mentira yo con ella yago
y a ambos la mentira nos conforta.
-Federico García Lorca. Este es uno de los sonetos gongorinos de sus amores “oscuros”
Este pichón del Turia que te mando,
de dulces ojos y de blanca pluma,
sobre laurel de Grecia vierte y suma
llama lenta de amor do estoy pasando.
Su cándida virtud, su cuello blando,
en limo doble de caliente espuma,
con un temblor de escarcha, perla y bruma
la ausencia de tu boca está marcando.
Pasa la mano sobre tu blancura
y verás qué nevada melodía
esparce en copos sobre tu hermosura.
Así mi corazón de noche y día,
preso en la cárcel del amor oscura,
llora, sin verte, su melancolía.
Me celebro y me canto.
Me entrego al ocio y agasajo a mi alma,
me tiendo a mis anchas a observar
un tallo de hierba veraniega.
Clara y pura es mi alma,
y claro y puro es todo aquello que no es mi alma.
Estoy satisfecho: veo, bailo, me río, canto.
Poseo lo bueno de la tierra y del cielo,
el aire que respiro ha sido destinado a mí
desde la eternidad.
- Gallos. Elizabeth Bishop.
Luego subo al tren que toda calle propone hacia el pasado
y concluyo que la desgracia fue siempre el descrédito del amor
tras lo cual queda el paso a la ternura, el resfriado, la finitud con su ausencia de liguero
Si no se aguanta la intensidad tres recados aseguran la poda de una vida.
Mucho más estimulante que el cuero, la cópula visible o anidar en la secretaria es saberse mortal y pretender compañía
Por mi parte prefiero negociar con la luz y recomiendo la elegancia como férula y techo.
Pero hay mil maneras de ponerle la letra a este crimen.
En algunas latitudes se limitan a bailar.
Texto con mis poemas y libros elegidos:
De "Un caso sencillo" Benjamin Prado
Te acompañaban siempre los violines.
Tus poemas estaban en ti como los peces
en el fondo de un río.
Eso es lo que vi en ti:
peces en el desierto,
música amenazada.
Te vi hacer bosques y subir montañas,
te vi cavar abismos con tus manos.
No supe dónde ibas.
Te vi buscar la sombra entre la luz,
te vi buscar la muerte entre la vida,
y no pude entenderte.
Yo no sé qué has ganado, pero sé qué has perdido:
tu música,
tus peces,
tus montañas azules.
No puede ser feliz quien entierra un tesoro.
No puede ser feliz
quien envenena el agua de su vida.
Tus poemas estaban en ti como los peces
en el fondo de un río.
Eso es lo que vi en ti:
peces en el desierto,
música amenazada.
Te vi hacer bosques y subir montañas,
te vi cavar abismos con tus manos.
No supe dónde ibas.
Te vi buscar la sombra entre la luz,
te vi buscar la muerte entre la vida,
y no pude entenderte.
Yo no sé qué has ganado, pero sé qué has perdido:
tu música,
tus peces,
tus montañas azules.
No puede ser feliz quien entierra un tesoro.
No puede ser feliz
quien envenena el agua de su vida.
Alejandra Pizarnik, «Los trabajos y las noches»
Anillos
de ceniza A Cristina Campo
Son mis voces cantando
para que no canten ellos,
los amordazados grismente en el alba,
los vestidos de pájaro desolado en la lluvia.
para que no canten ellos,
los amordazados grismente en el alba,
los vestidos de pájaro desolado en la lluvia.
Hay, en la espera,
un rumor a lila rompiéndose.
Y hay, cuando viene el día,
una partición del sol en pequeños soles negros.
Y cuando es de noche, siempre,
una tribu de palabras mutiladas
busca asilo en mi garganta,
para que no canten ellos,
los funestos, los dueños del silencio.
un rumor a lila rompiéndose.
Y hay, cuando viene el día,
una partición del sol en pequeños soles negros.
Y cuando es de noche, siempre,
una tribu de palabras mutiladas
busca asilo en mi garganta,
para que no canten ellos,
los funestos, los dueños del silencio.
-“Senda”. Senda 3 fue editado por primera vez en 1972 y formó
parte del material didáctico de la editorial Santillana hasta como mínimo 1982.
Contenía una historia que se desarrollaba a través de los temas pero incluía un
poema o unos párrafos de obras como “Al Olmo” de Machado, “La Nana de la
Cebolla” de Miguel Hernández.
-En mi adolescencia leí
mucho a este poeta romántico que me hacía pensar en pasiones desgarradoras.
Luego descubrí que prefiero el amor más sereno. Gustavo
Adolfo Becquer. Rima I. Pura música
Yo sé un himno gigante y extraño
que anuncia en la noche del alma una aurora,
y estas páginas son de ese himno
cadencias que el aire dilata en las sombras.
Yo quisiera escribirle, del hombre
domando el rebelde, mezquino idioma,
con palabras que fuesen a un tiempo
suspiros y risas, colores y notas.
Pero en vano es luchar, que no hay cifra
capaz de encerrarle; y apenas, ¡oh, hermosa!,
si, teniendo en mis manos las tuyas,
pudiera, al oído, cantártelo a solas.
que anuncia en la noche del alma una aurora,
y estas páginas son de ese himno
cadencias que el aire dilata en las sombras.
Yo quisiera escribirle, del hombre
domando el rebelde, mezquino idioma,
con palabras que fuesen a un tiempo
suspiros y risas, colores y notas.
Pero en vano es luchar, que no hay cifra
capaz de encerrarle; y apenas, ¡oh, hermosa!,
si, teniendo en mis manos las tuyas,
pudiera, al oído, cantártelo a solas.
-Willian Shakespeare, soneto:
Cuando mi amada jura que
no miente
la creo, aunque sé que eso no es cierto,
así me cree ingenuo adolescente
en mundanas argucias inexperto.
la creo, aunque sé que eso no es cierto,
así me cree ingenuo adolescente
en mundanas argucias inexperto.
Creyendo en vano que ella me cree mozo
aunque sabe del curso de mis años
le doy fe a su labio mentiroso
Porque en ambos lados hay engaños.
Mas ¿por qué no me dice ella que miente
y por qué no le digo que soy viejo?
Porque es de amor costumbre la apariencia
y en amor la vejez es mal consejo.
En la mentira yo con ella yago
y a ambos la mentira nos conforta.
Pablo Neruda: “ Poemas de Amor y una Canción Desesperada” Poema XX
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.»
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.»
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
- “Campos de Castilla” y A UN
OLMO SECO
Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.
-Federico García Lorca. Este es uno de los sonetos gongorinos de sus amores “oscuros”
Este pichón del Turia que te mando,
de dulces ojos y de blanca pluma,
sobre laurel de Grecia vierte y suma
llama lenta de amor do estoy pasando.
Su cándida virtud, su cuello blando,
en limo doble de caliente espuma,
con un temblor de escarcha, perla y bruma
la ausencia de tu boca está marcando.
Pasa la mano sobre tu blancura
y verás qué nevada melodía
esparce en copos sobre tu hermosura.
Así mi corazón de noche y día,
preso en la cárcel del amor oscura,
llora, sin verte, su melancolía.
Uno mío dedicado a
Paul Bowles autor del Cielo Protector
A Paul Bowles
La velocidad distingue
Un viajero de un turista
Un viajero sabe estar
parado,
Un turista sabe de
horarios
¡Señores pasajeros
Embarquen puerta uno!
El viajero camina el
destino
Cero catedrales en una
hora
Cero museos en otra hora
Nada de parques acuáticos.
El viajero, vive el camino
El viajero, vive en el
camino
Como el madrileño en
Madrid
El lugareño en el lugar
Y el campesino, en el
terruño.
Para ser viajero, Mister
Bowles
Hay que saber estar
parado.
- Walt Witman, 1° ''Canto a mi mismo''
Me celebro y me canto.
Me entrego al ocio y agasajo a mi alma,
me tiendo a mis anchas a observar
un tallo de hierba veraniega.
Clara y pura es mi alma,
y claro y puro es todo aquello que no es mi alma.
Estoy satisfecho: veo, bailo, me río, canto.
Poseo lo bueno de la tierra y del cielo,
el aire que respiro ha sido destinado a mí
desde la eternidad.
-Alejandro Simón Partal nacido en Estepona en 1983 y que
es doctor en literatura y autor de tres libros de poemas que en recitales con
de Cristina Roscenvinge.
“Hay
un amor
Que
no precisa construcción"
"¿Por
qué dar nombre
A
lo que de por sí acude?
"Sé
de manchas que guiaron la hermosura del mundo"
"Atravesar
esta ciudad
No
garantiza otra ciudad.
Atravesar
el huerto
No
garantiza la naturaleza"
-Uno mío dedicado A
Alejandro Simón Partal
Este ojo bendito
Reducido cual cabeza de jíbaro
Como mirilla servirá.
Esta mano mía
Decrecida a lo bidigital
Tocará sencillos acordes.
Este cuerpo hedonista
Pleno de debe y de haberes
Partal, nació para estar vivo.
-INVITACIÓN
AL REGRESO
(Luis García Montero )
(Luis García Montero )
Quien conozca los vientos,
quien de la lejanía
haga una voz donde guardar memoria,
quien conozca la piel de su desnudo
como conoce el rastro de su nombre,
y no le tenga miedo, y le acompañe
más allá del invierno encerrado en sus sílabas,
quien todo lo decida sin la noche,
de golpe, como un beso,
que suba entre la niebla por el puente,
que le roce los dedos a su propio vacío,
que salga al mar, que pierda
el temor de alejarse.
haga una voz donde guardar memoria,
quien conozca la piel de su desnudo
como conoce el rastro de su nombre,
y no le tenga miedo, y le acompañe
más allá del invierno encerrado en sus sílabas,
quien todo lo decida sin la noche,
de golpe, como un beso,
que suba entre la niebla por el puente,
que le roce los dedos a su propio vacío,
que salga al mar, que pierda
el temor de alejarse.
-Julio Cortázar: BOLERO
Qué vanidad imaginar
que puedo darte todo, el amor y la dicha,
itinerarios, música, juguetes.
Es cierto que es así:
todo lo mío te lo doy, es cierto,
pero todo lo mío no te basta
como a mí no me basta que me des
todo lo tuyo.
Por eso no seremos nunca
la pareja perfecta, la tarjeta postal,
si no somos capaces de aceptar
que sólo en la aritmética
el dos nace del uno más el uno.
Qué vanidad imaginar
que puedo darte todo, el amor y la dicha,
itinerarios, música, juguetes.
Es cierto que es así:
todo lo mío te lo doy, es cierto,
pero todo lo mío no te basta
como a mí no me basta que me des
todo lo tuyo.
Por eso no seremos nunca
la pareja perfecta, la tarjeta postal,
si no somos capaces de aceptar
que sólo en la aritmética
el dos nace del uno más el uno.
- Ambigüedad de Género de Caballero Bonald.
Estacionada en un recodo impávido
de la penumbra, lo primero
que hizo fue fruncir su boca
violácea, de entreabiertos resquicios
húmedos, y después sus ojos,
y después
sus ojos, un gran círculo
de verde prenatal, un excitante
fulgor de azogue desguazando
la negrura común.
Lenta o tal vez sumariamente inmóvil,
con el falso recelo
de quien fuera educada
en la molicie glandular
de los andróginos, sólo rompía
el ritmo de su cuerpo algún fugaz
movimiento retráctil del pubis,
no defensivo sino irresoluto,
y ya
llegó a la altura de los porches
y allí se desnudó con neutra
inverecundia, exhibiendo por zonas
la intrincada armonía
de un cuerpo circunscrito en su contrario.
de la penumbra, lo primero
que hizo fue fruncir su boca
violácea, de entreabiertos resquicios
húmedos, y después sus ojos,
y después
sus ojos, un gran círculo
de verde prenatal, un excitante
fulgor de azogue desguazando
la negrura común.
Lenta o tal vez sumariamente inmóvil,
con el falso recelo
de quien fuera educada
en la molicie glandular
de los andróginos, sólo rompía
el ritmo de su cuerpo algún fugaz
movimiento retráctil del pubis,
no defensivo sino irresoluto,
y ya
llegó a la altura de los porches
y allí se desnudó con neutra
inverecundia, exhibiendo por zonas
la intrincada armonía
de un cuerpo circunscrito en su contrario.
- Gallos. Elizabeth Bishop.
A las cuatro en el oscuro azul
plomizo
oímos el primer canto
del primer gallo
justo bajo el plomizo azul
de la ventana,
y enseguida en la distancia
hay un eco, después otro
en la ventana del patio
trasero,
y, con horrible insistencia,
hay otro
como una cerilla húmeda al
raspar
desde el campo de brócolis, y
al prender
se añaden todos sobre la
ciudad.
Abundantes gritos
vienen desde la puerta del
lavabo, desde el suelo
cubierto de excrementos del
gallinero,
donde, en el azul borroso, sus
susurrantes esposas admiran
los gallos que preparan sus
espolones
y ferozmente miran
-Hamlet
de Shakespeare, escrito en pentámetros yámbicos:
Ser o no
ser, esa es la cuestión.
¿Qué es más
noble para el alma
sufrir los
golpes y las flechas de la injusta fortuna
o tomar las
armas contra un mar de adversidades
y
oponiéndose a ella, encontrar el fin?
Morir,
dormir… nada más;
y con un
sueño poder decir
que acabamos
con el sufrimiento del corazón
y los mil
choques
que por
naturaleza son herencia de la carne…
De
Kavafis:
Itaca
Cuando
emprendas tu viaje a Itaca
pide que el camino sea largo, lleno de aventuras, lleno de experiencias. No temas a los lestrigones ni a los cíclopes ni al colérico Poseidón, seres tales jamás hallarás en tu camino, si tu pensar es elevado, si selecta es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo. Ni a los lestrigones ni a los cíclopes ni al salvaje Poseidón encontrarás, si no los llevas dentro de tu alma, si no los yergue tu alma ante ti. |
Dios mueve al jugador y
éste la pieza
¿Qué Dios detrás de Dios
la trama empieza?
Si otros no buscan a Dios
yo no tengo más remedio
Me debe una explicación
No digo que sí o que no.
Digo que si Dios existe
no tiene perdón de Dios.
No digo que no o que sí.
No digo que no o que sí.
Digo que me gustaría
que Él también creyera en
mí.
Yo no le guardo rencor.
Yo no le guardo rencor.
Si lo encuentro alguna vez
nos perdonamos los dos.
Poesía
en prosa de mi novela Trans-persona.
Nueva York es una ciudad vibrante, llena de vida, sus calles
sostienen la carga de de la memoria de innumerables hombres y mujeres, que en
rara ocasión han visto como primer paisaje esta amalgama flotante. Seres que en
muchas ocasiones han conocido la épica de la pobreza y que ahora, salvo
excepciones navegan el poco memorable rio de la clase media. Nueva York es más
que Manhatan, también es el Bronx, Brooklyn, State Island y Queens, pero el
corazón del estado es sin duda esta “Isla de las Colinas” como la llamaban sus
habitantes originarios. Aquí encontramos una extensión del edificio de Naciones
Unidas que se eleva enhiesto en la orilla del East, ese rio sepultado por la
fama del Hudson como le ocurre a cualquier segundón, hecho luz de gas por el
primogénito. Las asambleas multirraciales y multinacionales que se celebran en
el interior del edifico, se extienden como tsunami lento del East al Hudson, de
Harlem al mar, componiendo una miscelánea humana tan diversa que hace
incomprensible la existencia pacífica si no fuera porque esa es la
idiosincrasia Neoyorquina, de ahí surgen las más originales creaciones, las
obras de arte y los ingenios más divergentes gracias a la fecundidad cultural
del mestizaje. Pero la coexistencia depende tanto de la individualidad que esta
ciudad puede ser el reino de las oportunidades o la tumba solitaria de una
viuda impedida. Tan viva, tan dura, tan próspera, tan mísera, tan lujosa y tan
tercermundista.
Gabriela Mistral. GRACIAS EN EL MAR
A Margot Arce.
A Margot Arce.
Por si nunca más yo vuelvo
de la santa mar amarga
y no alcanza polvo tuyo
a la puerta de mi casa,
en el mar de los regresos,
con la sal en la garganta,
voy cantándote al perderme:
-¡Gracias, gracias!
de la santa mar amarga
y no alcanza polvo tuyo
a la puerta de mi casa,
en el mar de los regresos,
con la sal en la garganta,
voy cantándote al perderme:
-¡Gracias, gracias!
Por si ahora hay más silencio
en la entraña de tu casa,
y se vuelve, anocheciendo,
la diorita sin mirada,
de la joven mar te mando,
en cien olas verdes y altas,
Beatrices y Leonoras,
y Leonoras y Beatrices
a cantar sobre tu costa:
-¡Gracias, gracias!
en la entraña de tu casa,
y se vuelve, anocheciendo,
la diorita sin mirada,
de la joven mar te mando,
en cien olas verdes y altas,
Beatrices y Leonoras,
y Leonoras y Beatrices
a cantar sobre tu costa:
-¡Gracias, gracias!
Rosalía
de Castro. Era apacible el día:
Era apacible el día
Y templado el ambiente,
Y llovía, llovía
Callada y mansamente;
Y mientras silenciosa
Lloraba y yo gemía,
Mi niño, tierna rosa
Durmiendo se moría.
Al huir de este mundo, ¡qué sosiego en su frente!
Al verle yo alejarse, ¡qué borrasca en la mía!
Y templado el ambiente,
Y llovía, llovía
Callada y mansamente;
Y mientras silenciosa
Lloraba y yo gemía,
Mi niño, tierna rosa
Durmiendo se moría.
Al huir de este mundo, ¡qué sosiego en su frente!
Al verle yo alejarse, ¡qué borrasca en la mía!
Mario
Benedetti Desde el Alma
Hermano cuerpo estás cansado
desde el cerebro a la misericordia
del paladar al valle del deseo
cuando me dices/ alma ayúdame
siento que me conmuevo hasta el agobio
que el mismísimo aire es vulnerable
hermano cuerpo has trabajado
a músculo y a estómago y a nervios
a riñones y a bronquios y a diafragma
cuando me dices/ alma ayúdame
sé que estás condenado/ eres materia
y la materia tiende a desfibrarse…
Hermano cuerpo estás cansado
desde el cerebro a la misericordia
del paladar al valle del deseo
cuando me dices/ alma ayúdame
siento que me conmuevo hasta el agobio
que el mismísimo aire es vulnerable
hermano cuerpo has trabajado
a músculo y a estómago y a nervios
a riñones y a bronquios y a diafragma
cuando me dices/ alma ayúdame
sé que estás condenado/ eres materia
y la materia tiende a desfibrarse…
Juan Carlos Mestre.
ECLIPSE CON RIMBAUD
He pasado la mitad de mi
vida en la oscuridad.
He descargado camiones de oscuridad.
He bebido toda la oscuridad.
He dormido con la oscuridad.
He amado la oscuridad y me he acostado con ella.
He tocado las piedras de la oscuridad hasta herirme las manos.
He repetido tu nombre en la oscuridad.
He descargado camiones de oscuridad.
He bebido toda la oscuridad.
He dormido con la oscuridad.
He amado la oscuridad y me he acostado con ella.
He tocado las piedras de la oscuridad hasta herirme las manos.
He repetido tu nombre en la oscuridad.
Los pescadores cantan en la niebla de la oscuridad.
Los jóvenes sin vida están despiertos en la oscuridad.
Los músicos y las rameras guardan su corazón en la oscuridad.
Los jóvenes sin vida están despiertos en la oscuridad.
Los músicos y las rameras guardan su corazón en la oscuridad.
Antonio
Lucas
FUERA DE
SITIO.
Imagina que el tiempo sólo
es lo que amas:
unas pocas palabras, unos
seres exactos,
unas horas muy lisas, una
playa (quizá)
donde el daño no acecha.
Imagina la vida como no lo
es ahora.
No quiero decir como algo
perfecto,
sino un resplandor, cierto
abril de muy lejos.
Un tributo al azar, sin
otro destino que el
confín fugitivo de un eco
sin rostro.
Y después, cualquier cosa.
Con qué precisión va la
edad hilvanando
el espino, y qué extraña
urgencia de ir en pie
hasta la ola. Celebrar
lentamente,
que aniquilé mi huella. Mi
escritura de hombre.
Mi certeza de surco.
Julieta
Valero. Domingo Resaca
Desde mi ventana el vuelo
del primer polen permite anticipar abril
y germino en la falda o infelicidad de esa mujer que carga niña, periódico, domingo.
y germino en la falda o infelicidad de esa mujer que carga niña, periódico, domingo.
Luego subo al tren que toda calle propone hacia el pasado
y concluyo que la desgracia fue siempre el descrédito del amor
tras lo cual queda el paso a la ternura, el resfriado, la finitud con su ausencia de liguero
Si no se aguanta la intensidad tres recados aseguran la poda de una vida.
Mucho más estimulante que el cuero, la cópula visible o anidar en la secretaria es saberse mortal y pretender compañía
Por mi parte prefiero negociar con la luz y recomiendo la elegancia como férula y techo.
Pero hay mil maneras de ponerle la letra a este crimen.
En algunas latitudes se limitan a bailar.
Idealismo de poeta: Mío
Yo también
fui soldado
Instruía mi
respuesta
Inspeccionaba
las palabras
En ese
tiempo
El campo de
batalla
La cancha de
duelos
Estaba
siempre abierta
Yo también
fui soldado
Tenía la
metralleta cargada
La pistola
desenfundada
En ese
tiempo lanzaba
Balines
fónicos
Cuchillos
hechos de palabra
Disparaba
insultos
En ese
tiempo en el que
Yo también
fui soldado
Era tan
vulnerable
Que nunca
supe
Si atacaba o
me defendía.
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