Hoy, os voy a contar la historia de por qué
en la Milla de Oro de Marbella podemos ver completamente gratis y con un
espacio expositivo maravilloso, desde obras de Giorgio de Chirico a preciosas
esculturas de Dalí, pasando por creaciones surrealistas más magníficas, las
divertidísimas imágenes de Beryl Cook o las esculturas costumbristas de
Aguirre.
Hace ya muchos años, concretamente en 1919,
nació en Salónica un chico hijo de un señor de origen italiano y de una señora
de origen español sefardí. Harry tenía otros dos hermanos que tras varios
bamboleos en la vida vinieron a determinar sin saberlo que la oferta cultural
en Marbella tenga cotas inusitadas. El Padre de Harry era un pequeño banquero
en Palestina, recordemos que muchos judíos ya vivían allí antes de la creación
del estado de Israel, en muchos casos, y esto mucha gente no lo sabe, porque
los palestinos les habían vendido una tierra que estaba casi deshabitada y que
era difícil de trabajar.
Harry se hizo un hombre y tras una completa
educación en humanidades y empresa, empezó a trabajar en el banco elevándolo a
cotas siderales. De hecho, la compañía creció tanto que establecieron sucursales
en medio mundo por lo que nuestro protagonista se vio obligado a viajar
constantemente. En esos viajes Harry fue
adquiriendo obras de artistas sólo y únicamente con el criterio de que le
impresionaran a sí mismo. Le llamaban la atención especialmente las creaciones
surrealistas y poco a poco se hizo con una tremenda colección de obras, muchas
de las cuales, valen una verdadera fortuna pues sus autores se han hecho muy
cotizados con el tiempo.
El señor Renacati se casó con Martina, una
doctora con la que compartió su vida pero con la que no tuvo descendencia.
Mientras tanto, sus hermanos mantenían con
él un tira y afloja sobre la manera de llevar los negocios y a los sesenta años
Harry decidió dejar su parte de la empresa y dedicarse a su pasión por el arte.
En ese momento emprendió el proyecto que
más felicidad le proporcionó en la vida y que pasaba por la generosidad de
compartir su colección con todas las personas que tuvieran inquietud y
quisieran hacerlo. Montó dos museos en Sudamérica, uno en Uruguay, otro en
Santiago de Chile, dos en Israel y el quinto en España, concretamente en la
Milla de Oro de Marbella, exactamente en el Coral Beach.
Harry murió en 2011 pero su generosidad llegó a tal altura que
dejó toda su fortuna a la Fundación que gestiona los Museos Ralli que deben ser
gratuitos, para que todo el mundo pueda disfrutarlos. Nosotros lo tenemos al
lado de casa, somos muy afortunados.
Texto de Ana E.Venegas
Fotografía de José A.Correa
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