lunes, 7 de septiembre de 2015

Harry Recanati, Museos Ralli

    Hoy, os voy a contar la historia de por qué en la Milla de Oro de Marbella podemos ver completamente gratis y con un espacio expositivo maravilloso, desde obras de Giorgio de Chirico a preciosas esculturas de Dalí, pasando por creaciones surrealistas más magníficas, las divertidísimas imágenes de Beryl Cook o las esculturas costumbristas de Aguirre.

    Hace ya muchos años, concretamente en 1919, nació en Salónica un chico hijo de un señor de origen italiano y de una señora de origen español sefardí. Harry tenía otros dos hermanos que tras varios bamboleos en la vida vinieron a determinar sin saberlo que la oferta cultural en Marbella tenga cotas inusitadas. El Padre de Harry era un pequeño banquero en Palestina, recordemos que muchos judíos ya vivían allí antes de la creación del estado de Israel, en muchos casos, y esto mucha gente no lo sabe, porque los palestinos les habían vendido una tierra que estaba casi deshabitada y que era difícil de trabajar.

    Harry se hizo un hombre y tras una completa educación en humanidades y empresa, empezó a trabajar en el banco elevándolo a cotas siderales. De hecho, la compañía creció tanto que establecieron sucursales en medio mundo por lo que nuestro protagonista se vio obligado a viajar constantemente.  En esos viajes Harry fue adquiriendo obras de artistas sólo y únicamente con el criterio de que le impresionaran a sí mismo. Le llamaban la atención especialmente las creaciones surrealistas y poco a poco se hizo con una tremenda colección de obras, muchas de las cuales, valen una verdadera fortuna pues sus autores se han hecho muy cotizados con el tiempo.

    El señor Renacati se casó con Martina, una doctora con la que compartió su vida pero con la que no tuvo descendencia.

    Mientras tanto, sus hermanos mantenían con él un tira y afloja sobre la manera de llevar los negocios y a los sesenta años Harry decidió dejar su parte de la empresa y dedicarse a su pasión por el arte.

    En ese momento emprendió el proyecto que más felicidad le proporcionó en la vida y que pasaba por la generosidad de compartir su colección con todas las personas que tuvieran inquietud y quisieran hacerlo. Montó dos museos en Sudamérica, uno en Uruguay, otro en Santiago de Chile, dos en Israel y el quinto en España, concretamente en la Milla de Oro de Marbella, exactamente en el Coral Beach.



    Harry murió en 2011  pero su generosidad llegó a tal altura que dejó toda su fortuna a la Fundación que gestiona los Museos Ralli que deben ser gratuitos, para que todo el mundo pueda disfrutarlos. Nosotros lo tenemos al lado de casa, somos muy afortunados. 

Texto de Ana E.Venegas
Fotografía de José A.Correa

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