lunes, 28 de septiembre de 2015

Blancanieves de Catherin Bay en Málaga


  Málaga es una ciudad viva, una ciudad bella y sobre todo, es una ciudad que incita a la creación, al diálogo y a la reflexión. En los últimos tiempos no es que se haya abierto al mar es que el mar ha perpetrado la hazaña de entrar en ella. De igual manera se han colado las inquietudes artísticas, de a poco, sin daño, como tsunami controlado, de tal manera que en estos momentos su población y todos los que la visitamos, demandamos que siga el flujo, ya hemos descubierto el ocio de calidad, el que nos conmueve, el que nos hace evolucionar y eso, al igual que el soma en sentido contrario, ya es imparable.

    Este fin de semana hemos disfrutado de numerosos eventos y muestras, performance callejeras de veganos mostrando blisters de carne humana y las inigualables Blancanieves de Catherine Bay. Ha sido todo un espectáculo ver llegar un barco con las personajes de Disney armadas y custodiando a la otra cara de Blancanieves, la tontorrona que se dedica a comer y beber, consumista de barriga contenta en esta sociedad de seres acríticos, borregos adocenados que el poder se cuida muy mucho de mantener y de exportar como modelo a nuestros hijos.

    La artista francesa preparó un desembarco en el que las Blancanieves Guardianas tomaron el Muelle Uno, abriendo paso entre un numerosísimo público y llevándose protegidas, en una pose de ejército profesional, a las Blancanieves borrachas y fiesteras, ajenas al control al que eran sometidas. Las llevaron a la zona de la cafetería del Centro Pompidou, donde las tuvieron dominadas por la comida y la bebida. La performance continuó por todo el Centro de Arte Contemporáneo, en una actividad que le era totalmente ajena a las protagonistas domesticadas. El ejército de “ejemplos para los niños”, controlaba todo el espacio, con sus kalashnicovs preparadas para la intervención, mientras el Poder daba órdenes a través de walkies o se las pasaban de efectivo en efectivo.

    Fue un espectáculo impresionante de los que te hacen temblar los esquemas. La gente preguntaba en el Muelle, —¿Qué hacen todas esas Blancanieves con armas? —Y daba lugar al diálogo entre desconocidos, gente que explicaba el tema del control social por los medios, la socialización que le conviene al poder y cómo nos lo hacen sin que nos demos cuenta.

    Las Blancanieves fueron entrenadas por la propia Catherine Bay y fueron elegidas entre las alumnas de Arte Dramático y el Conservatorio Superior. La dramatización fue extraordinaria y realmente te producía un sentimiento hostil ver tanta protagonista de cuento infantil armadas y con actitud propio de la CIA, así como las atontadas borrachas de “Viva la Pepa” en las que no nos queremos ver reconocidos. 

Texto de Ana E.Venegas
Fotografía de José A.Correa









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