Málaga es una ciudad viva, una ciudad bella y sobre todo, es una ciudad que incita a la creación, al diálogo y a la reflexión. En los últimos tiempos no es que se haya abierto al mar es que el mar ha perpetrado la hazaña de entrar en ella. De igual manera se han colado las inquietudes artísticas, de a poco, sin daño, como tsunami controlado, de tal manera que en estos momentos su población y todos los que la visitamos, demandamos que siga el flujo, ya hemos descubierto el ocio de calidad, el que nos conmueve, el que nos hace evolucionar y eso, al igual que el soma en sentido contrario, ya es imparable.
Este fin de semana hemos disfrutado de
numerosos eventos y muestras, performance callejeras de veganos mostrando
blisters de carne humana y las inigualables Blancanieves de Catherine Bay. Ha
sido todo un espectáculo ver llegar un barco con las personajes de Disney
armadas y custodiando a la otra cara de Blancanieves, la tontorrona que se
dedica a comer y beber, consumista de barriga contenta en esta sociedad de
seres acríticos, borregos adocenados que el poder se cuida muy mucho de mantener
y de exportar como modelo a nuestros hijos.
La artista francesa preparó un desembarco
en el que las Blancanieves Guardianas tomaron el Muelle Uno, abriendo paso
entre un numerosísimo público y llevándose protegidas, en una pose de ejército
profesional, a las Blancanieves borrachas y fiesteras, ajenas al control al que
eran sometidas. Las llevaron a la zona de la cafetería del Centro Pompidou,
donde las tuvieron dominadas por la comida y la bebida. La performance continuó
por todo el Centro de Arte Contemporáneo, en una actividad que le era
totalmente ajena a las protagonistas domesticadas. El ejército de “ejemplos
para los niños”, controlaba todo el espacio, con sus kalashnicovs preparadas
para la intervención, mientras el Poder daba órdenes a través de walkies o se
las pasaban de efectivo en efectivo.
Fue un espectáculo impresionante de los que
te hacen temblar los esquemas. La gente preguntaba en el Muelle, —¿Qué hacen
todas esas Blancanieves con armas? —Y daba lugar al diálogo entre desconocidos,
gente que explicaba el tema del control social por los medios, la socialización
que le conviene al poder y cómo nos lo hacen sin que nos demos cuenta.
Las Blancanieves fueron entrenadas por la
propia Catherine Bay y fueron elegidas entre las alumnas de Arte Dramático y el
Conservatorio Superior. La dramatización fue extraordinaria y realmente te
producía un sentimiento hostil ver tanta protagonista de cuento infantil
armadas y con actitud propio de la CIA, así como las atontadas borrachas de “Viva
la Pepa” en las que no nos queremos ver reconocidos.
Texto de Ana E.Venegas
Fotografía de José A.Correa
Maravilloso reportaje de un evento muy especial
ResponderEliminaruna performance fantástica ¡¡¡
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